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Cinco mil indígenas marcharon para rechazar la violencia en el Cauca

Los indígenas marcharon desde las veredas de Toribío y se concentraron en el parque central, donde lanzaron una voz de rechazo a la presencia de la Fuerza Pública y de las Farc. “No queremos actores armados en nuestros territorios.

20 de julio de 2011 Por: Laura Marcela Hincapié S. | Reportera de El País

Los indígenas marcharon desde las veredas de Toribío y se concentraron en el parque central, donde lanzaron una voz de rechazo a la presencia de la Fuerza Pública y de las Farc. “No queremos actores armados en nuestros territorios.

En medio de los escombros, del recuerdo de aquellos que cayeron, de los pedazos de paredes de casas que siguen estorbando en las calles y de las cicatrices eternas que les dejó el ataque del pasado 9 de julio, un grupo de cinco mil indígenas alzaron ayer sus bastones para rechazar la guerra, las armas, la violencia que tiene a Toribío y al resto del Cauca sumergido en el dolor. El lema: “No más actores armados en nuestro territorio. Toribío no es un campo de batalla”. En una voz unánime los indígenas de 122 cabildos y 99 resguardos se concentraron en el municipio para rogarle al país “que nos libere del conflicto”. De ese que hace doce días dejó seis muertos y más de 460 viviendas destruidas en esta localidad de unos 30.000 habitantes. Los gobernadores, capitanes y consejeros marcharon desde las cuatro veredas que rodean la población y luego se concentraron en el parque central, donde se realizó una audiencia para definir la ruta a seguir. La ruta, según explicó Feliciano Valencia, líder de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin), incluye decisiones definitivas. “Desde mañana (hoy) vamos a hacer de control territorial para vigilar a las personas que entran a nuestras comunidades. Está claro que rechazamos a todos los actores armados”. El panorama que describe Feliciano es desolador: en los últimos cinco años más de 45 miembros de las comunidades han fallecido en manos de grupos armados, sobre todo en ataques perpetrados por las Farc. Las voces de inocentesAllí, entre los bastones y las banderas blancas, está Milenita. Tiene siete años y, con sus manos diminutas y sudadas, carga una pancarta escrita con colores azul, rojo y amarillo: “Madres, padres y hermanitos decimos no al reclutamiento de niños y niñas de nuestras comunidades”. También grita con toda su fuerza que quiere “chocolates, pero no más combates”. Las cuatro marchas que llegaron a Toribío estaban encabezadas por esos niños que dicen no entender por qué a sus padres, hermanos, tíos y primos se los llevó la guerra. “Vamos a acabar con este dolor. Desde mañana (hoy) también vamos a ir por todos los niños y jóvenes que la guerrilla se ha llevado. No vamos a permitir que sigan como milicianos”, declaró Valencia. No al batallón En el encuentro de ayer los indígenas insistieron en su rechazo a la instalación de un batallón de alta montaña en Tacueyó. “Eso nos trae más problemas, porque son más armas, más guerra. Vamos a poner más muertos ”, declaró Jesús Chávez, vocero del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.Las comunidades dijeron estar dispuestas a realizar cordones humanos para evitar la llegada de dicho batallón.Sin embargo, la instalación del batallón de alta montaña ha sido un petición constante de las autoridades caucanas, entre ellas la Gobernación, para bloquear los corredores de movilidad de los guerrilleros entre Caloto, Toribío y Tacueyó. El comandante del Comando Conjunto Pacífico, general Jorge Antonio Herazo, aseguró que no quiere entrar una polémica con los indígenas frente a este tema. El oficial recordó que “seguimos trabajando y nuestros hombres ya se están ubicando para iniciar esta labor”.

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