Un catequista que laboraba en la iglesia del corregimiento del Bajo Calima, en Buenaventura, tuvo que abandonar la zona, debido a que hombres de un grupo armado ilegal lo amenazaron de muerte.
"Un catequista de la comunidad de San Isidro tuvo que venirse con su familia rápidamente y le estamos dando una colaboración. La gente está asustada, nadie puede decir nada porque lo amenazan" aseguró el Obispo de Buenaventura, Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya.
El caso ya es materia de investigación por parte de las autoridades competentes debido a la complicada situación de orden público que se está presentando en la zona rural del puerto.
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Según las primeras informaciones, el catequista fue amenazado porque le llamó la atención a unos menores que estaban jugando con el agua de uno de los tanques donde se almacena el agua potable de la pequeña comunidad y fue ahí cuando hombres armados lo intimidaron.
El obispo quien también visitó el corregimiento de Puerto Merizalde este fin de semana hizo un llamado de atención a las autoridades locales.
"Se siguen presentando amenazas a las personas que quieren que las cosas funcionen bien, las personas que tienen armas quieren hacer de las suyas y dominar, esas poblaciones están sin Dios y sin ley en estos lugares" dijo Monseñor.
Agregó que "así como los gobernantes van a pedir los votos ahora deben responder con proyectos de inversión social".
La situación de orden público tiene en alerta a las entidades locales por la posible llegada de habitantes que se desplacen por temor a las amenazas.