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Casa de 'Chupeta' será convertida en centro de rehabilitación

Una casa de campo en Mina Gerais fue cedida a una fundación católica que ayuda a drogadictos. Dicho manejo estará a cargo de la Fundación Esperanza. El terreno tiene 20 hectáreas, piscina y varios chales. Uno de los bienes incautados a Juan Carlos Ramírez en Brasil fue cedido a una fundación católica que ayuda a drogadictos.

6 de febrero de 2011 Por: Agencia EFE

Una casa de campo en Mina Gerais fue cedida a una fundación católica que ayuda a drogadictos. Dicho manejo estará a cargo de la Fundación Esperanza. El terreno tiene 20 hectáreas, piscina y varios chales. Uno de los bienes incautados a Juan Carlos Ramírez en Brasil fue cedido a una fundación católica que ayuda a drogadictos.

Una casa de campo situada en el estado brasileño de Minas Gerais y que perteneció al extraditado narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, será convertida en un centro de recuperación de drogadictos, informaron hoy medios locales.La residencia está situada en la localidad de Pouso Alegre y era parte de la larga lista de bienes que le fueron incautados por las autoridades brasileñas a Ramírez Abadía, después de que lo capturaron en agosto de 2007 en la ciudad de Sao Paulo.El "capo" colombiano, que durante varios años tuvo su base de operaciones en Brasil, fue extraditado a Estados Unidos, país que lo reclamó por tráfico internacional de drogas y el asesinato de 15 personas, entre otros delitos.Ramírez Abadía, cuya fortuna al momento de su captura fue calculada por las autoridades en unos 1.800 millones de dólares, poseía en el país, entre otros bienes, una larga lista de mansiones, haciendas, yates, aviones y automóviles, que fueron incautados por la Policía y vendidos en diferentes subastas.Entre esos bienes figuraba la casa de campo de Minas Gerais, que fue adquirida en una subasta pública por una empresa privada que ahora ha decidido donarla a la Hacienda Esperanza, una fundación católica dedicada al tratamiento de personas dependientes de drogas.El sacerdote Marcio Borghi, presidente de la fundación, explicó al portal EPTV, del grupo Globo, que la propiedad tiene un terreno de 20 hectáreas, con piscina y varios chalés, así como una casa principal con cinco habitaciones.La Fundación Esperanza comenzó a remodelar la casa de campo a fin de adaptarla a sus necesidades con la ayuda de presos que han sido condenados por asuntos de drogas y que por su buena conducta sólo son obligados a dormir en prisión."Si esta institución ya hubiese estado en la zona, tal vez ellos ni siquiera habrían incurrido en delitos" , declaró Borghi.

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