¿Captura del Loco Barrera es realmente la caída del último gran capo?
La captura del Loco Barrera sugiere una nueva lucha: urgen alianzas internacionales para frenar a los posibles herederos.
La captura del Loco Barrera sugiere una nueva lucha: urgen alianzas internacionales para frenar a los posibles herederos.
Como la caída del último gran capo del narcotráfico calificaron las autoridades colombianas la captura de Daniel El Loco Barrera. El país, que desde el abatimiento de Pablo Escobar (el 2 de diciembre de 1993) viene viendo cómo surgen nuevos cabecillas, se preguntó de nuevo: ¿Es el último?Aunque el Ministro de Defensa y analistas consideran que el narcotráfico no se acabará de la noche a la mañana, hoy Colombia y el mundo son distintos y es menos probable volver a ver capos convertidos en íconos de la delincuencia.El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dice que la forma en que Barrera se asoció con todas las empresas criminales del país hace que sea considerado como el último gran capo.Pero los golpes a la delincuencia generan nuevos retos. El narcotráfico se atomiza; los grupos armados, una vez se desmovilizan, terminan en bandas criminales, y las bandas criminales desembocan en bandas delincuenciales. Lamentablemente la historia del país no concluye con la captura de un gran capo como El Loco Barrera. Si las Farc, por ejemplo, salieran de la ecuación, otros grupos o herederos de esos grupos intentarán, como ya sabemos que ha ocurrido, tomar el control de esas actividades, dice Pinzón.Pidiendo cuentas desde el exterior Carlos Alfredo Velásquez, profesor de teoría política y conflicto armado de la Universidad de La Sabana, sostiene que acabar totalmente el narcotráfico seguramente no es posible, pero que sí se puede ir reduciendo paulatinamente. Hoy, muy probablemente, los capos están asentados en otros países ejerciendo vigilancia a los traquetos aquí en Colombia.Detenido El Loco Barrera, que parecería ser el último capo que tenía cierta posibilidad de ejercer control sobre esos otros eslabones más débiles, quedan principalmente una especie de lavaperros (término que designa en el argot del narcotráfico a los delincuentes de poca monta), dice Velásquez.Esos lavaperros les cumplen consignas a mafias que están en otras partes y por eso hay que internacionalizar más la lucha. Porque el problema del narcotráfico, si bien no desaparecerá nunca, sí empezará a ser un problema marginal en la medida en que a esas mafias se les ponga mano y se les frene.Velásquez insiste en que por eso es necesario hacer convenios internacionales mucho más efectivos, porque las mafias están globalizadas y los países siguen actuando dentro de sus fronteras. Asimismo, dice que es posible que por la captura de El Loco Barrera se presenten luchas por ocupar su espacio. Pero no serán de dimensiones preocupantes. Serán entre lavaperros.¿Quiénes son los herederos?Una fuente de la Policía señaló que, con El Loco Barrera en la cárcel, miembros de Antinarcóticos, de la Dirección de Policía Judicial (Dijín) , de Interpol y de la Dirección de Inteligencia de esa institución, evalúan y cruzan información para establecer de qué manera podría quedar el organigrama de las estructuras criminales que continuarían con el negocio del narcotráfico en Colombia.Las autoridades, en principio, consideran la posibilidad de que ese negocio ilícito sea acaparado por las bandas criminales, estructuras organizadas que se han caracterizado por ser un híbrido entre mafias y grupos de delincuencia común.Entre las cuentas de los investigadores está la dificultad para dar con el paradero de Otoniel, miembro de Los Urabeños. De Los Rastrojos no se tiene claro cuál es el cabecilla, y uno de los Calle Serna no se ha sometido a la justicia.Versiones no oficiales señalan a alias Bayardo y alias Amiga, dos personas que delinquían con El Loco Barrera, como sus posibles sucesores en el mando de la organización que lideraba el detenido capo.Como es costumbre, después de la caída de un jefe (por captura o abatimiento), en las organizaciones delictivas se generan procesos de reacomodamiento y retaliaciones. En este caso las autoridades aún están estableciendo con precisión las relaciones que El Loco Barrera tenía en Colombia.De hecho los investigadores también tratan de descifrar los vínculos de las Farc, justo ahora que con miras a un proceso de paz con el Gobierno, vienen negando ser narcotraficantes; eso, pese a que hay evidencias de que esa organización tuvo negocios con El Loco Barrera, principalmente en los departamentos de Vichada, Meta y Guaviare.El trabajo de los analistas e investigadores para establecer cómo están las nuevas estructuras criminales ha resultado muy complejo, debido a que en el último año las bandas criminales han recibido golpes que han debilitado sus estructuras y neutralizado sus actividades ilegales, como el narcotráfico, la extorsión y el sicariato.Todos los delincuentes que a diciembre del año pasado aparecían como cabezas visibles de esas organizaciones ya fueron abatidos, capturados o se entregaron a las autoridades. Por ejemplo, fue dado de baja alias Giovany, principal cabecilla de Los Urabeños, y fue capturado el segundo al mando de esa bacrim, alias El Flaco, lo mismo que el denominado jefe militar de esa estructura, alias Arboleda.De Los Paisas, la Policía capturó a su máximo jefe, alias Valenciano, y al jefe de La oficina de Envigado, alias Sebastián. Por otra parte, el jefe de Los Rastrojos, alias Comba, se entregó, mientras que su segundo en esa organización criminal, alias Armando, fue capturado. El cabecilla de Los Machos, alias Don H, también se entregó.Entretanto el enlace narcotraficante de Los Urabeños para Centroamérica, alias Fritanga, fue capturado e igual suerte corrió alias Martín Llanos, el último de los cabecillas desmovilizados de las autodefensas en los Llanos Orientales. Este año también fueron desarticuladas las bandas de Los Paisas y de la Alta Guajira.El Ministro Pinzón sostiene que del golpe a El Loco Barrera se derivan tres mensajes: No hay terrorista, criminal ni narcotraficante que pueda pensar que puede imponerse sobre la voluntad del pueblo colombiano y sobre las Fuerzas Armadas; no hay lugar en el mundo donde se puedan esconder, pues tarde o temprano se les detecta y se les llega. Y tercero, todas esas empresas criminales terminan en la delación de sus propios miembros, en la traición o en que algún ciudadano tarde o temprano se da cuenta, se canse del yugo y los señale.