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Cali está en alerta por robos con escopolamina, 70% de los casos no se denuncian

En el 2010 la Policía recibió 56 reportes de este tipo. El 70% de las víctimas no denuncia. La Policía asegura que la mayoría de las víctimas pertenecen a estratos altos y les da verguenza admitir que cayeron en la astucia de estas bandas.

5 de enero de 2011 Por: elpais.com.co

En el 2010 la Policía recibió 56 reportes de este tipo. El 70% de las víctimas no denuncia. La Policía asegura que la mayoría de las víctimas pertenecen a estratos altos y les da verguenza admitir que cayeron en la astucia de estas bandas.

Una señora chiquita, que decía ser ecuatoriana, se le acercó y le pidió ayuda para cobrar un billete de la lotería que supuestamente se había ganado. Doña Nidia, traicionada por su buen corazón, aceptó acompañarla. La indígena, que dijo no saber leer, le hizo una seña a un hombre. Así empezó la historia que luego terminaría en una clínica de la ciudad. Apareció un señor bien vestido que también se ofreció a ayudar a la mujer ‘indefensa’. Van a una cafetería, le ofrecen un jugo de naranja a doña Nidia, que luego de tomarlo aceptó ir a su casa y sacar todas las joyas y objetos de valor. “Ella me dijo que me entregaba el billete de lotería para que yo se lo cambiara, pero que yo tenía que demostrarle que tenía dinero para ella poder confiar en mí. Yo acepté todo lo que me dijo”. Así, esta habitante de un exclusivo barrio del norte de la ciudad perdió $20 millones y se ganó varios días de incapacidad por los efectos de la escopolamina o alguna otra sustancia que le dieron los presuntos delincuentes. El hecho ocurrió el pasado 28 de diciembre, en plena Feria, cuando esta mujer, de 55 años, salía de un supermercado. Lo que más le preocupa a doña Nidia es que en el edificio donde vive, otros dos vecinos también han sido víctimas de la misma mujer. “A mí me robaron igual, la misma señora, el mismo señor que se acerca después y la misma historia del billete de la lotería. Incluso a mí me llevó donde el lotero, que seguro era su cómplice, para que confirmara que sí había ganado. Y luego fuimos a una cafetería, donde también ingerí una bebida”, cuenta Ingrid, ama de casa del norte. A ella le hurtaron más de $10 millones en joyas, dólares y otros objetos. “Todavía no entiendo qué me pasó y cómo, sin esfuerzo, les entregue todo”. Sin voluntad, sin memoriaA pesar de que hace muchos años las autoridades han advertido a la comunidad sobre las bandas que utilizan sustancias para hurtar viviendas, vehículos o hacer el llamado paseo millonario, en Cali son muchos los ciudadanos que siguen cayendo. Durante el año pasado la Policía Metropolitana recibió 56 denuncias sobre robos con escopolamina u otras sustancias que hacen que las víctimas pierdan el conocimiento. Sin embargo, cerca del 70% de las personas no denuncia estos casos. Los agentes de la Policía cuentan que la mayoría de las víctimas pertenecen a estratos altos y les da verguenza admitir que cayeron en la astucia de estas bandas. Pero lo más grave es que de los 56 casos presentados el año pasado ninguno se ha judicializado, precisamente por la falta de datos. “Muchas personas no recuerdan nada, entonces denuncian, pero no saben quién las robo ni dónde fue”, explica un investigador de la Sijín de la Policía.El director de la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía, URI, Oliverio Rojas, asegura que aunque a la entidad llegan algunas denuncias de robos donde las personas dicen haberse sentido mareadas, “la mayoría no lo puede demostrar, porque no acuden de inmediato a los hospitales, entonces todos los casos quedan sólo como un hurto agravado”.Sin castigo Precisamente por la falta de información, aunque se estima que en la ciudad pueden existir unas diez bandas dedicadas a este tipo de robos, el año pasado sólo se logró la captura de una mujer que se hacía llamar ‘la reina de la escopolamina’. El resto de casos permanecen en el limbo de la impunidad. Y es que al parecer la misma banda de la mujer que dice ser de Ecuador desde hace varios años delinque por toda ciudad. Daniela, una habitante del sur de Cali, cuenta que su madre hace tres años también fue víctima de una mujer con estas mismas características. “Es increíble que siga haciendo de las suyas. Estoy segura que ella es la misma mujer indígena que nos robó”. Sin duda, diciembre es el mes donde estas bandas aumentan su presencia en la ciudad. Según el doctor Jorge Quiñones, jefe de Toxicología de la Secretaría de Salud de Cali, en los días de Feria en la ciudad operan hasta 50 bandas dedicadas al uso de sustancias. Según el especialista, que desde hace 20 años investiga estos casos, los delincuentes ya no utilizan escopolamina, sino otros medicamentos más suaves que vuelven a las personas ‘zombis’.Sin embargo, el subregistro cada vez es mayor. Según Medicina Legal, durante el pasado mes de diciembre sólo se recibieron dos casos confirmados de víctimas de estas sustancias.

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