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Cali es la ciudad de Colombia en la que más menores de edad son asesinados

Durante todo el año pasado, en la ciudad mataron a 216 menores de edad. Es como si a los estudiantes de once salones los hubieran asesinado.

27 de septiembre de 2012 Por: Santiago Cruz Hoyos | Reportero de El País

Durante todo el año pasado, en la ciudad mataron a 216 menores de edad. Es como si a los estudiantes de once salones los hubieran asesinado.

Jairo Silva – director seccional de Medicina Legal  – se pone  de pie frente  a su escritorio.  Abre un poco las piernas. Simula tener un revólver en su mano. Toma la empuñadura imaginaria. Apunta hacia abajo.  El cañón, describe, hunde el cráneo de un niño. Uno de apenas tres años. Se sienta. El tiro, explica, fue de contacto. Por eso - por una explosión interna -  en la cabeza se  observa algo así como una estrella. La foto del cadáver está en la pantalla de su computador.-Es una de las necropsias que más recuerdo. Al papá de ese niño lo iban a matar. Lo estaban persiguiendo y se voló por detrás de la casa. El niño estaba ahí, parado. El sicario decidió pegarle el tiro al pequeño. - ¿Esta es la ciudad de Colombia   donde más niños están matando?-Sobre cualquier grupo poblacional que usted me pregunte, es más Cali. Hacemos la mayor cantidad de necropsias de hombres asesinados, de mujeres asesinadas, de niños asesinados. La regional Suroccidente -Cauca, Valle y Nariño-  es la que más casos atiende en todo el país, por encima de Bogotá o Antioquia. Cerca del 22% de los casos los hacemos nosotros, de ocho regionales. Eso no quiere decir que acá es donde más maten, sino donde más volumen de casos se atiende. Existe esa sospecha: Cali es la ciudad de Colombia donde más niños están matando. Un informe de la Agencia de Comunicaciones para la Niñez, Pandi, dice que de los 342 homicidios cometidos contra niños, niñas y adolescentes entre enero y abril de 2012, el 60% se registró en las capitales del país. De 203 casos, el 35% sucedieron en Cali,  el 19% en Bogotá y el 17% en Medellín. En todo el 2011, sólo en la ciudad, mataron a 216 menores de edad según los datos del Observatorio Social. Es como si a los estudiantes de once salones repletos los hubieran asesinado. ¿Por qué?IIRaúl Astudillo es cirujano pediatra del Hospital Universitario del Valle y también atiende en la Clínica Valle del Lili. Allí hay juguetes, muñecos de madera, una bomba inflable con un rostro feliz y un mensaje: pásala súper.  Astudillo, sin embargo, luce serio. En Cali, dice, se valora poco la vida, pero sobre todo la de los niños. Hace una década, recuerda, decidió, junto con otros pediatras y comunicadores sociales, visibilizar la violencia sistemática contra los niños de Cali. Se empezaron a reportar entonces  un número inusitado de pequeños  heridos y muertos por arma de fuego después de enfrentamientos entre pandillas juveniles, o entre fuerzas del Estado y bandas delincuenciales, o en atentados contra sus padres. Sin embargo,  a pesar de ese esfuerzo, dice Astudillo,  no hubo respuesta en la comunidad.- Uno como cirujano de niños en una ciudad como Cali tiene un volumen de pacientes equiparable a los que tendría en un país en guerra como Irak. Las cifras son dramáticas: el 46% de todos los casos de trauma en Cali son niños. A la Sala Ana Frank del Hospital Universitario del Valle llegan en promedio entre tres y cuatro niños heridos de bala a la semana.Los ejemplos abundan. Jean Edwin Cuero, un niño de 9 años que iba a jugar fútbol en la cancha del  barrio Manuela Beltrán, fue asesinado cuando dos pandillas empezaron a disparar;  a Johnny Lexo Erazo, un año y medio, lo mataron mientras caminaba por la zona alta de Siloé; a Pedro José Díaz, un patinador de doce años, todo un campeón, una bala le entró por el cuello. Hace un mes, una bebé recién nacida apareció sin cabeza en un canal de aguas residuales al oriente de la ciudad. Los niños  - la esperanza del futuro – caen heridos, caen muertos,   y  sin embargo todo  sigue   igual.  -Poca valoración de la vida. En la ciudad  falta interés, una política de gobierno, para tratar esta problemática. Una política de prevención, promoción, valoración de la vida. Crear centros de atención especializados para los niños. Cali tiene falencias en ese sentido. El Hospital Departamental sería el ideal para cubrir la ciudad y la región,   pero mire la crisis en la que está, dice Astudillo. Y un funcionario del Gobierno que pide no ser citado, sugiere que se analicen los planes de desarme que promueve el Alcalde de Bogotá Gustavo Petro, para explicar por qué la capital del país, siete millones de habitantes, registra este año la mitad de los niños muertos que Cali (tres millones de habitantes). Entonces reflexiona: acá prohibir el porte de armas durante un fin de semana es un problema. Parte de la respuesta al por qué matan más niños, es política.Parte, también, es social. En Cali hay zonas donde la expectativa de vida es 17 años. El cementerio de Siloé sugiere que el orden de la vida en Cali está trastocado. Las tumbas, en su mayoría, son de jovencitos. Allí los padres entierran a sus hijos y no al revés. Allí los mensajes en las lápidas empiezan así: Hijo, dos puntos. Allí los familiares de muchos van todos los días como una suerte de ritual. Lo mataron porque lo confundieron; lo mató una bala pérdida; lo mató fulano por una venganza, cuentan. Las historias de los visitantes a las tumbas explican que allá afuera, en las calles de esta ciudad,  hay una guerra  por falta de empleo, de estudio, de ser incluidos y eso también explica los niños muertos.III

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