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Boyas con GPS, la estrategia de los narcos para enviar coca en Centroamérica

Los cargamentos de coca son arrojados al mar en Centroamérica y la boya da su ubicación. Pueden costar US$25.000.

12 de octubre de 2016 Por: Redacción de El País

Los cargamentos de coca son arrojados al mar en Centroamérica y la boya da su ubicación. Pueden costar US$25.000.

En agosto pasado,  guardacostas  de la Armada  incautaron en Tumaco un cargamento de 800  kilos de cocaína que habían sido lanzados al mar. La  droga estaba distribuida en 38 bultos herméticamente sellados y amarrados unos con otros. En la mitad de uno de los paquetes tenía una especie de brújula.

Se trata de una boya satelital, usada actualmente por los narcos para que no se pierda la droga cuando la lanzan cerca a las costas de Centroamérica.

También, según fuentes de la Dijín de la Policía, la utilizan para evadir a las autoridades cuando son sorprendidos. “Lanzan la coca para no ser detenidos  y luego con las coordenadas la recojen”, explicó un oficial.

Los guardacostas, apoyados por una aeronave SR-560 de la Fuerza Aérea Colombiana, detectaron una lancha y se inició una persecución. Los transportadores lanzaron los paquetes, que se encontraron flotando a 85 millas náuticas al noreste del municipio de Tumaco.

Las autoridades colombianas descubrieron por primera vez estas boyas radiales y satelitales a fines de 2014 en el Pacífico. Al parecer, el Clan Úsuga  fue el primero en usarlas.

[[nid:585154;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/10/boya-gps.jpg;left;{Esta es la boya satelital hallada en uno de los cargamentos.Foto: Especial para El País}]]

Un informe publicado por el diario mexicano El Universo explicaba que los cargamentos de drogas envueltos en una red de pesca se atan a una boya satelital y se lanzan al mar donde la boya se ancla hasta que los cargamentos sean recogidos y trasladados a tierra.

“Los paquetes de drogas en sí están protegidos por sacos impermeables y rastreados por medio de localizadores individuales de GPS conectados directamente a teléfonos o computadoras móviles que posteriormente facilitan el manejo de los cargamentos. Es posible enviar mensajes de ida y vuelta a las boyas en tan solo 30 segundos mediante una red de satélites asociada con la boya. La cobertura de estas redes tiene un alcance mundial y permite que el controlador del cargamento vigile el movimiento de los mismos a cientos o miles de millas de distancia”, señaló El Universo.

Los dueños de la coca

Los 800 kilos de coca decomisados cerca a Tumaco, según las autoridades, pertenecían a una red de traficantes, conformada por cuatro bandas señaladas de enviar  cerca de 150 toneladas de coca al exterior. Funcionaban como  ‘outsourcing’ en el que cada grupo cumplía una función en la cadena del narcotráfico.

En un año las autoridades le  decomisaron a estas organizaciones 80 toneladas de coca, que salieron del Parque Natural Sanquianga, en Cauca,  de Tumaco y de Esmeralda, en Ecuador.  Precisamente, de las 27 personas capturadas en esta operación, diez de ellas fueron en Ecuador. Y el líder de estos, alias Peri, lo capturaron en una finca en el lago Calima.

Era el encargado de viajar a Ecuador, donde coordinaba la logística con dueños de lanchas, las que enviaban con coca.

“Él, aparte de enviar la droga, se encargaba de parte del transporte hasta Centroamérica. Desde Ecuador, especialmente el puerto de Esmeralda, sacaban parte de la droga en lanchas, que tenían un capitán y dos tripulantes. Tenían rutas trazadas y barcos pesqueros que en el recorrido abastecían de gasolina las embarcaciones”, relató el investigador.

Asimismo, era el que conseguía las boyas con GPS satelitales. De acuerdo con la información recopilada por los investigadores en las interceptaciones cada boya satelital tenía un costo de US$25.000.

Además, por la lancha equipada cobraban US$37.000 y por cada uno de los tanqueos en alta mar, efectuados por pesqueros, tenían una  tarifas de  US$ 25.000, por el segundo US$50.000 y si era necesario un tercero US$70.000.

Al capitán de la  lancha le pagaban US$40.000 y a los lancheros US$ 30.000.

Y las tarifas por las que los narcos de Centroamérica, quienes a su vez, tenían enlaces con el Cartel de Sinaloa, variaban dependiendo al país que llegara la coca.

“Si era a  Costa Rica cada kilo estaba entre  US$8000 y US$8500,  Guatemala de  US$10.000 a US$11.000 y en México de  US$12.500 a US$14.000 por kilo. El precio del que compra varía  dependiendo de la calidad de la droga, así como el punto de entrega; entre mas lejos de la orilla de la costa de cada país, menos valor”, explicó uno de los investigadores.

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