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Bonaverenses marcharon en contra de la violencia, el olvido, y por sus desaparecidos

Más de 300 personas se movilizaron por las calles de Buenaventura por la reaparición de la violencia y por los incumplimientos de las promesas que el Gobierno Nacional hizo dos años atrás, tras la primer gran marcha.

19 de febrero de 2016 Por: Redacción de El País

Más de 300 personas se movilizaron por las calles de Buenaventura por la reaparición de la violencia y por los incumplimientos de las promesas que el Gobierno Nacional hizo dos años atrás, tras la primer gran marcha.

Victoria salió este viernes de su casa de la Comuna 12, vestida de blanco, y con la foto de su hijo David Piedrahita Mina, desaparecido desde el 2004. Ella fue una de las personas que  recorrieron la vía principal de Buenaventura para protestar por la violencia y el olvido de la ciudad. 

Once años después de la desaparición de su hijo, esta mujer no sabe qué pasó con él. Asegura  que el Estado no le ha reconocido su condición de víctima, pero ella continúa aferrándose a la oración. Victoria marchó ayer para no perder la esperanza.

La violencia

Victoria, que vive en la Comuna 12, dice que la situación es complicada. “No creo en las cifras, digan lo que digan que no hay violencia, no hay robo, no hay ‘casas de pique’, eso es pura mentira”, asegura. 

 Los habitantes de esta comuna, la más grande de Buenaventura  ubicada en la entrada de la ciudad,   deben vivir en medio del fuego cruzado de los grupos ilegales. Fue allí donde entre el 2014 y 2015 encontraron  fosas común con varios cuerpos. También allí, en el barrio Nuevo Amanecer, la Fiscalía corroboró la existencia de las llamadas ‘casas de pique’. Allí, al igual que la mayoría de la ciudad, han vivido la violencia de la guerrilla, de los paras y ahora de las bandas criminales. Unos se llaman ‘Urabeños’ o ‘Úsugas’, otros ‘Rastrojos’ o ni siquiera tienen nombre, pero todos llegan a intimidar a la población.  

Fue por esa reaparición de la violencia y por los incumplimientos de las promesas que el Gobierno Nacional  hizo dos años atrás, tras la primer gran marcha, que  cerca de 300 personas salieron a las calles de nuevo.

“No estamos en contra de nadie, las cifras pueden decir otra cosa, y no es que la comunidad tenga percepción de inseguridad, sino que la gente vive las cosas”, dijo el padre Jhon Reina, de la Pastoral Social, uno de los miembros del Comité por la Marcha Entierro de la Violencia y por la Dignidad de Buenaventura.

En 2014 la cifra de asesinatos ascendió a 148, mientras que en 2015, hubo una reducción del 46 %, aunque el número es alentador para las autoridades, la comunidad   cree que la crisis de la ciudad va más allá de estos números.

Cobran ‘vacunas’,  acosan sexualmente a mujeres y niñas, asesinan a desconocidos, existen fronteras invisibles, desplazan familias amenazan a líderes.

La Defensoría del Pueblo confirmó que en la Comuna 12 los grupos al margen de la ley están obligando a las personas a abandonar sus viviendas. “En el recorrido nos preocupó ver casas que están desocupadas, la gente comentaba que les daban un plazo para desocupar, hay dificultades que la autoridad reconoce”, explica Carlos Hernán Rodriguez, defensor regional del pueblo.

Además, este año,  dos integrantes  del Proceso de Comunidades Negras, PCN, fueron amenazadas. Y una de las líderes   del Colectivo de Mujeres Tejiendo Voces, que se reunía en la plazoleta de la Alcaldía el segundo miércoles de cada mes, dejó la ciudad por amenazas.

La crisis de la salud

La problemática que para el Comité de la Marcha empeoró la situación de la ciudad es la crisis de la salud. Aunque hace dos años se anunciaron recursos por $5800 millones  para reabrir el Hospital Público en nivel intermedio, aún están sin centro médico. Y el alcalde,  Eliécer Arboleda,  aseguró que  se tardaría otros ocho meses más. 

“Se están muriendo hasta cinco personas diarias esperando atención, son cifras reales”,  dijo Narcilo Rosero del Comité. A esto se suma un  brote de meningitis por meningococo, que ya ha cobrado la vida de cuatro niños de los barrios de bajamar. 

El defensor regional del Pueblo, Carlos Hernán Rodríguez, aseguró que las dos  grandes preguntas que deben hacerse en el tema de la salud son: ¿en estos ocho meses quién va a atender a los enfermos? y ¿si el compromiso de reabrir el hospital de nivel dos fue hace dos años por qué no se ha cumplido?”.

 

 

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