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Autoridades alertan sobre el espiral de violencia que afecta a Tuluá

Autoridades aumentaron medidas de seguridad, tras al asesinato del Presidente de la Cámara de Comercio.

16 de marzo de 2012 Por: Redacción de El País Tuluá

Autoridades aumentaron medidas de seguridad, tras al asesinato del Presidente de la Cámara de Comercio.

El asesinato del presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Tuluá, Jesús Ernesto Victoria Valderrutén , y de un sobrino suyo, el pasado fin de semana, revivió el miedo en esta población, considerada el año pasado una de las 20 más violentas del país.Aunque en los dos primeros meses de este año han bajado los homicidios, pasando de 27 a 19, los casos de los últimos días encendieron las alarmas de los tulueños que el martes pasado realizaron una marcha para protestar por la ola de violencia. En la madrugada de ese día, horas antes de la marcha, desconocidos lanzaron un artefacto explosivo contra una casa, donde al parecer funcionaba un expendio de “olla” ubicada en el barrio Bosques de Maracaibo. Asimismo, 20 días atrás fue asesinado el reconocido abogado Jorge Humberto Candamil Martínez y herido su conductor, mientras observaban un partido de fútbol en las canchas del barrio Avenida Cali. Estos hechos hicieron que desde el lunes pasado el coronel Nelson Ramírez Suárez, comandante de la Policía Valle, despachara desde esta ciudad, con 150 hombres para apoyar las operaciones. “Durante este tiempo vamos a poner en práctica unos planes y estrategias con el fin de contrarrestar a los grupos criminales”, indicó Ramírez. El oficial aseguró que la mayoría de los crímenes que se han perpetrado en Tuluá son el resultado de una guerra a muerte entre dos facciones pertenecientes a la banda criminal de ‘Los Rastrojos’, que se disputan el territorio “para la actividad del microtráfico”.Precisamente, el miércoles fue arrestado Johan Esteven Idrobo Pérez, alias ‘Jerry’ , señalado como uno de los presuntos responsables de esa confrontación. El supuesto jefe de sicarios había salido de la ciudad para esconderse en Santa Marta, debido a esa guerra.Aunque el homicidio de Jesús Ernesto Victoria Valderrutén, al parecer no está relacionado con el enfrentamiento entre ‘Los Rastrojos’, las autoridades manejan la hipótesis de que se trató de un ajuste de cuentas contra otra persona que se encontraba en la misma fiesta.“Ahora uno no puede estar tranquilo en ninguna parte”, manifestó José Luis Martínez, un comerciante de la Calle Sarmiento, al indicar que la muerte del líder gremial fue accidental pues al parecer el atentado estaba dirigido contra ‘Pacho Calzones’, quien acababa de llegar de México.Un espiral de violenciaParadójicamente, el año pasado cuando las cifras de homicidios estaban disparadas, Victoria había dicho que, “infortunadamente estamos metidos en un túnel en donde no alcanzamos a ver la luz. Hacemos grandes esfuerzos por creer en nuestras instituciones, pero los resultados no se ven”.A finales del 2010, de acuerdo con el coronel Ramírez, en Tuluá se inició una disputa entre ‘Jerry’ y ‘El Indio’. El enfrentamiento entre estos hombres se inició a finales de 2010 y tuvo su pico más alto durante los primeros tres meses de 2011, cuando se registraron varios homicidios en los que se utilizaron fusiles.Ramírez agregó que el 76% de los homicidios que se registran en la Villa de Céspedes se deben a la confrontación de las bandas al servicio del narcotráfico y sólo el 14% a factores de intolerancia social.En esto coincide el secretario de Gobierno de Tuluá, Jhon Jairo Gómez Aguirre, quien dijo que ese fenómeno es el producto de la pérdida de valores y principios en las nuevas generaciones, que les gusta la plata fácil, sin el mayor esfuerzo.A comienzos del año el Alcalde le pidió al Ministro de Defensa en Bogotá aumento del pie de fuerza y mayor intervención del Gobierno Nacional para superar este problema, “pero hasta el momento no se ha visto ese apoyo”, indicó el Secretario de Gobierno.Por su parte, el alcalde de Tuluá, José Germán Gómez García, dijo que el fenómeno de la violencia “es una realidad que tenemos a escala nacional”, pero que sin embargo no se puede bajar la guardia y se tiene que seguir apoyando a la Policía suministrándole los elementos y equipos necesarios para desarrollar su trabajo.Uno de los mayores problemas que tienen las autoridades en Tuluá es la dificultad para judicializar a los miembros de estas bandas, ya que la comunidad no denuncia por temor.

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