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Así se libra la guerra del microtráfico de drogas en Cali

El tráfico de sustancias en Cali se ha convertido en un negocio que busca controlar el territorio con ‘líneas imaginarias’. Cualquier paso de una banda enemiga más allá de estos límites se convierte en una sentencia de muerte.

24 de julio de 2011 Por: Elpais.com.co I Daniel Suárez Pérez

El tráfico de sustancias en Cali se ha convertido en un negocio que busca controlar el territorio con ‘líneas imaginarias’. Cualquier paso de una banda enemiga más allá de estos límites se convierte en una sentencia de muerte.

A las 9:00 p.m. del pasado 20 de junio dos grupos de jóvenes se enfrentaron a tiros en el barrio Las Orquídeas del Distrito de Aguablanca.En el intercambio de disparos murió un menor de 14 años de edad y otros tres jóvenes. Esta ha sido la masacre más grave ocurrida en Cali en lo corrido de este año. El general Miguel Ángel Bojacá, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, informó que el hecho se produjo entre las pandillas conocidas como ‘El Pozo’ y ‘El Humo’, las cuales están integradas por más de 50 jóvenes.La Policía reportó que el enfrentamiento al parecer estaba relacionado con el control del microtráfico en la zona suroriental de la ciudad.El tráfico de sustancias en Cali se ha convertido en un negocio que busca controlar el territorio con ‘líneas imaginarias’. Cualquier paso de una banda enemiga más allá de estos límites se convierte en una sentencia de muerte.El Observatorio Social publicó que en el primer semestre de este año 931 homicidios se cometieron en Cali y que en el 13% (121) estaban involucradas 73 pandillas. En el mismo periodo de 2010 se perpetraron 895 asesinatos, la participación de los pandilleros tenía un porcentaje menor, con el 11% (98 muertes).Negociación mortalEl organismo también analizó los homicidios en las pandillas juveniles entre los años 2005 y 2009. Los datos señalan que además de dedicarse al atraco y la venta de alucinógenos, estas organizaciones participan en el tráfico de armas de fuego. En ese periodo los investigadores hallaron que 103 pandillas participaron en asesinatos.Doris Tejeda, directora del Observatorio Social de Cali, manifiesta que “el ‘ruleteo’ o venta de estupefacientes es de los factores que genera competencias por territorio. Pero es claro que como estos grupos están armados esa lucha genera muertos”.Un oficial de la Sijín manifiesta que estos crímenes ocurren cuando los integrantes de una pandilla traspasan las ‘líneas imaginarias’ que limitan el territorio enemigo.“Ellos se pelean las zonas donde hay mayor concentración de consumidores, entonces luchan con la otra banda. En el caso de Aguablanca ocupan sus áreas de residencia que por lo regular son una o tres manzanas”, explica el agente.Investigadores de la Policía y la Fiscalía también revelan que en el centro de la ciudad, en el sector del Calvario y Sucre se mantienen los expendios de droga.“Allí hay habitantes de la calle, por lo que aún hay gran cantidad de consumidores. Aunque esto ha cambiado por la remodelación urbana del centro, todavía hay sitios en que es muy difícil investigar”, señala uno de los agentes. El oficial de la Policía comenta que aunque en otros sitios de Cali también hay microtráfico, hay condiciones que hacen más violento el fenómeno en las comunas del Distrito de Aguablanca. “Allá es fácil encontrar a alguien consumiendo y vendiendo. Además hay proyectos de vivienda nuevos y esas bandas están luchando por tener desde ahora esos espacios”.Esos casos se han presentado especialmente en zonas como Potrero Grande, barrio que el año pasado estuvo entre los diez más violentos de la ciudad.Aprendiendo desde el hogarLas hermanas Muñoz eran seguidas por investigadores de la Policía y la Fiscalía desde hace varios meses. Las quejas de los vecinos y los datos de los consumidores retenidos en el barrio Bretaña, en el centro de Cali, las señalaban como las responsables de dos de los mayores expendios del sector.Las pesquisas adelantadas pudieron determinar que Lina, una de las hermanas, vendía droga casi todos los días desde las 4:00 p.m. hasta las 11:00 p.m.. Durante esas horas los clientes la llamaban a su celular para pedirle ‘el perico’. Minutos más tarde, los consumidores era atendidos por su hija, el portero del edificio o la administradora de una tienda ubicada en el primer piso.Según la investigación, ‘Las Muñoz’ se abastecían casi a diario de 30 ó 40 paquetes que les llevaba una mujer que residía en la vereda Los Andes, de Cali. Ambas vendían en promedio quince dosis de cocaína avaluadas entre los $30.000 y $35.000. Las mujeres, junto con sus cómplices, fueron capturadas el pasado jueves en la madrugada. Entre sus clientes había menores de edad, hombres que llegaban en vehículos y ‘jíbaros’ que se infiltraban en las discotecas para revender la droga.Las autoridades han detectado desde el año pasado 246 expendios como este en Cali. Se calcula que entre enero y noviembre de 2010 distribuyeron 12,3 toneladas de estupefacientes. Los cifras apuntan a que el negocio se concentra en las comunas 3, 4, 9 y 10, donde se incautaron 674 kilos. Se investiga si en estos sitios están ubicados los expendios a los que llega la droga proveniente del Cauca y que luego es repartida a ‘ollas’ más pequeñas y ‘jíbaros’ de Cali.Tráfico, familia y pandillas.“Uno captura al abuelo y a los meses se da cuenta que después de varios operativos ya ha capturado a los hermanos, los hijos y los nietos”, comenta un agente del CTI.Un oficial de la Sijín expresa que “cada vez el microtráfico nos está preocupando por la cantidad de adolescentes que se vinculan, no sólo desde el consumo se ha incrementado, se han involucrado mucho en la venta. Uno entra a Aguablanca y ve jóvenes que consumen y venden droga delante de los padres”.El uniformado indica que se han encontrado más adolescentes en estos grupos porque “las personas que están allí durante varios años están adquiriendo un nivel delictivo más alto, lo que les permite ingresar a las redes de narcotráfico que envían droga al exterior. Esos espacios que dejan están siendo ocupados por los más jóvenes”.La directora del Observatorio Social de Cali manifiesta que “las pandillas son unas estructuras atractivas para el tráfico interno, porque ya tienen un territorio establecido y porque además sus integrantes son consumidores de alucinógenos, lo que les permite tener contacto con el medio”.El oficial de la Policía explica que los pandilleros “a parte de tener la línea –o ruta de comercialización- de estupefacientes, se dedican al robo y al ‘fleteo’. Eso lo hacen para mantenerse vivos en la zona, verse fuertes ante los otros y mantener el control en todo el negocio”.Desde el CaucaSegún la Sijín de la Policía Metropolitana de Cali, el 80% de la droga que es comercializada en Cali proviene de las zonas rurales del Cauca. El otro 20% es traido del Chocó y los Farallones de Cali. El kilo (mil dosis) de base de coca en Cauca tiene un valor que oscila entre los $3 millones y $3.200.000. Cuando llega a Cali se pueden producir hasta 1.500 dosis avaluadas entre los $3.800.000 ó $4.000.000.Se ha detectado que la droga la camuflan en llantas de carro y en cilindros de gas, entre otros.

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