Diez grandes himnos del Grupo Niche

El nombre de Jairo Varela partió la historia de la salsa en Colombia en un antes y un después. De la mano de su legendario Grupo Niche, Jairo dotó a la salsa colombiana de una nueva sonoridad y una identidad propia que la llevaron a un escenario de reconocimiento internacional que nunca había tenido. A lo largo de más de 30 años escribió canciones que Cali, Colombia y los rumberos del mundo entero no olvidarán. Letras y músicas que marcaron el camino de diferentes generaciones y sus vivencias en el barrio, la rumba, el colegio, la universidad, el amor, el desengaño o la soledad. Canciones que le contaron al mundo sobre las maravillas de este Valle del Cauca y el sabor único de su Cali Pachanguero; sobre la riqueza y la tristeza del Pacífico, sobre la grandeza de Colombia y su folclor. Y de todo ese vasto universo de canciones El País seleccionó diez emblemáticas (reconociendo dolorosamente que se quedan muchas por fuera de la lista), para recordar sus orígenes y su importancia dentro del cancionero popular. Un pequeño, pero sentido, homenaje al maestro, al hijo de Quibdó, al enamorado eterno del Atrato, al sonero melancólico, al juglar urbano del Pacífico. Paz en tu tumba, Jairo... ¡Que todo el mundo te cante!

Buenaventura y Caney

Del álbum 'Querer es poder' (1981). Fue el primer éxito de Niche, le abrió las puertas a la agrupación a nivel nacional e internacional, en especial en EE.UU. José Aguirre, ex director musical de Niche y uno de los músicos que mejor conoció a Varela, asegura que aquí se muestra el amor de Varela por su etnia. El Caney y el Boulevard eran las dos discotecas más famosas de inicios de los años 80 en Buenaventura, y para pasar de una a otra los rumberos caminaban sólo "dos pasos". Para completar el famoso coro, Varela hizo referencia a otros dos emblemas de la vida cotidiana del Puerto: "Ay, llegamos al Piñal (el puente que une la isla de Cascajal con el Continente), luego nos tapiamos" (es decir, nos emborrachamos).

"él hizo una versión nueva, le cambió el nombre a la canción por 'La danza de la chancaca' (2001) e incluyó chirimía. Salió con un nuevo sonido, de la vertiente del folclor del Chocó. En ese tiempo hablar de música del Pacífico era muy difícil, ni siquiera al salsero le creían", explica Aguirre.

Cali Pachanguero

El gran himno popular de Cali fue compuesto por Jairo Varela en uno de los primeros viajes del Grupo Niche a Nueva York, después de un fugaz encuentro con un inmigrante caleño que intentaba conquistar el sueño americano en la Gran Manzana y le contó sus miserias y su enorme nostalgia por Cali. Buena parte de los arreglos se hicieron mientras el Grupo Niche actuaba en Cartagena, y Jairo terminó de escribir los últimos pregones en Medellín, mientras se desarrollaba el proceso de grabación de 'No hay quinto malo'. Según Ember Mosquera, mánager de Niche por 20 años, "es una canción que técnicamente hablando tiene errores, cruces en la clave de la salsa, los músicos le bajaron la nota a Jairo con este tema, pero él replicó: "A mí me gusta así". Y así la grabó.

Del Puente para Allá

A mediados de los años 80, el Carnaval de Juanchito era un ícono poderoso en la escena salsera internacional. Desde 1982, el empresario César Araque, más conocido como Larry Landa, lo había posicionado como un templo de la salsa dura. Y Jairo Varela decide hacerle un homenaje en el que plasma una descripción minuciosa, pormenorizada, poética: "Y en el medio de los dos pasa el Cauca, pasa el Cauca, buscando al Magdalena", dice émber Mosquera.

Esa frontera que Jairo visualizó y convirtió en canción, conecta dos polos salseros.

Mi Valle del Cauca

"Es una radiografía que le hace a todo el Valle.

Esta canción le dio muchas satisfacciones, consolidó su fama", explica émber. él cuenta que después de que se rompió la orquesta por primera vez, cuando se fueron los integrantes y formaron Los Niches, Varela hizo un trabajo que tituló 'Tapando el hueco' (1988), en el cual incluyó este tema. Es otro himno del departamento: "Esta es mi tierra bonita, mi tierra preciosa, mi Valle del Cauca. Al centro Tulúa, Buga que es miel, al norte Cartago y Obando, Buenaventura en el mar...".

Gotas de lluvia

Es del álbum 'Huellas del pasado' (1995): "Gotas de lluvia, no es el rocío, lágrimas que vienen del corazón". Varela la compuso para que la cantara Charlie Cardona, quien entonces ya estaba diciendo que se iba. "Willy García iba de vez en cuando a hacer coros y Jairo quiso probarla con Willy, pero yo le decía que no era para su voz. Jairo insistió, se grabó y a él se le olvidó Charlie", cuenta Aguirre. Así empezó la trayectoria de este cantante con el Grupo Niche.

Mi pueblo natal

"Ya vamos llegando, me estoy acercando, no puedo evitar que los ojos se me agüen". Este tema del álbum 'Llegando al 100%' (1992) era el preferido de Varela, junto con 'Un alto en el camino'. Se convirtió en el himno de los secuestrados, pero en realidad nació de la nostalgia por su natal Quibdó. "Allá su abuelo, el señor Martínez, tenía aserríos y nos íbamos de vacaciones.

Uno se iba río abajo a pescar y cuando veníamos subiendo, a lo lejos, por la tardecita, se veía un cocuyito, que era el pueblo", narra émber.

Una aventura

"Una aventura es más bonita si aquella rosa es prohibido saber quién la regaló...".

En el álbum 'Cielo de tambores', en 1990, se incluye este tema que, aunque tiene tres versiones, se convirtió en éxito en la voz de Charlie Cardona, y es una de las canciones más reconocidas de Niche en los escenarios internacionales, especialmente en Europa. De esta canción, émber Mosquera tiene una anécdota: cuenta que una vez Jairo, que era muy pintoresco según él, lo llamó y le dijo: "Hermano, hice unas canciones que van a desbaratar matrimonios, se llaman 'Una aventura' y 'Se pareció tanto a ti', yo sé que me van a demandar, hermano".

Hagamos lo que diga el corazón

Del álbum 'Llegando al 100%' (1991). "Después de 'Cielo de tambores', Varela contrató un productor, músicos y al arreglista Tommy Villarini, todos puertorriqueños. Ya grabado el disco, Jairo borró todo y los músicos dijeron: "Pero si eso suena brutal". Y él respondió: "Suena bien, pero no es Niche", y arrancó nuevamente de cero. Del arreglo inicial de esta canción sólo dejó la introducción, cuenta José Aguirre. Fueron actitudes y decisiones como esta la que le valieron al Grupo Niche el desarrollar un sonido propio, totalmente diferente al de las orquestas boricuas, y le dieron el respeto de los músicos de Puerto Rico, Nueva York y Cuba.

La canoa ranchá

Del álbum 'Etnia' (1996), este es el único tema de Niche aprobado con una sola grabación. "Es un relleno, porque faltaba una canción para completar el álbum y Jairo no tenía más temas", cuenta José Aguirre. El portero del edificio donde vivía Varela cantaba esta canción, que tuvo fama cuarenta años atrás en la interpretación de Los Trotamundos de Enrique Aguilar y que proviene de cantos folclóricos tradicionales del Pácifico.

Le pidieron cantarla y José la iba a montar en salsa, pero Jairo le dijo que era mejor como cumbia: "Grabamos en la tarde y así salió".

A prueba de fuego

Grabada en 1997 mientras Jairo estaba en la cárcel, esta canción es tema de culto entre los melómanos, bailarines y los salseros bravos de Cali. No sólo porque se trata de una letra que refleja el profundo abismo que vivía quien la escribió, sino también por poseer un arreglo musical montunero, afincado y agresivo en el que el Grupo Niche de finales de los 90 retoma el aire barrial de sus primeros discos y lo fusiona con algunos elementos propios del funky, como un solo de guitarra eléctrica, para acentuar el mensaje de rebeldía y dolor implícito en el texto. El resultado es un tema hecho a la medida del bailador caleño, en el que la orquesta lleva al rumbero hasta las cumbres entre metales potentes y un 'tumbao sangreao' de principio a fin. En forma paradójica, la radio comercial sólo vino a descubrir tales virtudes más de diez años después, convirtiéndola en el éxito que es hoy. José Aguirre iba todos los días a trabajarla con Varela en la cárcel: "Cuando grabamos, Jairo dirigía por un teléfono de monedas y hacía cambios. Fue difícil". Fue su manera de evadirse de la situación, porque todos los días le pedía a José comenzar de nuevo y desechaba lo avanzado en la víspera.