Una de las jueces en el festival de tatuaje 'CaliTattoo' fue la reconocida tatuadora Megan Massacre, (Megan Woznicki es su nombre real) de 32 años, recordada por su participación en los programas de televisión NY Ink, America’s Worst Tattoos y Bondi Ink.
Ella visitó por primera vez Colombia y le contó a El País sobre su historia en el mundo de los tatuajes, como ella misma asegura “un mundo que era dominado por los hombres”. Habló también de su amor por los animales, de cuántos tatuajes tiene y de su visita a esta ciudad.
¿Cómo fue entrar a un mundo que ha sido regido por hombres?
Difícil. Cuando inicié tenía 14 años, la verdad las cosas eran muy diferentes a como son ahora. El tatuaje no era tan aceptado, mucho menos era normal ver mujeres con tatuajes o que tatuaran, era algo muy raro para los demás. Al principio no tenía tatuajes.
Fue luego de mis 18 años cuando me hice el primero. Sin embargo, sentí demasiado esa rivalidad de un mundo que solo era de hombres, en el que ellos dominaban y mandaban, mucha gente no fue buena conmigo. Viví cosas feas como el rechazo. En público las personas me miraban raro, guardaban distancia, me hablaban mal y me juzgaban, pero la verdad nunca me importó, esto era algo que amaba hacer.
¿Aún siente esa rivalidad entre hombres y mujeres?
Sí claro, siempre ha sido así pero ahora es mucho menos. Este mundo ha ido haciendo espacio para las mujeres, me siento honrada cuando me dicen que fui una de las pioneras en abrir ese camino. Es verdad ese machismo y todavía lo siento, aún varios artistas jóvenes dicen que esa popularidad es solo por ser mujer o por mi imagen femenina y no por mi talento, pero también hay muchos otros a quienes admiro y respeto, que me apoyan y que no tienen ese pensamiento. Y aunque ese chip ha cambiado, se siente un poco todavía.
¿A qué cree que se debe ese cambio de pensamiento?
Cuando NY Ink empezó en la televisión, yo fui una de las personas elegidas para ser parte del elenco de tatuadores de ese programa y con eso pasé de un momento a otro a ser una persona muy ‘cool’, popular y a la moda. Es curioso, pero considero que esos programas de televisión fueron los encargados de generalizar el tatuaje, de que su significado fuera cambiando y se empezara a ver a los personajes del mundo de la farándula como cantantes y actores, en toda parte con tatuajes. Entonces, la gente empezó cambiar su concepto.
¿Llegó a pensar, alguna vez, que iba a ser tan exitosa?
Jamás, quizás tuve también un poco de suerte. Si alguien se me hubiera acercado en aquel entonces, cuando comenzaba a tatuar y me hubiera dicho que iba a tener éxito, que iba a aparecer en la televisión y que me iban a querer, jamás lo hubiera creído, pensaría que era un chiste. Sabes, es muy lindo ver que el mundo ha cambiado tanto en poco tiempo, el tatuaje se considera arte y en realidad lo es. Ojalá las cosas sigan mejorando.
¿Qué dijeron sus padres cuando decidió ser tatuadora?
Mis padres al inicio estuvieron muy molestos y no lo aceptaron, pero en realidad no era tanto por los tatuajes, era más por el tipo de vida de la gente que tenía tatuajes. Ellos consideraban que ese ambiente era un poco peligroso y tenían razón, en ese tiempo sí lo era. Cuando miro atrás a mis recuerdos, me doy cuenta de que tenían la razón.
Mi madre fue la primera persona en aceptar que me dedicaría a este mundo y que me haría tatuajes, a ella le tomó un par de meses y cuando me habló me dijo: “Bueno obviamente eso es lo que tú amas. Te apoyaré”.
Y su padre...
A él le tomó un par de años, le fue bastante difícil saber que su hijita quería algo así. Pasaron tres años antes de que habláramos y fue incluso gracioso cómo pasó. Él iba caminando por la calle y vio en una tienda una revista muy conocida con mi foto en la portada, se sorprendió tanto que me llamó y me dijo: “Tengo una revista en mi mano, ¿eres tú?”, y cuando se lo confirmé recuerdo que se disculpó por no confiar antes en mí y me explicó que se sentía orgulloso y que si había logrado eso era porque era buena en lo que hacía.
¿En total, cuántos tatuajes tiene?
Ya perdí la cuenta, pero creo que tengo alrededor de unos 30, de diferentes técnicas y tamaños.
De esos treinta, ¿hay alguno que sea más especial para usted?
Sí. Mi favorito es el tatuaje de un sagrado corazón que tengo en mi mano izquierda. Porque es realizado por mi gran amigo y tatuador, Tim Hendricks. Con él trabajé en NY Ink, lo admiro pero nunca, mientras trabajamos, tuve la oportunidad de que me tatuara, fue años después que lo hizo.
Nos encontramos en mi pueblo, estaba trabajando en una convención de tatuajes en Pensilvania de donde soy, nadie va a ahí, es un pueblo pequeño, pero cuando fui, Tim estaba ahí y me sorprendí mucho. No podía creer que estuviera en ese sitio. Así que se cumplió lo que nunca imaginé y fue que uno de mis artistas favoritos me hiciera un diseño y en el mismo pueblo de donde soy. Los días siguientes tenía que tatuar y me tocó hacerlo con la mano hinchada pero valió la pena.
Siempre ha dejado en claro su amor por los animales. ¿De dónde surge?
La verdad no estoy muy segura. Pero desde pequeña los amo. Siempre han estado en mis recuerdos, cuando niña mi familia siempre me tuvo rodeada de muchos animales, tenía perritos, peces y muchas aves. Incluso, les ayudaba en una finca y tenía que cuidar los pollos y los caballos. Es desde la infancia donde me enamoré de ellos. Ahora que estoy más adulta, cada que tengo la forma de ayudarlos procuro hacerlo.
¿Qué es lo más loco que ha llegado a hacer por un animal?
He realizado muchas locuras. Pero una de las cosas por lo que la gente piensa que estoy loca, es cuando hago eventos de tatuajes y dono todo el dinero a fundaciones que los ayudan. Hasta el momento he donado cerca de 25 mil dólares.
Es su primera vez en Colombia, ¿le habían hablado del país y qué expectativas tenía?
Soy amiga de Jean Campuzano, el tatuador que estuvo conmigo en ‘CaliTatto’. Él me había contado mucho sobre Colombia, lo lindo que es y su gente; así que estaba preparada y ansiosa esperando a ver todo eso que me habían contado. Algo que siempre me ocasionó curiosidad es que en mi Instagram la mayoría de los que me siguen son de acá, no podía creerlo, eso me sorprende porque no había venido jamás. Confieso que quería venir desde hace rato y ahora que por fin lo logré me siento demasiado contenta.
De la gastronomía, ¿qué es lo que más le ha gustado?
Desde que llegué lo que más pedía era ir a un restaurante de comida típica, había escuchado muchas cosas buenas. Lo primero que probé y me encantó fue el ‘aborrajado’, creo que se llama así, que es como un patacón con queso adentro, pero dulce. Es delicioso.
¿Cuál experiencia tatuando ha marcado su vida?
Hay muchas, es difícil escoger una, pero de las más recientes que me ha tocado el corazón es la de un cliente llamado Mike, a él le estoy trabajando un tatuaje retrato de su esposa en todo el brazo y la historia del por qué decidió hacerlo es muy triste.
Ellos estuvieron tratando de tener un hijo por varios años y cuando lo lograron, el día del parto se enteraron que su esposa tenía cáncer, ella falleció y el niño sobrevivió. Es algo que me llegó al alma y cada vez que estamos trabajando en el tatuaje es como una terapia, las primeras dos sesiones llorábamos ambos, era doloroso.
Uno como artista siente el dolor de las personas. Ahora me alegra un poco ver cómo él ha progresado, se ve más fuerte. En esta carrera nosotros vemos muchas historias y es una manera, a través del arte, de hacer felices y ayudar a otros.
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