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La justicia regresa hoy a los cines de mano de 'El Llanero Solitario'

Aunque la crítica y la taquilla han sido demoledoras con ‘El Llanero Solitario’, que se estrena este viernes, es un filme imperdible para los fieles seguidores del justiciero.

12 de julio de 2013 Por: Alberto Posso G. ?Especial para El País

Aunque la crítica y la taquilla han sido demoledoras con ‘El Llanero Solitario’, que se estrena este viernes, es un filme imperdible para los fieles seguidores del justiciero.

"Un fogoso caballo con la velocidad de la luz, una nube de polvo, y un caluroso Hi-O Silver!”, fue una frase millones de veces escuchada desde que el héroe enmascarado del oeste estadounidense irrumpiera en 1933 en la dramatización radial de Detroit y para todo el país. En plena depresión económica, la postura justiciera de ‘El Llanero Solitario’ fue un respiro de aliento para suponer un mundo más equitativo, con menos tiranía.Atrajo además, una cantidad significativa de la publicidad disponible en la época y se convirtió de repente en exitosa serie radial, saltó al cómic, la televisión, el cine, siempre con amplio recaudo de su inversión. Hoy, 80 años luego de su primera aparición en la voz de George Seaton, ‘El Llanero Solitario’ ha sufrido su primera gran derrota: la taquilla, que le ha sido esquiva hasta el momento a la súper producción de Disney dirigida por Gore Verbinski.¿Qué ocurrió luego de semejante proceso de producción? Al parecer son detalles puramente narrativos, ya que todos están de acuerdo en que la puesta en escena es categóricamente impecable. ¿Entonces cuál es la debilidad del filme? El guion.La película quiso innovar introduciendo la historia a través de un recuerdo cubierto de fantasía. Un niño que llega a un museo vestido como el Llanero y comienza a hablar con la estatua de Toro, el indígena que se convirtió en fiel compañero del héroe y ahora es un tembloroso anciano. A la manera de ‘Una noche en el Museo’, la nueva versión de ‘El Llanero Solitario’ se aferra al género fantástico, en un giro que no logra adquirir la naturalidad suficiente para convencernos. El recurso de la pintura o la estatua que cobra vida, ha sido reiterativo en el cine estadounidense, pero su fusión con el ‘western’ clásico que representa ‘El llanero solitario’, puede verse como infortunada e incluso como atrevida.La larga introducción a los personajes no tiene la vivacidad que debiera. Para los neófitos: John Reid es un guapo juez que recorre los pueblos de impecable vestido y corbata. En sus correrías tras los malvados, se asocia a un indio loco que habla con un hermoso caballo blanco. Pues Reid no resultará tan compuesto ni el indio tan loco, cuando luego de muchas peleas entre ellos sumen sus esfuerzos para combatir a los villanos del oeste, cuya perfidia y codicia significa la desgracia de muchos desprotegidos.Pero la parte más difícil de la película llega a la mitad del metraje (dos horas y media), cuando la historia parece detenerse entre las repetitivas muecas del indígena (es cierto que Johnny Depp debe dejar el cliché de Jack Sparrow, de ‘Piratas del Caribe’) y las poses infantiles de Armie Hammer, que barbado y todo aparenta la misma inocencia y virtud de su Príncipe en ‘Espejito, espejito’.Sin embargo, hay una grata sorpresa. Justo cuando muchos sentimos desfallecer, ‘El Llanero Solitario’ se lanza al son de su famosa canción ‘Hi-O Silver!’, y nos regala 30 minutos legendarios en el cine de vaqueros. Nostalgia y alegría vivirán los que compartieron con el enmascarado tantas emociones infantiles. Feliz estaría Felipe, el amigo dientón de Mafalda (el cómic de Quino), quien siempre cargaba un cómic de ‘The Lone Ranger’ entre sus fortuitos tesoros.Este fascinante final será entonces como un bálsamo para olvidar la lentitud que nos condujo hasta él, y como por arte de magia se verán perfectos los protagonistas en sus papeles, la ambientación de la estación ferroviaria y la catástrofe que en ella transcurre, nos tendrá con las pupilas dilatadas y el corazón acelerado.No es la maravilla de película ‘El Llanero Solitario’. Pero es que una película no es sólo una buena historia. Es impresionante el despliegue de la escenografía, meticulosamente diseñada y construida, incluyendo el vestuario y tocados de la época.Entre cientos de pasmosos detalles, está la pierna en marfil que lleva el personaje de Helena Bonham Carter. Esta peculiar pieza fue diseñada por el consultor visual Mark McCreery y el ilustrador Jim Carson, y realizada por la artista especialista en marfil, Linda Capstone. Se fabricaron tres versiones diferentes de la pierna, una de ellas estaba equipada con una pistola, fuego, humo y controles neumáticos, gracias al trabajo del departamento de efectos especiales liderado por John Frazier.“Hay muchos detalles que la gente puede creer que son efectos visuales, pero quise tener realismo hasta donde se pudiera”, anota el director, Gore Verbinski.Concluimos, la pantalla grande es el lugar para apreciar una película de tal esplendor como ‘El Llanero Solitario’. Y si contamos con algo de paciencia, saldremos felices tras el muy elocuente final. ¡Hi-O Silver!¿Un recurso necesario?Es 1933, año en que nació el mito de ‘El Llanero Solitario’. Un niño disfrazado como él se queda mirando la estatua de un indígena en un Museo. De repente, el indio cobra vida y empieza a contarle al pequeño la aventura que vivió hace muchos años al lado de un elegante ‘ranger’ que sacrificó sus conceptos sobre justicia para convertirse en héroe enmascarado que defendía a los débiles. Aunque Toro (como se llama el indígena), al principio dudó mucho de que se tratara de un iluminado por los espíritus, a regañadientes se convirtió en el socio fiel de sus angustiosas campañas de justicia.Lo que dicen “Este intento de conseguir otra franquicia al estilo ‘Piratas del Caribe’ trata de recorrer demasiados caminos y tonos, resultando un trabajo que se tambalea y tropieza a lo largo de su metraje. (...) Una aventura moderadamente entretenida pero muy desigual”: Todd McCarthy, The Hollywood Reporter.“Extravagante pero agotadora... este exceso proporciona toda la energía y el espectáculo que el público pueda llegar a esperar, pero pierde toda la diversión en el proceso”: Peter Debruge, Variety.“Dura 2 horas y media, con inconsistencias de tono e interminables y monótonas secuencias de acción. Las escenas alternan entre lo frenético y lo tedioso”: Claudia Puig, del USA Today.

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