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El colombiano y el ruso que superaron el matoneo y persiguieron sus sueños

Diego Arnary, modelo bogotano de familia vallecaucana y el ruso Roman Dawidoff, vivieron en su infancia y adolescencia una pesadilla, que hoy en día sufren muchos niños y jóvenes, por cuenta de las burlas y las críticas a su físico o de su origen humilde.

13 de octubre de 2014 Por: Redacción de El País

Diego Arnary, modelo bogotano de familia vallecaucana y el ruso Roman Dawidoff, vivieron en su infancia y adolescencia una pesadilla, que hoy en día sufren muchos niños y jóvenes, por cuenta de las burlas y las críticas a su físico o de su origen humilde.

Cuando uno ve sus brazos musculosos, sus vientres perfectamente tonificados, sus sonrisas perfectas y sus miradas seductoras, no se imagina que detrás de estos dos protagonistas de calendario hay un pasado doloroso que otros preferirían olvidar: fueron víctimas del bullying.Diego Arnary, modelo bogotano de familia vallecaucana, y el ruso Roman Dawidoff, vivieron en su infancia y adolescencia una pesadilla, que hoy en día sufren muchos niños y jóvenes, por cuenta de las burlas y las críticas a su físico o de su origen humilde. “Yo sufrí de bullying por ser gordo, en mi colegio eran clasistas, y como yo provengo del sur de Bogotá, me discriminaban por eso, me señalaban de ‘ñero’. Roman, por el contrario, era flaco, pero en Ucrania se burlaban de él por esa razón y por su aspecto callejero, ya que llevaba una vida difícil sin el apoyo de su padre”, cuenta Diego Arnary, quien lidera una campaña, una especie de reality en las redes sociales al que llama ‘Easier than you think’, que traduce ‘Es más fácil de lo que piensas’. El propio Diego dice que sufrieron una transformación de patitos feos a modelos, aunque la mayor vocación de este colombiano es la actuación, a la que se ha dedicado paralelamente. Él, que ha vivido más de una década fuera del país, cuenta que inició sus estudios de arte dramático en Colombia, que trabajó en Padres e Hijos, Casados con Hijos y cada vez que volvía a su tierra lo llamaban para alguna producción, como Por Amor, Los Herederos del Monte, La Diosa Coronada. En 2005 se fue a vivir a Australia, allí continuó con sus estudios de actuación.Diego cuenta que al mundo de la televisión en Colombia no es fácil entrar, “el físico influye mucho. Como yo en un comienzo estaba pasado de kilos, me tocó entrenar muy duro, para poder competir con los otros actores”.Una gran fuerza de voluntad y su empeño por seguir sus sueños, a pesar de lo que le decían los demás, lo llevó a viajar a Australia en busca de oportunidades. Y creyéndose el cuento, como dice él, terminó trabajando para campañas de modelaje en Asia, Europa, Estados Unidos. Incluso ha trabajado en producciones de Televisa, como la famosa serie ‘La Rosa de Guadalupe’.Este año decidió iniciar su propio proyecto, el reality ‘Easier thin you think’. “Lo produzco yo todo con un programa de edición básico del teléfono y otro en el computador”, explica. Él y su amigo Roman Dawidoff, un modelo que se hizo famoso gracias a una campaña española que se lanzó en el 2013, y a quien conoció a través de las redes sociales debido a que han protagonizado casi las mismas campañas, viajan por varias ciudades del mundo, compartiendo con la gente. “Como fueron creciendo los seguidores, decidimos lanzar el calendario que estamos promocionando alrededor del mundo”, cuenta Diego, quien no venía a Cali desde 2007.“La idea no es lanzar un calendario y mostrar que somos modelos bonitos, no, es mostrar cómo hemos sobrevivido a este problema social del bullying por el cual se terminan suicidando los niños. Se trata de crear esa conciencia, decirles ‘miren, nosotros pudimos salir adelante’, e invitarlos a no quedarse callados, a abrir la boquita y contarles a sus padres lo que les está pasando. Todo a través de la historia nuestra”, dice el líder de la campaña.Roman aporta: “Es muy importante el seguir adelante con lo que uno se proponga en la vida. el mensaje es que hay que poner una voz en alto frente a los que están haciendo el matoneo. La unión hace la fuerza. No hay que dejarse”. Y Diego continúa: “Hay que reconocer los síntomas, como la depresión, los desórdenes alimenticios, el sentirse rechazado, y comunicarlo. Yo decidí utilizar el rencor a mi favor, para ponerme metas claras en la vida. Fue mi combustible para tener determinación en mis sueños y los hice realidad”.

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