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El barítono Valeriano Lanchas habla sobre su regreso a los escenarios caleños

El bajo barítono Valeriano Lanchas prepara el concierto de mañana, en el Municipal. El tango ‘Volver’ y ‘Bésame morenita’, en el repertorio.

16 de abril de 2013 Por: Redacción de El País

El bajo barítono Valeriano Lanchas prepara el concierto de mañana, en el Municipal. El tango ‘Volver’ y ‘Bésame morenita’, en el repertorio.

Valeriano Lanchas llegó el domingo por la mañana a Cali, ensayó todo el día y por la noche se acostó feliz de estar en la ciudad, pero tan cansado que no escuchó la tormenta eléctrica que se desgajó desde los cielos la madrugada del lunes.El bajo barítono venía de cantar la ópera ‘Iván el Terrible’ en el Palau de la Música Catalana, en Barcelona, España, un esplendoroso teatro diseñado por Gaudí, donde sólo se presentan los mejores.Y con la misma seriedad con que se tomó esa presentación, lo hace con sus los tres días que hará en el Teatro Municipal con el concierto ‘De regreso a mi tierra’. Estarán con él la soprano Gloria Londoño, la mezzosoprano Sofía Salazar y el tenor César Gutiérrez. El cantante habló con El País de ese programa y, como suele suceder cada vez que viene a Cali, comienza manifestando su dicha de estar aquí: “Estoy muy contento de volver tan pronto y de encontrarme con amigos y colegas como la maestra Sofía, Gloria y César”. Usted viene de cantar una ópera completa. ¿Este tipo de conciertos es como un recreo, por ser menos exigente? No, por el contrario, es más exigente porque es con temas que no cantamos con frecuencia y toca cuadrar muchas cosas. Parte del repertorio son canciones que uno canta desde niño en la ducha... Ese es el problema. Uno no puede aparecer en un escenario a cantar como cuando está en la ducha. Ayer hablábamos de eso con Sofía Salazar: todos sabemos el Himno Nacional, pero otra cosa es cantarlo solo. ¿Y cuando se canta temas que no son tan exigentes, se adaptan a la canción o adaptan la canción a la capacidad vocal? Adaptarse a la canción, para hacerle justicia e interpretarla en la tonalidad que es. El cantante está al servicio de la canción y no puede ponerla al servicio propio. Por eso con lo que cantaremos aquí en Cali tenemos mucho cuidado, para que el repertorio se luzca y suene bien. Adelante algo de lo que cantará. El tango ‘Volver’ y la ‘Canción del toreador’ (‘Carmen’). A dúo con Sofía Salazar cantaremos ‘Quiéreme mucho’, con Gloria Londoño haremos ‘Bésame, morenita’. El programa está muy rico. Es de imaginar que la que más ha interpretado es la ‘Canción del toreador’. En ópera completa, en conciertos, en recitales, en todas las formas. Y la disfruto como la primera vez. ¿Cómo le fue en España? Muy bien. Canté ‘Iván el terrible’ en el Palau de Barcelona. Pesadito, porque fue viajar, ensayar, cantar y devolverse, pero salió muy bien. Y aquí estoy disfrutando de Cali. ¿Qué significa cantar ópera en un teatro diseñado por Gaudí o hacerlo al lado de Plácido Domingo, Thomas Hanson y otras grandes figuras?Yo siempre pienso que sí se puede y que la mitad de los obstáculos nos los metemos los colombianos en la cabeza. Puede ser, pero el mundo de la ópera se está abriendo apenas para los latinos, con Juan Diego Flórez, Ramón Vargas, Rolando Villazón y Marcelo Álvarez... Con todos esos que acaba de mencionar he cantado en escenarios internacionales y hay un nivel en que no importa de dónde vengas sino lo que haces en el escenario. Pero no olvide que esto es nuevo... Sí, porque unos cantantes abren camino. Ahora hay varios mexicanos en la cumbre de la ópera, gracias a lo que hizo Francisco Araiza en los años 70 y 80. Los de ahora les abrirán las puertas a otros buenos. A su generación le tocó una ópera mediática con cantantes más jóvenes. ¿Eso afecta la calidad interpretativa? Para nada. No es sino ver las transmisiones del Met, que no hay cantante malo. ¿Pero de pronto en aras de la imagen sacrifican calidad por belleza? No he percibido eso. Lo que pasa es que ahora hay cantantes muy bonitas. Mire, a mí nunca me ha tocado cantar con nadie que es regulimbis pero bonito. Queda la sensación de que los de atrás cantaban mejor... Es un peligro compararnos con las pasadas generaciones. Uno sale medio trasquilado, porque esos cantantes nos sembraron el gusto por esa música. A mí me pasa lo mismo con Frederica von Stade: ninguna mezzo me parece que canta igual lo que ella cantó, porque crecí con ella. Y lo mismo pasa en La Scala, donde el público nunca está contento: si canta Jorge de León, dicen que no canta como Plácido Domingo, y hace 40 años decían de él que cantaba mejor Corelli. ¿De los colombianos que ya están en grandes ligas, cuál llegará más lejos? Mmmm, a ver. Juanita Lascarro está cantando por todo el mundo. Hay una soprano caleña, Betty Garcés, con la que cantaré la Novena de Beethoven el 20 de julio, y quiero oírla, porque me han hablado muy bien de ella. Hay un tenor ligero bogotano, Pablo Martínez, que puede hacer grandes cosas. Y entre los bajos, ¿se vislumbra un sucesor de Valeriano Lanchas? Oiga, ¡yo apenas tengo 36 años! Pero no quiero ser grosero sin mencionar a alguien. Habrá que esperar un poquito, pero se están cocinando unos que están jóvenes. Uno nunca es el último y cuando salgan seré el primero en reconocerlo. Usted ya ha cantado 50 óperas distintas, que es mucho. ¿Cuál papel sueña? No ha llegado el momento, porque me lo han ofrecido y no he aceptado: ‘Falstaff’ de Verdi. Me encantaría hacerlo. No sé si algún día haré Scarpia (‘Tosca’, de Puccini), porque no sé si pueda hacerle justicia. Son pasos que se dan: haber hecho ‘Gianni Schicchi’ aquí en Cali, es una manera de acercarse a esos papeles.

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