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“Yo estoy contra el arte que tiene que ver con fórmulas”: Danilo Dueñas

Defensor del arte en función del espacio Danilo Dueñas hace una reflexión sobre la instalación, a propósito de ‘Arrecife’, su exposición en la galería Jenny Vilá. Homenaje al mundo marino.

21 de septiembre de 2014 Por: Redacción de GACETA

Defensor del arte en función del espacio Danilo Dueñas hace una reflexión sobre la instalación, a propósito de ‘Arrecife’, su exposición en la galería Jenny Vilá. Homenaje al mundo marino.

Danilo, usted defiende la instalación como una manifestación de la pintura. ¿Cómo explica ese concepto? Para mí la pintura es sobre todo una manifestación de capas y al hablar de capas dentro del mundo obviamente estamos reducidos a ver capas en todas las cosas. Un cartón sobre el piso es una capa, o un cuadro sobre la pared es una capa. Lo interesante es que el ser humano otorga a las capas distintos significados. Una de las cosas que más me gusta de mis exposiciones es cuando viene la gente y me preguntan ¿ya está lista? Ese ‘ya está lista’ es maravilloso porque implica que esas capas que están allí operando funcionan de un modo cultural. Se cree que no puede estar listo aquello que culturalmente no está aceptado como listo. Pero resulta que sí, porque son capas que tienen sentido en sí mismas. Entonces se podría decir, más bien, que la instalación es una extensión de la pintura...Una extensión hacia el espacio en el que se vive. Y es obvio que en ese mismo sentido la escultura se ve involucrada, pero la base de todo, antes de la escultura, antes de la instalación, antes de la pintura, es el dibujo, y esa es la parte que la gente no logra entender. Cuando yo digo que algo que está encima de otra cosa es una capa que bien vale la pena por sí sola, es cierto, pero también debido al dibujo que ella ostenta. Es como el juego de dos líneas paralelas, que es interesantísimo. La relación entre las dos líneas, el hecho de que sean paralelas, implica que ahí hay dibujo, que ahí hay pintura, que hay absolutamente todo. Es toda la significación posible de un mundo pictórico.No es fácil para un espectador desprevenido llegar a asimilar ese concepto...Al artista le suceden revelaciones tras revelaciones y siempre tiene que estar listo para recibirlas, es un poco eso. Yo estoy contra el arte que tiene que ver con fórmulas, por lo tanto mi arte es experimental, siempre lo ha sido. Es como descubrir algo que no sé que va a estar allí. Si yo supiera lo que voy a hacer, para qué hacerlo. Yo no soy un ingeniero, yo no soy un arquitecto. Por el contrario, necesito que no haya ningún plan, necesito que el mundo se le revele a uno de una forma completamente nueva cada vez para acatar lo que hay de vida en ese mundo. Y entonces aquí viene el espectador. Porque lo que yo intento hacer es mostrar a los demás la vida que hay en todo, incluso en las cosas en donde se supone que no hay vida, como una tabla o una escalera o una piedra.Y luego está la necesidad del espacio en la que usted insiste...Si no existe el espacio no puedo actuar. Siempre necesito que me otorguen la posibilidad de actuar dentro de un espacio para que exista mi obra.Es el caso de esta galería, donde surge ‘Arrecife’.Esta exposición es en honor a la galerista, que es de la costa. Entonces hay unos libros, que se refieren a un tema submarino, hay un barco negro. Hay, también, una especie de arrecife, con algas, y luego un escenario que parece un mar abierto. Y luego hay un cuadro que muestra el puerto de Hamburgo, con todo y sus luces. Lo interesante de esto es que casi todos los objetos me los ayudaron a conseguir aquí y yo los fui reorganizando. La puerta fue encontrada abajo, las escaleras, las camisetas, un manto largo. Y mi visión es justamente esa, que cuando el espacio admite el arte, nunca es una equivocación. Hay una razón por lo cual sucede todo.

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