El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Cultura

Artículo

Philomena, un melodrama imperdible

El director Stephen Frears (‘La Reina’, 2006), nos trae otra película protagonizada por una mujer. Se llama ‘Philomena’ y está basada en la historia de una mujer que cincuenta años después de perder el rastro de su hijo, aún quiere encontrarlo.

20 de febrero de 2014 Por: Claudia Rojas Arbeláez* | Especial para GACETA

El director Stephen Frears (‘La Reina’, 2006), nos trae otra película protagonizada por una mujer. Se llama ‘Philomena’ y está basada en la historia de una mujer que cincuenta años después de perder el rastro de su hijo, aún quiere encontrarlo.

La realidad siempre ha estado allí inspirando a escritores y directores que ponen un poco de su cosecha y construyen argumentos que tienen un poco de esto y otro tanto de aquello. Este tema siempre ha sido un punto sensible entre los chicos del medio cinematográfico que nunca terminarán de estar de acuerdo en si existe, o no, aquella llamada austeridad creativa. Mientras unos aseguran que ya no hay nada nuevo que contar bajo el sol, otros más positivos creen que sí. Y en medio del debate temático, la realidad siempre está allí, a manera de telón de fondo inspirando ya sea en forma de noticias, de libros autobiográficos o de crónica periodística. Esta nueva cantera de historias parece brindar a los productores audiovisuales la certeza que tanto añoran y que les permite no arriesgar su sangre y su dinero en las apuestas novedosas. Casi que van sobre productos probados. En medio de este mar de historias halladas, hay unos más sagaces que otros, aquellos dotados con ese anzuelo particular que les permite pescar anécdotas reales y armar del tal manera que se transforman en grande s melodramas. Hay que admitirlo, para melodramas… la vida. La última película de Stephen Frears, director a quien recordamos con producciones como ‘La Reina’ (2006), ‘Relaciones peligrosas’ (1998) y ‘Mary Reilly’ (1996), se llama ‘Philomena’, una mujer irlandesa quien ha vivido cincuenta años intentando superar el dolor que le produjo haber sido separada de su pequeño hijo cuando ella era una adolescente. La película, protagonizada por Judi Dench (conocida por su papel de ‘M’ en la saga del James Bond), está basada en un libro escrito por Martin Sixsmith, un reportero que conoció el drama de esta mujer y decidió acompañarla en su búsqueda. Durante su investigación, Sixsmith descubrió que la historia de Philomena y su hijo era solo la punta del iceberg de una gran red de venta de menores, amparadas bajo el silencio, la culpa y la manipulación de un grupo de religiosas de un pequeño pueblo irlandés. El suyo resultó ser uno de los tantos casos ocurridos en la década de los cincuentas, época en que muchos niños irlandeses fueron dados en adopción de manera arbitraria y enviados a Estados Unidos con la complicidad de autoridades religiosas y políticas. Philomena, que en aquel entonces era una adolescente huérfana, queda en embarazo de su primer amor y a merced de las monjas que la cuidan. Esto por supuesto se convierte en un problema para las religiosas que pronto encuentran en la ‘adopción’ la manera más fácil de darle un mejor futuro a las madres y, por supuesto, también a los niños.Este hecho sorprende a Philomena que si bien acepta el hecho como una consecuencia natural de su pecado, no puede evitar no sentir el dolor profundo de ser separada de su hijo. Todo esto, sin embargo, queda sellado en su vida y su corazón durante cincuenta años y es justo en el eclipse de su vida cuando decide romper su silencio y se anima a buscar a su hijo.Así avanza la película guiada solo por dos personajes y que tiene lugar en Europa y América en busca de respuestas, con diálogos profundos y otros no tantos, pero en el fondo con un gran sentido de impotencia y dolor. A pesar de estos momentos, ‘Philomena’ no resulta ser una pieza grave de denuncia, porque aunque tiene algo de eso, se centra más en el melodrama de una madre que busca a su hijo. Esta anécdota que en más de una oportunidad ha resultado ser el motor de una telenovela, puede sin embargo no resultarnos tan dulzona ni lacrimógena. Porque aunque tiene un poco de ambas, ejercicio puro de emociones, el director cosecha de sus producciones de otrora y consigue centrarse en el universo de esta mujer católica de palabra y acción. Entonces explora la mente de esta mujer de sesenta y cinco años que no conoce el rencor y que prefiere bloquear los momentos dolorosos de su pasado que arrastrar con el odio. Ella ha aprendido a aceptar la vida como es y no ha pretendido culpar a nadie por su dolor. Y como contrapunto tenemos a un Sixsmith, interpretado por Steve Coogan (Maria Antonieta, 2006), descreído, resentido y justiciero. Apoyado por la gran actuación de Judi Dench, el director Frears vuelve a darnos un poco de aquello que probamos en ‘La reina’, una interesante exploración al universo interno femenino. Ahora en la mente de una madre que no ha dejado de vivir una y otra vez aquellas secuencias del ayer que la llenaron de felicidad y también de dolor. Y como contrapunto nos encontramos con estas proyecciones imaginarias en las que la esperanza surge como remedio y le permite suponer todo aquello que la vida pudo haberle deparado a su hijo durante tantos años de ausencia. Un aire fresco que cambia el ritmo de una producción que si bien tendría mucho para ser dolorosa, nos deja con un buen sabor. Nomidada a cuatro premios Oscar, esta producción conmueve por la veracidad de su historia y por la construcción de un personaje que sin duda es extraordinario. *@kayarojasDocente Universidad Autónoma de Occidente

AHORA EN Cultura