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Paola Guevara presenta en Cali su libro ’Mi padre y otros accidentes’

“Sin padre somos una sociedad rota”, dice la autora de esta novela en la que narra de forma valiente y sin atenuar emociones, cómo es conocer al padre biológico a los 34 años.

17 de marzo de 2016 Por: Aura Lucía Mera y Beatriz López | Especial para El País

“Sin padre somos una sociedad rota”, dice la autora de esta novela en la que narra de forma valiente y sin atenuar emociones, cómo es conocer al padre biológico a los 34 años.

Dos periodistas veteranas se enfrentan a Paola Guevara, la periodista joven que nos ha reemplazado, como tiene que ser en el proceso generacional, en la tortura del quehacer diario, buscando la noticia, investigando fuentes, diagramando, titulando y metiéndose a grande cuando analiza el tema del día en su columna semanal. Lea también: Paola Guevara y el extraordinario encuentro con su padre

El encuentro es en La Guacharaca, una de las casonas del Cali Viejo que los descendientes de Bertha Garcés de Ravassa salvaron, y hoy su nieto chef que aprendió en España los secretos de la cocina, y que con un amigo  convirtieron en restaurante: cochinillos, salmones, pastas, volcanes de chocolate, sirven de excusa para oír de labios de Paola el estremecedor relato sobre el libro que “parió” por espacio de tres años y que esta noche   lanza oficialmente en Cali, en la Librería Nacional,  de la mano de Editorial Planeta. 

¿Quién es esta muchacha elegante, impecable, alerta como un cervatillo, cálida y espontánea? Son dos Paolas, la periodista sagaz, la que se inventa los mejores títulos, la profesional egresada de la Universidad Javeriana a la que Eduardo Fernández de Soto y Diego Martínez, director de Redacción, la convencieron de dejar su trabajo en Bogotá para que pusiera su sello único y su creatividad en uno de los cuadernillos que el periódico inauguraría. Es la profesional, la reportera audaz, la columnista de opinión.  

La otra Paola es la niña criada por sus abuelos. Esa pequeña que aprendió que su “papᔠhabía muerto o desaparecido y que su mamá no quería o no estaba preparada para ejercer como madre oficial.

Su  infancia la vive en una casona en Bogotá, en Pontevedra, y se las ingenia para aprender a leer solita y así dejar vagar su imaginación con esos relatos fantásticos de la Biblia en los que un niño vence a Goliat con una honda, en los que un bebé es arrojado al río en una canasta, en los que un Faraón  sueña con vacas gorda y vacas flacas y donde una mujer es convertida en estatua de sal. Esa niña se enamoró de la palabra escrita para no estar sola.

Ya casada y con su primer hijo, su madre biológica le da una pista sobre su posible verdadero padre. Tiene 34 años cuando  se entera de que este hombre vive en Cali, cerca a su apartamento en el barrio Santa Rita. 

En su novela ‘Mi padre y otros accidentes’, Paola Guevara parte de su historia personal. Sin dramatismos, en una prosa concisa, el libro se lee de un tirón. Es más fuerte que cualquier relato de ficción pura. Duro y desgarrador, pero lleno de poesía. La ternura se entrelaza con la desesperación. La búsqueda con el temor. La certeza con la incertidumbre. Siempre bajo el común denominador del amor, la fe y el tesón. 

¿Cómo te sientes después de haber ‘parido’ el libro? 

Tener un hijo y escribir un libro son cosas muy diferentes. Escribir un libro es un movimiento egocéntrico, te lleva en espiral hacia adentro; mientras que tener un hijo es un movimiento exocéntrico, que exige girar hacia afuera, darse al otro, entregarse, estar fuera del foco de atención. 

Todo comenzó el día que recibí un mensaje de texto que decía: “Tu verdadero padre vive en Cali y quiere conocerte. Le di tu teléfono y te va a llamar.” Estaba en pleno consejo Editorial con mis colegas, cuando me llega el primer aviso sobre este supuesto nuevo papá.  

 Cuando por fin conocí a este nuevo supuesto padre, no me encontré con un hombre común y corriente, sino con un piloto que tuvo un accidente aéreo. Murió tres veces en la sala de cirugía y tres veces lo reanimaron.

¿Cuándo y cómo fue el accidente original en el que se inspira la novela?

Después de haber sido piloto de la FAC y de haber recorrido el mundo entero, a este piloto lo contrató una muy querida y respetada familia de empresarios 

vallecaucanos. Se accidentaron en un vuelo de rutina que podría haber hecho con los ojos vendados. Este piloto habría muerto en un hospital de Pereira, si no es porque uno de sus antiguos alumnos de vuelo se enteró del accidente y lo trajo de regreso a Cali en  su avioneta privada.

El piloto hizo un pacto con los médicos para que lo operaran sin morfina, pues no quería volverse adicto y perder lo único sano que le quedaba: la mente. Le hicieron 160 cirugías. Aprendió a meditar y se iba a otra dimensión para no pensar en el dolor, en medio de las intervenciones más terribles. Esta es la historia de un valiente.   

¿Cómo fue su proceso personal de perdón ante una mentira de 34 años? 

En la novela no me interesaba hablar de  perdones fáciles y mágicos. Es que el perdón no es un manto de hipocresía o socarronería para calmar las conciencias ajenas. Al odio no hay que negarlo, sino darle voz y confrontarlo. Solo así, desde la honestidad, podremos trabajar y domesticar ciertas emociones para poder sanarlas. Durante el proceso de escritura de la novela tuve fiebre, náuseas, ciática. Todo lo físico se manifestó.

Somatizaste tu rabia...

Sí. Viajé hasta el fondo de mis emociones en el intento por narrarlas. En la novela lo describo como el acto de introducir las manos en la materia turbia del odio hasta triturar los sedimentos.   Esta novela es una protesta contra el concepto de madre idealizada que nos fuerza a vivir en la negación de su humanidad. 

En mi novela busco devolverle al arquetipo de la madre  el aspecto terrenal del que la cultura la ha desprovisto. Me propongo ir mucho más allá de una historia con base real y planteo preguntas más amplias. Cuestiono:  ¿Por qué  vivimos en una  sociedad que repite: ‘Madre solo hay una y padre es cualquiera’? Con sentencias como estas se está menoscabando el valor del padre. Somos una sociedad rota que no se ha reconciliado con la figura del padre. 

   En la novela quise que mi narrador no tuviera  nombre, pues la protagonista es una niña a la que le robaron el derecho al nombre, al apellido, a la identidad. Una niña  que tuvo que llamar padre al abuelo, madre a la abuela, hermana a la madre y sobrino al hermano menor. Esta es una novela sobre  constelaciones familiares en desorden.

¿’Mi padre y otros accidentes’, pertenece a ese género de crónica literaria como algunos libros de Abad Faciolince, Gay Talesse y  Capote?

La mía no es una crónica ni un reportaje de corte periodístico. Es, si se quiere, una novela de autoinmersión, una obra híbrida enraizada con lo real pero con todos los recursos literarios del género novela. 

¿Qué armas te dio el periodismo para elaborar la parte narrativa? 

El periodismo te da fortalezas maravillosas, desde poder escribir en un cuarto lleno de ruidos sin que nada te disperse hasta usar los géneros.  Yo escribía en los aeropuertos, en los cafés, con gritos de niños,  etc. El periodismo también te quita la obsesión por la escritura rimbombante y te enseña sencillez. La profundidad no está en la forma sino en las ideas, en los conceptos  y en las metáforas. 

El periodismo te enseña a preguntar y a no tragar entero, así que en el proceso de escritura la novela aprendí de aeronáutica, de historia de la aviación, de procedimientos quirúrgicos, de quemaduras de tercer grado, de genética, de pruebas de ADN, aprendí sobre psiquiatría y trastornos mentales para poder darle textura y coherencia psicológica a los personajes, y hasta volé en una avioneta diminuta para sentir la experiencia de la ligereza y vivir la adrenalina de las piruetas aéreas. Ha sido una aventura extrema. 

’Mi padre y otros accidentes’ [[nid:507333;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/02/p4gacetafeb14-15n1photo02.jpg;left;{'Mi padre y otros accidentes' fue editada por la editorial Planeta. Es la primera novela de la periodista.}]]Este jueves a las 7:00 p.m., en la Librería Nacional del Oeste,   será el lanzamiento oficial de la novela ‘Mi padre y otros accidentes’, de la autora caleña Paola Guevara, quien conversará con el editor Marcel Ventura. Será una noche agradable de vino y  pasabocas, para amantes de la lectura. Entrada libre.      
   

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