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Fotografía de la puesta en escena de ‘Orizonta, poema dramático sobre la migración’, que se presentará el jueves y el viernes próximos a las 7:30 p.m. en el Teatro La Máscara, ubicado en el barrio San Antonio. | Foto: Especial para El País

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Mujeres del teatro

La Máscara, sede pionera del teatro de género en el país, cumple 45 años de su apuesta artística por el feminismo.

25 de julio de 2017 Por: Yefferson Ospina / Reportero  de El País

Hace 45 años un puñado de mujeres decidió levantar su voz en una ciudad que, como todo un país, empezaba a sentir las convulsiones que impuso el movimiento feminista mundial.

Lo hicieron no en la política ni en la academia ni en las calles. Mezclaron todo eso y lo hicieron desde el teatro, desde la sala y la compañía teatral ‘La Máscara’, fundada en 1972, habría de convertirse en la primera compañía de teatro de género en el país.
Lucy Bolaños había bebido la influencia de Buenaventura en el TEC, durante los años 60 y junto a otras mujeres que se habían propuesto derrumbar todas las columnas de la sociedad machista colombiana, abrieron en el barrio San Antonio la que es ahora una de las compañías más importantes de las artes escénicas del país.

En su aniversario 45, La Máscara presentará la obra ‘Orizonta, poema dramático sobre la migración’, una puesta en escena que, dice Susana Uribe, directora artística, “explora la delgada línea que separa el cielo de la tierra”.

Hablamos con Susana y con Pilar Restrepo, ambas actrices e investigadoras del teatro, sobre esta obra y los 45 años de trayectoria de La Máscara.

¿Qué historia cuenta ‘Orizonta poema dramático sobre la migración’?
Susana: es una obra que nos habla de la migración desde distintos puntos de vista y personajes. No es una historia lineal, sino una puesta en escena de varios personajes en la que se muestra la migración como un problema global. Resulta siendo muy a propósito de lo que se está viviendo en Medio Oriente, en México, en Colombia.

¿Cómo surge la escritura?
La obra nace a partir de un proyecto que se tiene con la Unión Europea precisamente para hablar de este tema. Se estrenó en octubre del año pasado y a principios de este año se presentó en Italia, en donde fue muy bien recibida.

¿Cómo manejaron la dificultad del idioma en Italia?
Esta es una obra en la que, por supuesto hay textos, y en la que, de hecho, nos hemos apropiado de algunos poemas de Beatriz Restrepo. Sin embargo, el lenguaje que predomina en la puesta en escena es el lenguaje del cuerpo y de la danza, por lo cual no tuvimos mucho problema a la hora de presentarla en Italia. De todos modos, claro, se utilizaron subtítulos para los textos.

Hablemos de la trayectoria de La Máscara. ¿Ustedes hacen una especie de sumario de lo que han sido estos 45 años de trabajo?
Pilar: Creo que nuestra apuesta de hacer teatro de género ha alcanzado un lenguaje propio, una identidad, y eso gracias a que hemos podido consolidar un equipo de trabajo muy sólido que ha seguido la línea de una indagación de las obras a partir de la experiencia personal de las actrices. Ese es uno de los logros más importantes de La Máscara.

¿Cómo ha sido abrirse un espacio feminista para el arte en un país que sigue siendo machista, aún en el terreno del arte?
A veces sentimos que no nos quieren mucho por esta militancia feminista que tenemos. Sin embargo, el hecho de que se cierren ciertas puertas también ha implicado que muchas otras se han abierto. Lo que sí es cierto es que el feminismo reconoce la puesta en escena de la poética del movimiento feminista que nosotros hacemos en el teatro, y por tanto reconoce que tenemos acción dentro del movimiento.
Sin embargo, ustedes no hacen teatro exclusivamente para feministas...
No, para nada. Nosotros hacemos un teatro para todas las personas, para todo público, pero un teatro que permite hacer una reflexión sobre el lugar de la mujer en la sociedad.

¿Cómo ven el estado del teatro en la ciudad?
Susana: yo creo que el teatro en Cali está en crecimiento y desde las universidades, con la formación académica, se está generando una alta calidad en los actores. Hubo una época muy muerta para el teatro en Cali, hace quizá unos diez años, pero por fortuna ya estamos saliendo de ella. Ahora hay un problema de visibilización de lo que se está haciendo. El ‘boom’ que ha tenido San Antonio como barrio turístico ha permitido, no obstante, que muchos de los teatros que están allí empiecen a tener más público.

Por otro lado, creo también que hay un atraso en las propuestas teatrales, en la posibilidad de tener miradas diferentes y apuestas artísticas diferentes. Nos falta despertar, como lo ha hecho Bogotá, a la creación de otras formas de hacer teatro.

¿Y en materia de apoyo?
Para el trabajo que se realiza en las salas de teatro, la verdad es que el apoyo es mínimo, sumado a que llevamos más de cinco años con el mismo presupuesto.

De otra parte hay mucha burocracia. Para recibir un recurso público hay que realizar informes, informes sobre informes, corregir y luego volver a corregir. Y a veces los recursos son muy bajos. Por ejemplo, la Secretaría entrega un estímulo de $8 millones, que es un dinero que por supuesto no es despreciable, pero que es bajo en comparación con los gastos de una producción, y que a veces no justifica todo el grande trámite que hay que hacer para acceder a él.

Pilar: eso es muy paradójico. A los artistas nos fiscalizan demasiado a la hora de entregar los recursos y, evidentemente, no somos nosotros quienes estamos defraudando al estado. No, nosotros recibimos el dinero y producimos nuestras obras, los defraudadores son otros.

Dentro del gremio de teatro en Cali hay unas divisiones internas, entre los que hacen teatro que uno llamaría ‘serio’ y los que se dedican a la comedia. ¿En qué orilla están ustedes?
Pilar: todos los extremos son terribles. No podemos desconocer el otro, eso es parte de la filosofía de La Máscara. Tenemos que respetar todo lo que se está haciendo. Nosotros hacemos un teatro que responde a nuestro gusto, a nuestra estética y a la que consideramos nuestra responsabilidad con la ciudad.

Nos cuidamos mucho en el lenguaje poético y en construir una propuesta para transformar la sociedad. Pero respetamos a quien opte por otra alternativa y creo que en el gremio debería respetarse eso.

¿Qué piensan del Festival de Teatro?
Viene creciendo y es muy importante para Cali. Pero criticamos que sea gratuito. No podemos reforzar esa cultura de la gratuidad en la ciudad que afecta mucho al gremio.

‘Orizonta, poema dramático sobre la migración’, estará en escena este jueves y viernes a las 7:30 p.m. en La Máscara.

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