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'Luna nueva y de plata': cinco lustros de páginas y versos

La revista de poesía Luna Nueva, que se edita desde Tuluá, cumplió 25 años de páginas y versos. Su fundador y director, Ómar Ortiz, un abogado bogotano de corazón tulueño, le cuenta a GACETA cómo han sido estos cinco lustros y las razones para creer que la poesía está lejos de desaparecer.

12 de marzo de 2013 Por: Ricardo Moncada ?Periodista Gaceta

La revista de poesía Luna Nueva, que se edita desde Tuluá, cumplió 25 años de páginas y versos. Su fundador y director, Ómar Ortiz, un abogado bogotano de corazón tulueño, le cuenta a GACETA cómo han sido estos cinco lustros y las razones para creer que la poesía está lejos de desaparecer.

Que una publicación cultural consiga mantenerse vigente por 25 años es ya un gran logro. Pero que además se trate de una revista dedicada a la poesía, editada desde una pequeña ciudad como Tuluá, es una proeza.Esa es la hazaña conseguida por Luna Nueva, la "revista para nocheros", publicación fundada y dirigida por el poeta Ómar Ortiz, con el apoyo de unos pocos buenos amigos.Todo comenzó en 1987. Entonces Ortiz, un abogado bogotano, pero hijo adoptivo del Corazón del Valle, soñaba con hacer un periódico cultural inspirado en libros como ‘Último round’ y ‘La vuelta al día en 80 mundos’, publicados por el argentino Julio Cortázar a finales de los 60 y que reunía en sus páginas microrelatos, poesía y fotografía. Para Ortiz pensar en un periódico cultural en esos años era un despropósito. Por eso cuando Ángela Chaguala, una tulueña amante de la poesía, le propuso hacer una revista dedicada a este género, le pareció muy osado. “Como ella se echó al hombro conseguir la financiación de los primeros números, no me quedó más que aceptar. En ese momento no sabía que esa responsabilidad se convertiría en una feliz obsesión. Después, mi socia se enamoró y abandonó la nave, pero yo ya estaba embarcado en el asunto y el reto era fascinante, no había marcha atrás”. Ortiz logró que más de 150 poetas colombianos y por lo menos unos 20 poetas latinoamericanos hayan visitado la ciudad y compartido con los tulueños sus trabajos y miradas sobre lo que significa el hecho poético. “Este trabajo —asegura— no solo abre espacios a la poética viva del país, sino que neutraliza la tradición de la violencia: empieza a visibilizar otra actitud vital, lúdica y creativa en el medio social centrovallecaucano”. Desde la edición número 13, se inició un taller con jóvenes poetas que ha contado con la orientación de Gabriel Arturo Castro, JJ Guzmán Abella, Édgar Hernán Ramírez, Norman Muñoz Vargas y Esperanza Mejía, entre otros autores. En diálogo con GACETA, el hombre que tiene leyendo poesía a los vallecaucanos evocó dos décadas de versos y buena lírica. ¿Cómo era el panorama de la poesía regional y nacional cuando inició Luna Nueva?Por los años 80 en los colegios del país los textos escolares reseñaban a Porfirio Barba-Jacob. Y no es que me alarme que leyeran a Porfirio, pero de 1942, año en que murió el poeta en ciudad de México, a 1987 cuando sale el primer número de la revista, muchas cosas habían pasado en la poesía colombiana. En los 70, poetas que algunos han llamado de la ‘Generación sin nombre’ le torcían el cuello al cisne de la versificación, del soneto como suprema forma del quehacer poético y, alentados por los espacios vanguardistas como Mito, la revista de Jorge Gaitán Durán, y por las posturas iconoclastas de los nadaístas, se enfrentaba los cánones establecidos para experimentar con nuevas propuestas. Surgieron poetas líricos como Augusto Pinilla, Juan Gustavo Cobo Borda, Álvaro Miranda, Darío Jaramillo y Henry Luque Muñoz, derrotero poético con el que comulgaban algunos de sus contemporáneos como Mario Rivero, Giovanny Quessep, Álvarado Tenorio, María Mercedes Carranza, Fernando Garavito y Juan Manuel Roca. ¿Cuál ha sido la evolución de la poesía en estos cinco lustros?Quienes, desde hace 25 o más años, transitamos por el ejercicio poético no podemos escapar de esos inmediatos referentes. Fue con estos poetas que la poesía colombiana ganó resonancia en el ámbito iberoamericano. Pero si ya con ellos la poesía era una brega de tipo individual, de ahí en adelante los poetas se encontraron enfrentados a sus obsesiones, a sus búsquedas y logros de una manera absolutamente solitaria y desperdigada por la geografía colombiana, sin tener noticias unos de otros. Las revistas, los talleres, los encuentros y festivales poéticos, las escuelas literarias, los blogs, y en general el avance de los medios de comunicación, ha hecho posible la creación, aunque de modo incipiente, de una tribu poética que tiene su versión más acabada en los ‘colectivos de poesía’. ¿Cuál será el resultado de este enorme cambio? Sólo el tiempo lo dirá.¿De qué manera Luna Nueva ha contribuido al movimiento poético? Es una contribución en varios frentes. Primero, ser una revista abierta a la calidad de lo que publica. Segundo, los encuentros que ha propiciado como el de 1999: ‘Jóvenes con la poesía’. En Tuluá hicieron sus primeras lecturas ante auditorios numerosos Andrea Cote, Eva Durán, Giovanni Gómez, Mauricio Ramírez, Juan Carlos Acevedo, Carolina Urbano, Marco Antonio Valencia, Felipe García Quintero, Juan Aurelio García, Sandra Uribe y Cristina Valcke, entre otros, que hoy son reconocidos poetas de su generación. Y tercero, el rescate que hemos hecho de autores como Germán Cardona Cruz, del que logramos compilar algunos de sus cuentos sobre la selva caqueteña, después de que este sabio tulueño, antes de morir, decidiera quemar toda su obra. Su libro fue publicado en 1989 por la Imprenta Departamental del Valle con el título ‘El Yagé y otros cuentos’.¿Qué otras actividades culturales ha generado la revista?El Festival de la Imagen y la Palabra, propiciado con Luis Fernando Victoria, patrocinado en su mayor parte por la Alcaldía de Tuluá y la Gobernación del Valle. Una vez fui encargado del área cultural de la Universidad Central del Valle, hice la propuesta de reabrir este espacio en el Centro Cultural Gustavo Álvarez Gardeazábal. Este año hacemos la quinta versión y su propósito es que academia y ciudad dialoguen con los principales cultores de la creación y la inteligencia. Hemos contado con invitados como el cineasta español Fernando Trueba, la historiadora Diana Uribe, la actriz Vicky Hernández. Este año tendremos a Alfredo Molano y Joe Broderick. También, con la Biblioteca Pública Municipal de Tuluá y con la Fundación Cultural ‘La otra esquina’ de Bugalangrande, hacemos unos encuentros mensuales de poesía. La revista también apoya la labor de creadores de las artes visuales, que ilustran la revista…Sí, en Tuluá el pintor James Moncada fue, antes de su viaje a Nueva York, soporte constante en el trabajo gráfico de la revista. Y maestros de la importancia de Ómar Rayo, Fabián Rendón, Darío Villegas, Quique Lalinde, Guillermo Linero y Antonio Caro permitieron a Luna Nueva reproducir su obra. El maestro Leonel Góngora dibujó a mano alzada el machote del número 14 de la revista, con la condición de que le devolviéramos los originales. Como cumplimos, en señal de compensación prometió regalar una de sus obras, pero la muerte interrumpió la promesa. ¿Qué poetas han tenido un significado especial en la revista?No quisiera hacer una lista; casi siempre se quedan los que menos esperamos en el tintero y eso no se perdona. Sí puedo resaltar algunos nombres que siempre han estado atentos al devenir de la revista, los que hacen o hicieron parte del Consejo Editorial: JJ Guzmán, Norman Muñoz Vargas, Édgar Ramírez, Pionono González y Carolina Urbano y los que nos acompañan constantemente, en las buenas y en las malas, como Juan Manuel Roca, Gustavo Álvarez, Julián Maletesta y Gabriel Ruiz Arbeláez. A unos y otros los llamo imprescindibles.En cuanto a poesía, ¿qué espera usted de un buen poema y de un buen poeta?Un buen poema es el que yo quisiera haber escrito. El que llega a la inteligencia del corazón. Es el que arriesga, el que desde la sinceridad, desde su honestidad engatusa con las mejores y más sentidas mentiras. Ya lo dice Pessoa: “El poeta es un fingidor/ finge tan completamente/ que hasta finge que es dolor/ el dolor que en verdad siente”.Para celebrar estos 25 años se publicó una antología en la que 17 personajes seleccionaron sus diez poemas favoritos del Siglo XX…Es la segunda entrega de una propuesta realizada al cumplir 20 años: ‘Luna Nueva, once miradas a la poesía colombiana actual’, idea de Víctor López Rache. Esta vez, 17 convocados ofrecieron una mirada más arriesgada y es un buen registro de los gustos y temas que apasionan a los poetas, independiente de lo canónico o no de los poemas que seleccionen. En la antología de 2007, el poeta seleccionado por diez de los once que contestaron fue Aurelio Arturo. En esta segunda versión los laureles se reparten entre Juan Manuel Roca y Álvaro Mutis.¿Qué viene para le revista cuando los libros impresos están en crisis y está la alternativa de los medios electrónicos como los ‘ebooks’?No creo que los ‘ebooks’ remplacen al libro. Serán otra alternativa, como lo fue la fotografía respecto a la obra pictórica, la televisión respecto al cine y ahora lo virtual respecto al papel. Pero si los ‘ebooks’ destierran al libro tocará, con el auxilio de los más jóvenes, de los nativos del internet, explorar dicho medio para que Luna Nueva asista a esos cambios: ya no estará en el nochero sino en la pantalla.Se escucha a algunos escépticos que la poesía ha muerto... Mientras la humanidad se defina por su relación entre lo que sueña y lo que edifica nutriéndose de lo mejor de su cultura, las artes y la expresión poética que las nutre no podrán sucumbir. Pero puede ocurrir que la bestezuela que nos habita elimine toda tradición cultural y en ese caso otra especie de mutantes se aposentará sobre la tierra, sin que sea de su condición el sentimiento o el reconocimiento de lo que significa el milagro cotidiano de vivir. Será el mundo de la estupidez o de la obediencia ciega, y allí, por supuesto no puede habitar la poesía. Esperemos que la ceguera que a veces parece reinar en un mundo caótico y soberbio, ceda a la sabiduría, a la humildad del chamán que recrea el universo desde un espejo de agua.

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