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Hablamos con Edy Martínez, el arquitecto del latin jazz

Artífice de grandes arreglos musicales junto al Gato Barbieri y Ray Barreto, Edy Martínez presentará este sábado en Ajazzgo una orquestación para Big Band.

9 de septiembre de 2016 Por: Redacción de El País

Artífice de grandes arreglos musicales junto al Gato Barbieri y Ray Barreto, Edy Martínez presentará este sábado en Ajazzgo una orquestación para Big Band.

Quizá nunca fue difícil, para los vecinos del barrio Antonio Nariño de Bogotá, adivinar que en una de aquellas casas ubicadas sobre la Avenida Treinta  se gestaba un pequeño genio que se convertiría en una de las estrellas más grandes del latin jazz en el Siglo XX. 

Y quizá no lo fue porque desde las cuatro paredes de su habitación era inevitable atajar los sonidos, desde ya tan afinados,  que un par de hermanos de 7 y 9 años emitían casi sin descanso, emulando a los grandes clásicos de la música. 

Lea también: Ajazzgo rendirá tributo a la gran cantante de Jazz Billie Holiday

Un día el turno podía ser para Louis Armstrong. El otro, para Bebo Valdés. Pero también había espacio para Rafael Somavilla, Stan Kenton, Miles Davis, Tito Puente, Benny Moré,  los Jazz Messengers o Los Muñequitos Cubanos, y así, una lista interminable de obras de músicos y orquestas de los años 40 que Juanito y Eduardo Martínez se encargaban de desarmar, nota por nota, para descubrir dónde se escondía el encanto de sus melodías. 

El responsable de esa obsesión musical fue su padre, Manuel Martínez Pollit, un trombonista de la Banda Nacional de Colombia quien, casado con Rosita Bastidas, una profesora de canto pastusa, se encargó de que a sus hijos nunca les faltara la música. 

Así lo recuerda Edy Martínez, a sus 76 años, una leyenda viva del jazz latino, quien durante 54  fue un prestigioso pianista y arreglista del género en Nueva York. “Mi hermano y yo no estábamos interesados en llevar la vida de un niño normal. A nosotros lo que nos interesaba era la música”. 

Esta noche, a partir de las 7:00 p.m., en el Teatro Municipal estarán Germán Barrera y la Familia Arnedo. Y en el Teatro Salamandra, 10:30 p.m. Sofía Ribeiro.

De los dos, Edy fue el genio. Fue quien aprendió solo a tocar el acordeón cuando  tenía 7 años. Fue   quien a los 9 años  ya dominaba el piano y la batería. Fue quien a los 13  ofreció su primer concierto orquestal. Fue  quien llegó a Nueva York y conquistó con su teclado a los grandes de la música latina: Ray Barreto, Gato Barbieri, Mongo Santamaría, Eddie Palmieri...

Maestro, fue  esa disciplina que usted se impuso de niño  la que lo llevó a tener éxito en Estados Unidos...

Mi formación se la debo a los discos. Esa fue mi escuela. Gracias a eso el maestro Hernando Becerra me pidió que fuera con él a Aruba y a Miami. Y estando allá, ya no quise regresar. Vendrían años maravillosos en Nueva Orleans, donde toqué con cubanos en el Boom Boom Room. Luego vendría Nueva York. 

"Cali es una ciudad que me ha recibido con los brazos abiertos. La de mañana será una noche bellísima para retribuir ese cariño”, Edy martínez.

Para entonces sonaba inverosímil que un colombiano pudiera tocar música cubana...

Sí, me miraban con desconfianza. ¿Colombiano?, decían. Pero ellos no sabían que me había pasado mi infancia oyendo y repitiendo cada uno de los discos de Mongo Santamaría, entre muchos otros cubanos. 

¿Por qué no cualquiera puede interpretar tan bien la música cubana? 

Lo difícil está en el fraseo. De  la manera como ellos hablan, así tocan la música. Y en ese sentido haber estudiado a Mongo Santamaría fue haber logrado el entendimiento del tambor, el entendimiento de la música afrocubana. 

El encuentro que cambiaría su vida sería con Ray Barreto en 1965. ¿Qué le dejó esa relación?

Una amistad musical bellísima. Porque él sabía de música afro, de música cubana, de música  puertorriqueña, pero le  encantaban el jazz y la música clásica. De hecho, mi primer trabajo con él fue hacer 6 arreglos  para el vinilo Señor 007 Ray Barreto. Allí hay un solo de jazz mío. Salió muy lindo. El segundo fue de música  criolla, se llamaba Ray Criollo. Y mi nombre empezó a sonar. Trabajar con Ray fue poder  exponer mis ideas. Cada álbum grabado con él fue espectacular.

Este sábado a las 8:00 p.m.  en Ajazzgo

El maestro presentará la dirección y los arreglos para una Big Band conformada por selectos músicos vallecaucanos, además del invitado especial, el pianista bogotano Héctor Martignon. La cita es en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura.

Mongo fue uno de sus ídolos. ¿Qué significó trabajar con él?

Un día recibí una llamada de su  mánager. Me dijo: “Mongo quiere hablar contigo, sabe que tocas jazz,  latina, blues”. Y empecé a trabajar con él. ¡Que grandeza de percusionista! Trabajé 8 álbumes con él.  

Hay un álbum muy significativo para usted, ‘The other road’, en honor de su hermana fallecida, grabado con Barreto.

Con ese disco abrimos un camino mágico para la cultura  latina, pues demostramos  que sí  podíamos tocar jazz. Había una publicación muy importante en aquella época, Down Beat,  que era muy recio con nosotros, no le daba crédito a nuestra música. Pero cuando salió este disco le dio 5 estrellas: los latinos por fin tocaron jazz. Fue muy importante para nosotros.

Hay un trabajo quizá menos conocido pero no menos importante, ‘Midnight Jazz Affair’, que usted grabó con músicos de la Filarmónica y la Sinfónica de Nueva York, y que le mereció una nominación al Grammy. Uno de sus orgullos...

Son diez canciones futuristas inspiradas en un sueño que tuve hace muchos años y que, de cierta forma, le da sustento a eso que dijeron aquella vez en la revista Downbeat, que hacíamos música del futuro. Es un bonito ejemplo de que a pesar de los años nuestra música sigue vigente, seguimos haciendo  música contemporánea.

[[nid:574779;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/09/ajazzgo_1.jpg;full;{Seis músicos caleños reinterpretan los éxitos de la gran figura del Jazz. La cita es a las 8:30 pm. en el teatrino del Teatro Municipal.Video: El País}]]

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