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Ocho estudiantes de Incolballet se presentaron en agosto en el concurso de danza ‘Danzando en Lima’ y obtuvieron varios premios. Ahora sueñan con Alemania. | Foto: Javier Gamboa / especial para El País

INCOLBALLET

Estudiantes de Incolballet buscan apoyo para participar de concurso en Alemania

Ocho estudiantes de Incolballet arrasaron con varios premios y becas. Ahora deben viajar a Alemania, pero no tienen dinero para hacerlo. Buscan apoyo.

5 de septiembre de 2017 Por: Ángela María Collazos 

Santiago Rojas tiene 19 años y cursó el bachillerato artístico en Incolballet. Luego de haber terminado sus estudios, gracias a su profesionalismo y talento para la danza, el instituto le otorgó un año más de clases para perfeccionar la técnica. Hace unos años había decidido retirarse porque ser bailarín clásico es muy demandante física, mental y emocionalmente. Sin embargo, se reintegró porque pudo más el amor a la danza y la adrenalina que se siente al expresar a través del lenguaje corporal historias, ideas y sentimientos.

Santiago, como buen ‘millennial’, es un tipo curioso y emprendedor, así que un día de mayo mientras navegaba en Internet encontró que en Lima, Perú, estaban abiertas las inscripciones para el concurso ‘Danzando en Lima’, que otorgaría como premio becas internacionales y serviría como preselección para participar en ‘Tanzolymp’, un evento que se llevará a cabo el próximo año en Alemania.

Participar en ‘Tanzolymp’ es el sueño de todo joven bailarín, ya que ahí se da el mayor intercambio de talentos del mundo. Y además de ofrecer diplomas, trofeos y reconocimientos, los ganadores reciben la oportunidad única de participar en una variedad de cursos ofrecidos por las escuelas de ballet más importantes del mundo.

Santiago se ilusionó con el concurso y comenzó a soñar en grande. ¿Qué tal que se ganaran las becas de ‘Danzando en Lima’? ¿Qué tal qué pudieran llegar al ‘Tanzolymp’? Soñar no cuesta nada, por eso les comentó a ocho de sus compañeros y a la profesora Zoraida de la Cruz para que montaran un total de 14 coreografías de ballet clásico, contemporáneo, danza libre, folclor y jazz.

Llegaron las extensas horas de ensayos con la disciplina que requieren, las salidas tarde en la noche luego de las clases, tuvieron que montar en solo tres meses las coreografías que suelen prepararse con casi un año de anticipación. Pero también llegó la preocupación de obtener el dinero para viajar porque cada uno debía conseguirlo, es decir, se prepararon con la incertidumbre de si iban a poder ir o no a Lima. Así que hicieron rifas, fiestas, vendieron hasta empanadas, apelaron a cuanta idea se les ocurría para conseguir los $2.500.00 que a cada uno le costaba su estadía en Perú.

Por creer y por trabajar duro por sus sueños, o porque además lo tenían escrito en su destino, pudieron viajar junto a Santiago, Juan Esteban Serna, Manuela González, Valentina Rodríguez, Martha Peña, Juliana Quintero, María Camila Tabares y Daiana Rojas, jóvenes entre los 15 y 19 años que en ‘Danzando en Lima’ arrasaron el pasado mes de agosto con 17 medallas de oro, plata y bronce, un trofeo grupal, el Premio a Mejor Escuela, el Premio a Mejor Maestra para la profesora Zoraida, cuatro becas para estudiar en Barcelona, dos becas para estudiar en Brasil, una inscripción para concursar en Nueva York y el grupo completo salió seleccionado para participar en el anhelado ‘Tanzolymp’, de Alemania. Dos de ellos resultaron acreedores, también, del pago de la inscripción para ese evento que se llevará a cabo del 15 al 20 de febrero de 2018; premios obtenidos entre más de 1300 bailarines de todo Latinoamérica.

Parece que los sueños de estos chicos se están haciendo realidad, pero hay una especie de sinsabor cuando aterrizan de nuevo en la realidad y se dan cuenta de que lo han ganado todo, pero no tienen cómo desplazarse hasta allá, comprar pasajes, pagar por una estadía, transportes, comida, todo lo que implica estar una temporada fuera del país. Santiago dice que “en Incolballet no los pueden apoyar, no tienen los recursos, no sabemos a quién acudir, si a la empresa privada, si al Ministerio de Cultura, la Alcaldía o a la gente en general”.

Así que por ahora podría decirse que la suerte de estos jóvenes está en vilo, pero no pierden la fe de que podrán realizar sus viajes. Si usted, que lee este artículo, tiene en sus manos la forma de ayudar a estos gigantes jóvenes bailarines, no dude en hacerlo.

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