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El turno de los niños de Notas de Paz en el II Festival Cali de Cámara

La orquesta Notas de Paz está conformada por 140 niños y jóvenes de entre 7 y 17 años de edad, vecinos del barrio Bellavista.

6 de octubre de 2012 Por: Redacción de El País

La orquesta Notas de Paz está conformada por 140 niños y jóvenes de entre 7 y 17 años de edad, vecinos del barrio Bellavista.

La orquesta acometió las ‘Seguidillas’ de la ópera ‘Carmen’ siguiendo los sutiles movimientos de batuta de Francesco Belli, quien hablaba con cierta severidad a los músicos cuando notaba algún error, durante el ensayo.A estos no parecía molestarles, por más que se trataba de niños y jóvenes de no más de 17 años de edad. Por el contrario, seguían atentamente las indicaciones del reputado maestro italiano, y las cosas quedaron a punto para hoy, cuando la orquesta Notas de Paz se presente en la Sala Beethoven, a las 5:00 p.m., como parte del II Festival Cali en Cámara.Es la N vez que Belli vuelve a Cali, después de irse en 2001. Como si estuviera ‘condenado’ a la ciudad: “Es una condena que me encanta (sonríe). Me gusta estar ‘encarcelado’ aquí. Vengo dos o tres veces al año”, dice.¿Ha evolucionado la música sinfónica en Colombia desde que se fue?La primera vez que vine, en 1994, ya había orquesta en Cali, con muchos extranjeros. Colombianos eran unos cuantos que habían estudiado en Italia. Hoy las orquestas colombianas están conformadas por mayoría de nacionales bien formados. ¿A qué es preferible venir: a descubrir o a consolidar?Ambas cosas. A algunos músicos los conocí cuando niños y ahora son profesionales. Es interesante ver su desarrollo.Hablemos de Notas de Paz, que dirigirá hoy: los trata como adultos.Tiene que ser así. Uno no puede engañar a un músico, aunque sea niño. Hay que decirle las cosas como son, porque va creciendo con esa disciplina, así se le enseñe jugando. Pero es un juego con organización; de lo contrario no funciona.La exigencia misma es un proceso...Al niño hay que llevarlo de a poco y cuando decide ser músico se le exige más. Si no quiere serlo, bueno, aprendió unas notas, toca unos temas y la música le servirá para su formación en la vida. ¿En Italia trabaja con niños?Sólo con profesionales. Últimamente he trabajado en Portugal con estudiantes de conservatorio. Pero con niños como los de Notas de Paz, no. Disfruto mucho trabajando con jóvenes. Sobre todo con las circunstancias que rodean a estos chicos...Es lindo trabajar con niños que vienen de un entorno difícil y desean aprender. ¿Desde el atril ve sus problemas?Es difícil contestar. Uno sabe los problemas que tienen estos muchachos, pero no puede fijarse en eso porque les va a perdonar cosas que después les hará daño. Exigir no es pasarse tres horas gritando, sino decir qué nota no está bien, de manera civilizada. Si algo no funciona no se puede pensar en que tienen problemas y es mejor no decirles nada. Sería engañarlos y ellos después se darán cuenta.¿El repertorio que tocarán hoy fue escogido para ellos o para el festival?Uno no puede poner a estos muchachos a tocar cosas muy difíciles, sino versiones más fáciles. El programa para hoy se monta en una semana con una orquesta profesional. Pero con estos chicos ese tiempo no es suficiente. ¿Qué se debe apreciar de ellos?Uno debe ir al concierto a sabiendas de que escuchará una orquesta de estudiantes a la que se le puede perdonar algo, pero solo un poquito. Uno va, más que todo, a ver la labor que se está haciendo con ellos y comprobar hasta dónde han llegado.

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