El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Cultura

Artículo

‘El silencio’, la nueva obra del Teatro del Presagio

El director del Teatro del Presagio, Diego Fernando Montoya, habla de ‘El silencio’, obra que se estará presentando durante mayo y de cómo han logrado sobrevivir en los difíciles y pedregosos terrenos del teatro.

17 de mayo de 2015 Por: Redacción de GACETA

El director del Teatro del Presagio, Diego Fernando Montoya, habla de ‘El silencio’, obra que se estará presentando durante mayo y de cómo han logrado sobrevivir en los difíciles y pedregosos terrenos del teatro.

Ustedes están presentando la obra ‘El Silencio’, que narra la historia de un grupo de teatro que se queda encerrado. ¿Por qué hablar del teatro dentro del teatro?

En realidad se habla del teatro dentro del conflicto. ¿Cuál es la función del artista en una sociedad, en una sociedad que se desangra? La reflexión tiene validez cuando empieza por uno mismo, cuando lo primero que se señala es la actitud propia.  El recurso del teatro dentro del teatro no es nuevo en la escena colombiana, lo que lo hace importante y necesario es que el espectador puede entender la función del artista, su importancia en la construcción de pensamiento. 

Ustedes hablan de que ‘El Silencio’ es una metáfora dramática sobre la indiferencia y una reflexión sobre la realidad del país. ¿Cómo lo plasman en la obra?

La violencia cobra importancia para el colombiano cuando toca la puerta de su propia casa. Es por eso que son fundamentales las obras como ‘El Silencio’, porque construyen narraciones distintas, y estas narraciones despiertan sentidos, permiten derrotar la indiferencia o, por lo menos, sacuden, estremecen, allí donde ha sido atrofiada la reflexión por la cruda insistencia de los medios, que han transformado en negocio el dolor. 

¿Cómo se ha ido transformando la obra a través de los años de presentarla, que ya son 15?

Esta obra ha sufrido constantes y rotundas transformaciones. Cuando la estrené era un poco más pesimista, porque yo también lo era. Con los años he ido recobrando el sentido del humor, y la obra tiene ahora un poco más de desparpajo, es quizá más “sucia” pero también más viva; uno empieza a preocuparse menos por tonterías, a entender que hay otras urgencias, que una de las cualidades del teatro es que no es perfecto, y que tiene que ser cálido.   

¿Qué le ha aportado Aída Fernández al personaje que protagoniza?

Yo la invité al montaje de esta obra en el año 2000, junto a Gabriel Uribe, porque sentía que no había otra actriz en este país que pudiera encarnar mejor a ese personaje. Ella es una de las pioneras del teatro contemporáneo colombiano, nunca ha dejado de estar vigente. Es un privilegio contar con un elenco de este calibre. Aída es no solo una gran actriz sino también un ejemplo de entereza artística para las nuevas generaciones. Su aporte, como el de Gabriel, no es solo estético sino, y sobre todo, ético.  

¿Cuál es, para usted, el logro fundamental que ha alcanzado Teatro del Presagio?

Es seguir siendo grupo después de diez años de ardua labor de manera completamente independiente, prácticamente sin ayuda del Estado. Haber construido un enorme repertorio, complejo y variado, de teatro experimental y familiar, apostando por lo que nos gusta, sin hacer concesiones, y permitirnos con pleno uso de conciencia asumir los riesgos. Hoy somos un grupo reconocido por sus propuestas y su enorme trabajo de gestión.  Las condiciones para los artistas en este país son cada vez más complejas. Sin embargo hacemos resistencia. 

¿Cuál es el camino que ustedes han encontrado para hacer teatro y no morir en el intento?

No es fácil ni en Colombia ni en ninguna parte. Sobre todo porque ser artista requiere de vocación, de talento y estudio. Es cierto que hay ciudades más perversas para los artistas y que Cali es una de ellas, y lo es porque aquí no solo no hay una verdadera política pública para las artes sino que además existe una mirada de show sobre la cultura. Esto con el agravante de que los recursos  son poco más que una payasada.  ¿Cómo no morir en el intento? Si sobrevivo les cuento.

El TEC sigue siendo una referencia de Teatro en todo el país...  

Evidentemente el TEC fue uno de los grandes referentes teatrales de Colombia y Latinoamérica, y nosotros hemos recibido una enorme herencia teórica y artística. Lo interesante del arte es que cambia pero no mejora; no se puede decir que Picasso es mejor que Velázquez. Para nosotros ha sido fundamental la herencia no solo del TEC sino de otras agrupaciones como La Candelaria, y de artistas como Santiago García. Creemos que el teatro contemporáneo colombiano sigue bebiendo de estas fuentes. Lo que pasa con el Teatro del Presagio es que no está anclado en un solo puerto, nos permitimos navegar, nos gusta la aventura, algunas veces incluso naufragamos.

¿Qué tan cercanos son los caleños al teatro y cómo motivarlos a acercarse más?

Al caleño le gusta el teatro, pero se necesita un esfuerzo común entre distintos agentes de la sociedad para impulsar el consumo cultural, que es vital en la construcción de ciudadanía. Es necesario que los medios de comunicación, el estado y la empresa privada entiendan que un pueblo es tan rico como lo es su cultura, y que esta es una obligación de todos.

¿Qué días será verá ‘El silencio’? La temporada de estreno nacional de la obra será los días 23, 29 y 30 de mayo, a las 7:30 p.m., en la sede del barrio Granada del Teatro del Presagio.

 

 

AHORA EN Cultura