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El estadounidense Timothy Westerhaus visitó la escuela de música de Decepaz

El reconocido director, educador y pianista estadounidense, quiso conocer de primera mano este proyecto social y artístico que ofrece formación musical a 320 niños y adolescentes, de este populoso sector de la ciudad.

17 de junio de 2014 Por: Redacción de El País

El reconocido director, educador y pianista estadounidense, quiso conocer de primera mano este proyecto social y artístico que ofrece formación musical a 320 niños y adolescentes, de este populoso sector de la ciudad.

Ayer la Escuela de Música Desepaz, ubicada en el Centro Cultural Comuna 21, tuvo una visita singular.Sin importar el encendido sol de las 2:00 p.m. llegó hasta el lugar Timothy Westerhaus, un reconocido director, educador y pianista estadounidense, quien quiso conocer de primera mano este proyecto social y artístico que ofrece formación musical a 320 niños y adolescentes, de este populoso sector de la ciudad.El músico norteamericano fue recibido en la sede de la Escuela por el maestro Hardinson Castrillón, director de la entidad, quien se encargó de hacerle un recorrido por los tres niveles de esta edificación en la cual funcionan desde hace un año y que les ha permitido albergar con las condiciones adecuadas a los jóvenes que llegan a buscar en este espacio un alternativa para mejorar su condición de vida a través de la música.Westerhaus, quien ha ha sido profesor en la Universidad de Boston, tiene una licenciatura en música litúrgica de la Universidad de Santo Tomás y el grado de maestría en Dirección Coral de la Universidad de Boston.Pero a pesar de su experiencia y trayectoria, la mirada del músico y docente no dejó de sorprenderse ante lo que observaba allí. En el interior de la Escuela todo era efervescencia, en los pasillos y en las salas de clase se podía ver a niños y niñas de distintas edades concentrados haciendo sus prácticas de violín, creando una atmósfera sonora que expresaba el entusiasmo y dedicación de estos chicos por aprender.Hablando un precario español, Westerhaus explicó que le interesaba conocer la experiencia de la Escuela Desepaz. “Es un proyecto único, me parece muy importante poder palpar cómo la música puede tener gran influencia en la calidad de vida de las personas, en especial en sectores de escasos recursos. Yo soy profesor universitario, trabajo con adultos, pero con el mismo propósito de generar un tejido social en la comunidad a través de lo musical, una búsqueda de armonía y de fomentar la cultura y los valores que ella encierra”, dijo.Westerhaus agregó que si bien conoce proyectos parecidos, el de Desepaz tiene la particularidad de que combina el aprendizaje de la música clásica con la tradición y la cultura. “Es algo que no se ve en las escuelas norteamericanas y mucho menos en Europa y me parece que trabajar de esa manera resulta de gran impacto para los niños, en su formación integral”, destacó.El director académico de la entidad, Hardinson Castrillón, explicó que este tipo de visitas son una forma de dar a conocer el proceso desarrollado por esta institución que fue fundada en el 2005. “Pero también para quienes nos visitan es una experiencia especial, pues si a nosotros nos interesa la música clásica a ellos les interesa conocer nuestro folclor y nuestra cultura, entonces es una retroalimentación de parte y parte”, añade Castrillón. Uno de los propósitos de la visita del músico era conocer el programa coral de la Escuela, un proyecto que es apoyado por el Ministerio de Cultura y la Alcaldía de Cali. Para tal objetivo, Westerhaus fue conducido hasta una de las salas de clase en la que se encontraba cerca de una veintena de menores que no pasaban de los 9 años. Acompañados de su profesora, los niños entonaron para el invitado una alegre cumbia. Mientras cantaban los cuerpos de los pequeños intérpretes en plena armonía se movían al compás del cadencioso ritmo ante la mirada maravillada del músico. Al finalizar los pequeños rodearon a Westerhaus, quien improvisó un corto ejercicio en el que debían entonar los números en inglés, como si fueran las notas del pentagrama.Westerhaus, quien permaneció en la Escuela hasta poco después de las 4:00 p.m., expresó su satisfacción por lo visto. “Estoy muy feliz, los niños son muy espontáneos y el coro se escuchó muy bien”, concluyó.

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