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El 'cuento' detrás del escritor caleño que se ganó premio Gabriel García Márquez

Noriega, que tiene 43 años y reside en España desde 1998, se define a sí mismo como “un pesimista al que le cuesta mucho trabajo tomarse en serio su propio pesimismo”.

4 de noviembre de 2016 Por: Redacción de El País

Noriega, que tiene 43 años y reside en España desde 1998, se define a sí mismo como “un pesimista al que le cuesta mucho trabajo tomarse en serio su propio pesimismo”.

Un justiciero que es la pesadilla de los taxistas avivatos; un español desempleado que, sin proponérselo, termina haciéndose pasar por un gurú de la autoayuda; unos atemorizados residentes de un pequeño edificio que sospechan lo peor de sus vecinos; un escritor que para sacudirse sus fracasos intenta ser otro, y roza el crimen, son algunos de los personajes  de ‘Razones para desconfiar de los vecinos’, el libro de cuentos con el que el caleño Luis Noriega ganó el Premio Hispanoamericano Gabriel García Márquez de cuento. 

Noriega, que tiene 43 años y  reside en España desde 1998, se define a sí mismo como “un pesimista al que le cuesta mucho trabajo tomarse en serio su propio pesimismo”. Por eso, sus escritos recrean con ironía y humor negro situaciones con las que algunos colombianos se pueden sentir identificados.

“Desde muy pequeño me gustaba imaginar historias, historias fantásticas y épicas, muy distintas a las que al final terminaría escribiendo. El formato de esas historias no era estrictamente literario: mi deseo era convertirlas en cómics, películas, videojuegos. Fueron las lecturas de la adolescencia, Borges y García Márquez en particular, las que me hicieron pensar en que lo que quería era escribir y solo escribir”, dijo Noriega en una entrevista publicada en la revista cultural Gaceta de este diario.

El cuentista estudió Literatura en la Universidad Nacional de Colombia y es el autor de  tres novelas: Iménez (Rocca, 2011), ganadora del Premio UPC de ciencia ficción; ‘Donde mueren los payasos’ (Blackie Books, 2013); y Mediocristán es un país tranquilo (Literatura Random House, 2014), finalista del Premio Nacional de Novela 2016.

 Noriega, como él mismo lo dice, nació en Cali por  accidente. Su padre estudiaba medicina en la Universidad del Valle y, luego de su nacimiento, fue llevado a Bucaramanga en donde creció. “Fui durante mucho tiempo una especie de caleño imaginario o vocacional, un hincha del Deportivo Cali rodeado de hinchas del Atlético Bucaramanga al que, de cuando en cuando, le prometían que lo llevarían a conocer su ciudad natal, cosa que no ocurrió”, dice. 

Lo paradójico es que Noriega es un caleño que no conoce Cali y sabe que tiene esa deuda personal: concer alguna vez la ciudad en donde nació.

Noriega es un humorista agudo. Sus cuentos, precisamente, contienen una atmósfera de humor y violencia que nacen de pronto en las situaciones más comunes que cualquier persona del mundo occidental puede vivir.  

  “Creo que el humor hace la vida más llevadera y que cuando uno empieza a tomarse demasiado en serio no hay mejor remedio que la risa. Sobre todo la risa de otros. Como recurso literario, el humor nos permite tomar distancia, ver las situaciones de otra manera”, dijo el escritor entrevistado por un medio capitalino.

Un crítico social

En cierto sentido -  y tal vez todos los escritores lo sean -  Luis Noriega es un crítico social, un hombre que se burla con acidez de la sociedad en la que vive, o en la que creció.

Su novela ‘Donde mueren los payasos’es justamente una sátira de un país corrupto e impotente. Digamos, de Colombia. 

La novela tiene como argumento la vida de  payaso que es instado a que se lance como presidente de su país.  

 La novela tiene dos momentos puntuales al realizarla. “El primero: el histórico-político (se ríe por utilizar este término), la primera versión la escribí entre finales de enero y finales de febrero de 2010. En ese momento, la Corte Constitucional tenía que pronunciarse sobre el referendo reelecionista. El segundo: esa decisión fue tomada el 26 ó 27 de febrero y yo terminé la novela el 28. De algún modo, en ese momento quedó la idea de que, haya o no haya elecciones, lo que habrá será una errata a la carrera. Un remiendo constitucional”, dijo Noriega en una entrevista con este diario en 2013.

La colección de cuentos ‘Razones para desconfiar de los vecinos’, que no está exenta del humor que caracteriza su obra, esconde sin embargo un revés trágico, amargo:  el de la imposibilidad de contar con el otro en que están sumidas muchas ciudades. 

“Ese cuento presta el título al libro entero porque el problema de la desconfianza también está presente en otros relatos de la colección, menos jocosos y más oscuros. Son relatos urbanos en los que se respira el estado de sospecha permanente en que nos acostumbramos a vivir los colombianos en las grandes ciudades”, afirma Noriega. 

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