‘El cetro del niño rey’, la nueva novela infantil de Albeiro Echavarría

Dentro de un mes, este periodista antioqueño radicado en Cali publicará otra novela para que los chicos no dejen de leer.

Hace seis años, Albeiro Echavarría (Bello, Antioquia, 1963) llevaba 14 como director de un noticiero de televisión en Cali. Era admirado afuera y temido adentro, por la misma razón: su rigor periodístico.A pesar del éxito se retiró para dedicarse a la literatura infantil. Desde entonces cada año saca libro: hace unos días fue publicado ‘El cetro del niño rey’, que fue finalista del 4º Premio de Literatura Infantil Barco de Vapor, de la biblioteca ‘Luis Ángel Arango’.Echavarría está emocionado, porque “es mi primera novela que transcurre en Cali. Es traer la historia de Egipto a la ciudad, con unos nexos inconcebibles, pero a medida que pasan las páginas se ve que es una historia posible”, cuenta.¿Es ficción o tiene elementos reales?Hay cosas reales, porque tiene personajes que viven en Cali. Por ejemplo, el amigo del protagonista es una persona mayor de edad, un bogotano radicado aquí que conoce muy bien Egipto.Ha publicado cuento y novela. ¿Usted es cuentista o es novelista?Me siento más cómodo con la novela, porque se pueden desarrollar más la historia y los personajes. Es más complejo el cuento, porque hay que tener síntesis.Suena como si no escribiera ya cuentos.Este año voy a publicar uno con Ediciones B, ‘Las pantuflas del Presidente’ y dentro de un mes saldrá una nueva novela con Norma, ‘El muchacho de la boina blanca’. Entonces usted vive del cuento...Puede que no viva, pero sobrevivo. Por ejemplo, ‘El clan de la calle Veracruz’ fue bien acogido en México. Escribe cuando el libro está en extinción.Uno piensa que va a desaparecer, como han desaparecido los discos. Pero en Latinoamérica hay mucho espacio para el libro de papel, pues la tecnología todavía está muy lejos de las multitudes.¿Cómo no caer en fábula con moraleja?Hay que respetar a los niños. Los de ahora son más despiertos y tienen más acceso a la información. Entonces hay que escribir historias que les resulten tan apasionantes como navegar en internet. Pero usted apela a hechos pasados.Soy chapado a la antigua: me gustan la historia y los relatos de abuelos, que incorporo en mis relatos. Pero están en el presente para que gusten a los niños. ¿Va a escribir de vampiros?No, por favor. No escribo por moda o por ceñirme a lo que impone el mercado. Se pensaría que el niño es un lector desagradecido...Yo pensaba lo mismo, pero con los mensajes que me mandan compruebo que son agradecidos. Una vez que se entusiasman con un libro quieren saber del autor más de lo que quisiera saber el adulto. ¿Lo leen sus hijos?Mi hija de 9 años y ha leído tres. Es muy crítica, porque también es escritora: acaba de publicar su primer cuento en el periódico del colegio. Me ganó por 40 años.¿Qué está escribiendo ahora?Una novela, ‘El fotógrafo de Cristales’, sobre un joven que vive en ese barrio y se hace amigo de unos pandilleros de Siloé. Y hay otras tres en proceso de impresión.¿Está haciendo escuela para escribir para adultos?Voy a seguir escribiendo para niños. No pretendo que esto sea la partida hacia la literatura para adultos. No es mi sueño.Obra que aumentaPublicaciones de Albeiro Echavarría:‘Cristina Zanahoria’ (2007).‘El clan de la calle Veracruz’ (2009)‘Rosa la mula caprichosa’ (2010)‘Conspiración en Magasthur (2011)‘El cetro del niño rey’ (2012)‘El muchacho de la boina blanca’ (2012, próximo a salir)DistincionesPremio Barco de Vapor (2008): finalista con ‘Rosa la mula caprichosa’ y con ‘El misterio de la pandereta rosa’.’El clan de la calle Veracruz’ tuvo distribución oficial en colegios y bibliotecas de México.‘El cetro del niño rey’Albeiro EchavarríaGénero: novela infantil. 126 páginas.Colección Barco de VaporSerie Naranja, SM.Jeremías Renoblanco excava en el campo de fútbol de su colegio y encuentra unos huesos y ello lo lleva a descubrir la antigua cultura egipcia, pero también le ayudará a resolver un misterio que persigue a su familia desde la época en que a su abuelo lo consideraban ladrón de tumbas. Un libro enigmático y lleno de detalles.