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El amor después del amor

‘Maléfica’ ofrece una nueva y muy arriesgada visión al cuento clásico de ‘La Bella Durmiente’. Protagonizada por Angelina Jolie, esta producción ofrece mucho más que un giro dramático novedoso: explora el universo femenino a través del poder sanador del perdón.

15 de junio de 2014 Por: Claudia Rojas Arbeláez * Especial El País

‘Maléfica’ ofrece una nueva y muy arriesgada visión al cuento clásico de ‘La Bella Durmiente’. Protagonizada por Angelina Jolie, esta producción ofrece mucho más que un giro dramático novedoso: explora el universo femenino a través del poder sanador del perdón.

Érase una vez una niña buena, muy buena, que decidió creer en el amor y entregarse por completo a un hombre que le prometió quererla hasta el fin de los tiempos. Ante tanta belleza, la emoción del enamoramiento se apoderó de sus sentidos y su voluntad, haciéndola vulnerable a aquel amado que muy pronto se destiñó. No era tan azul el príncipe en cuestión y al poco tiempo dejó ver de qué estaba hecho, llevándose por delante los sentimientos y la emoción de aquella niña convertida en mujer. Entonces el rencor se apoderó de ella y su corazón se volvió de piedra, y decidió nunca más creer en el amor y volverse para siempre mala, muy mala.Está bien, esta podría ser la historia de desamor más universal que conocemos: solo quien ha amado tanto puede albergar en su corazón una apatía similar. Sin importar las razones, cuando la tradición y el engaño rompen el corazón del amante, las astillas perforan el alma sin darle mucho chance a unirse de nuevo. A menos, claro, que exista el perdón. Un sentimiento igual de poderoso que el primero y que garantiza mejores y más duraderos resultados. Bien dicen que perdonar es divino, de ahí que no resulte tan fácil, a menos que esté impulsado por otro amor. Esta ecuación de amor-odio-perdón-amor es el motor que mueve la nueva producción de Disney y que tiene como fondo el clásico cuento de ‘La bella durmiente’. Lo novedoso de esta versión no radica solo en la técnica y sus efectos visuales sino en su narrativa y en su protagonista. Aquí la atención no se centra en la princesa Aurora ni en el soñado príncipe azul que vendrá a despertarla cien años después, sino en la malvada hada que le propinó el hechizo. La película, que lleva por nombre ‘Maléfica’, abre el panorama de lo novedoso desde sus primeras secuencias. Conocemos con detalle la vida de un hada niña que, sin proponérselo, se enamora de un niño humano que promete quererla sin condiciones. El hada y el niño crecen y él se convierte en un hombre ambicioso que no solo olvida sus promesas, sino que incluso llega a traicionar a su amada. Entonces el hada buena se oscurece y se convierte en la mala que siempre nos mostraron en los cuentos. El rencor femenino surge con fervor y por toda respuesta entendemos sus motivos y nos solidarizamos con su causa. Bastante femenino el asunto. Pero no es el único, también aparece por ahí la dulzura, el instinto maternal y el arrepentimiento. Un poco reforzado y bastante efectista, hay que admitirlo. Sin embargo, no molesta y sorprende de buena forma. He aquí el giro más interesante de esta historia. Una que ya hemos oído una y otra vez. Con razón, los cuentos de hadas siempre nos han sido contados desde las protagonistas buenas, medio tontas y sufridas que heredan su destino trágico como un legado maldito. Mujeres ingenuas que se mueven por inercia en una historia que no exige mayor esfuerzo de su parte, ni siquiera anhelos, mucho menos luchas.De ahí que hayamos crecido al son de cuentos protagonizados por mujeres débiles, presas de hechizos, tal vez envenenadas, o bien encerradas por madrastras malvadas. Protagonistas pasivas, siempre rescatadas por un príncipe que se enamora tan solo con mirarlas. Un príncipe que tampoco tiene mucho de protagonista sino que actúa más como un personaje pivote que aparece por capricho del destino, que cruza por el castillo o por la cabaña justo en el momento preciso para seducir a la fémina sin mayor esfuerzo que un simple, simplísimo beso. Ante la misma anécdota de la princesa y el príncipe azul sazonada con diferentes giros y con el mismo final feliz, es gratificante que, al menos esta vez, veamos la otra cara de la historia. Una que por supuesto podría resultar sacada de la manga y hasta un adefesio para los más fieles creyentes de un mundo literario poblado por personajes solo malos o buenos. Pero en ‘Maléfica’ la cosa no parece resultar tan artificiosa. Como en todo, se requiere la licencia poética de quien escribe para convencer con su versión. También del espectador, que asume el compromiso de creerle. Por todo lo demás, la historia fluye con congruencia guiada por una protagonista bastante femenina, un tanto caprichosa, sin llegar a parecer bipolar.Pero la idea de tener la villana como protagonista de la historia despeja un panorama de ricas posibilidades dramáticas, pues en muchos de los casos los antagonistas son personajes más interesantes que los buenos. Y ahora las villanas parecen haberse convertido en el principal insumo de aquellos que quieren contar el cuento otra vez. Recordemos que hace un par de años tuvimos ‘Espejito espejito’ protagonizada por Julia Roberts, que abordaba el cuento de ‘Blancanieves y los siete enanitos’ y que tenía como punto narrativo a una madrastra obsesionada por la belleza. Ahora, en esa misma línea, nos encontramos con ‘Maléfica’, una mujer que por cuenta de una traición amorosa se convirtió en villana. Y así las cosas… ¡todas somos Maléfica! *Docente Universidad Autónoma de Occidente / @kayarojas

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