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Diario The Guardian destaca la pasión de caleños por la salsa

En el reportaje, el periodista Kurt Hollander, plantea el recorrido imperdible que un apasionado de la salsa debe hacer al llegar a Cali.

11 de noviembre de 2015 Por: Redacción de El País.

En el reportaje, el periodista Kurt Hollander, plantea el recorrido imperdible que un apasionado de la salsa debe hacer al llegar a Cali.

¿Cómo las discotecas tradicionales mantienen vivo  el espíritu de la salsa? Es  el título de un  artículo publicado en la edición del 10 de noviembre del 2015 del prestigioso diario inglés The Guardian, en el que se habla acerca de la pasión y trabajo de los caleños por la salsa, que los ha llevado a convertirse en los mayores coleccionistas, bailadores y expertos del género. 

Lea aquí el artículo de The Guardian.

En el reportaje, el periodista Kurt Hollander, plantea el  recorrido imperdible que un apasionado de la salsa debe hacer al llegar a la ciudad, donde puede encontrarse con colecciones que contienen cada una más de 10.000 ‘long plays’ en vinilo, que datan desde 1905.

“Santiago de Cali se ha autoproclamado la  capital  de la salsa, no porque este género musical naciera  allí (porque lo hizo Bronx), ni porque fuera cuna de  las mejores bandas (que serían de Puerto Rico, Cuba o el Bronx de nuevo), sino debido  a que los habitantes de esta ciudad en el suroeste de Colombia han adoptado el género como propio, han hecho sus letras parte de su poesía local y lo bailan  como nadie en el planeta”, inicia el artículo.

La nota destaca a varias discotecas, viejotecas y melómanos, a quienes traduce en ingles como ‘record maniac’, es decir “coleccionista maniaco”. 

“Gary Domínguez, melómano autoproclamado, es el  propietario de Bar Latino, ubicado en la casa donde nació hace 57 años. Las paredes, techos e incluso las mesas están cubiertas con fotos, carteles y registros de salseros. Sin embargo, la salsa que se toca aquí  no es una excusa para que la gente se levante y sacuda su cuerpo, es más bien para ser que se aprecie su música, ritmo  y cualidades líricas”.

El periodista cita a Gary cuando dice que “En Cali, los coleccionistas se han convertido en las personas que conservan la memoria musical de una era”.

Otro de los inicios de las discotecas reseñadas es el de  ‘Nelly Teka’. 

“En 1985 , María Elena (Nelly) Parra, de 51 años, era dueña de una pequeña tienda en el barrio Obrero (el sitio original de la música latina y el baile en la ciudad). Los clientes  siempre le pedían que incluyera  un poco de música en su tienda,  así que transformó este espacio un  club de baile. Contó con la ayuda de sus clientes frecuentes que donaron sus discos, LP y  fotos de salseros para decorar el lugar”.

“Al principio, algunas personas en el barrio consideraron  este lugar pecaminoso, pero ahora todo tipo  de gente viene a bailar”, comenta Nelly.

 Hollander  estuvo inmerso en la colección del propietario de ‘Evocación’. 

“Nacido en 1936, Jesús Dagoberto Hernández Toro (Dago para los amigos), no creció con una radio o fonógrafo en casa,  pero su padre, que era un músico,  tocaba la guitarra y  el clarinete, mientras su  madre cantaba tangos al  lavar ropa o cortaba la madera. A medida que crecía comenzó a comprar discos, pensando que cuando tuviese 100, lo dejaría. Hoy tiene más de 10.000, comprados principalmente en las calles de Cali. Él también tiene  una impresionante colección del cantante de tango, el francés argentino, Carlos Gardel, y le gusta poner la versión de Edith Piaf de ‘Ne me quitte pas’ de Jacques Brel”.

La Matraca, un lugar de culto de la salsa, no podía quedar por fuera. “Jaime Parra Restrepo, de 59 años, se crió en la casa que ahora es la  más famosa pista de baile de Tango de Cali. Su enorme colección de discos LP está organizada por géneros y por país, a pesar que  todas las cubiertas están pintadas en colores para  imitar las banderas de Argentina y Colombia. Esta es la más lujosa de las viejas discotecas de Cali, con un gran espacio de baile, recuerdos de piso a techo, e incluso una máquina de discos que reproduce viejos 78s. El club es un escaparate para los bailarines más llamativos (un camarero es un bailarín,  campeón nacional de la salsa y el propio Jaime es uno de los bailarines de tango más importantes de la ciudad), pero también es un centro cultural que ofrece clases de baile”.

En su reportaje, Kurt Hollander deja claro que disfrutó de algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, y que sin duda hará alarde de las lecciones aprendidas.

Publicidad en el mundoLa esquina de Don Ever: ‘Don Ever, aka El Rincón de la Salsa’,  se hizo su espacio en la publicación. José Heriberto Bonillo Campo  -hoy con ochenta y un años de edad-,  tenía un pequeño bar en su casa donde  la familia venía a escuchar  la música que más amaba: la salsa. Un día, hace casi cinco años, un grupo de estudiantes universitarios le preguntó dónde podían encontrar un lugar con una pista de baile. Desde entonces, los estudiantes y una mezcla de todos los demás en la ciudad llegan a un  pequeño espacio de dos pisos atendido por   Heriberto y se derraman hacia afuera en el patio de cemento al aire libre en frente del club.Murales gigantes dentro  y fuera son un homenaje del  club a los grandes de la salsa de antaño, y los registros que recubren las paredes son un catálogo virtual de los mejores del género.Además de fotografías  de estos sitios, el periodista pone dirección, teléfono y página web -en algunos casos- con el objetivo que los lectores puedan encontrar  información, y de paso brindar muy buena publicidad a los recintos y a la ciudad.

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