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Daniel Divinsky, el padrino de Mafalda

El abogado argentino fue el editor de la obra de Quino, en su casa editorial Ediciones de la Flor.

9 de febrero de 2014 Por: Lucy Lorena Libreros | Reportera de El País

El abogado argentino fue el editor de la obra de Quino, en su casa editorial Ediciones de la Flor.

Durante décadas, a Daniel Divisnky lo han llamado el ‘padrino’ de Mafalda. En realidad, ha sido su editor y el abogado que decidió abandonar las leyes para entregarse al sueño de vivir entre libros y fundar junto a su esposa, Kuki Miler, Ediciones de La Rosa, por la que han pasado también autores tan celebrados como Roberto Fontanarrosa. En Argentina, Divinsky es una leyenda de la industria de la edición independiente, en la que completa 55 años. Dice que el rol de editar a la niña más conocida de América Latina le llegó sin buscarlo. Hacía sus últimos trabajos como abogado, cuando Quino lo buscó para que le ayudara a demandar a Jorge Álvarez, antiguo editor, pues le había dejado de pagar las regalías de sus cinco primeros libros. “Pero eso me pareció una canallada. Así que, en vez de poner en aprietos a un colega, decidí mejor invitar a Quino a que publicara conmigo”.Y eso fue en 1970... Sí. Y desde entonces Mafalda nos cambió la vida en Ediciones de La Flor. Nos dio a conocer internacionalmente como editorial, pues ya hemos editado a Quino nueve veces en Estados Unidos. También me convertí en amigo entrañable de Quino que, de lejos, es nuestro autor más vendido.Cuentan que en algún momento los nuevos libros de Mafalda, editados por ustedes, se ‘voceaban’ en la calle como los periódicos... Sí, los libros se voceaban en la calle y algunos distribuidores sobornaban a los cuidadores del taller de encuadernación donde se hacían las entregas de ejemplares para retirarlos unas horas antes que los demás. Hasta hubo escenas con amenazas y exhibición de armas en ese lugar. Ese era el fervor que despertaba Mafalda.Es de imaginar que en algún momento lo han confundido con el propio Quino...Sabe que sí... Es que la figura del editor no se entiende muy bien. Recuerdo que durante la segunda dictadura argentina, a todos los integrantes de Ediciones de la Flor nos llevaron presos porque habíamos protestado ante la prohibición por parte del gobierno de uno de nuestros libros. El encierro duró cuatro meses; no nos torturaron ni nos sometieron a esas cosas terribles que otros sí vivieron pero, total, fue un encierro. Al salir, uno de los carceleros me pasa un papelito y me dice “¿Será que me podés dibujar una Mafaldita pa’ mis nenes?”.¿Qué ha sido lo más complicado de trabajar con él?No sé si complicado sea la palabra. Quizás una de las cosas más difíciles de elegir con Quino es el dibujo de la portada de sus libros y eso incluye la escogencia minuciosa de los colores de ese dibujo; con él hemos vivido unas discusiones cromáticas interminables. Él generalmente es el que pone los títulos de sus obras, pero a veces, en los últimos libros, yo le hacía una lista de 30 o 40 títulos que él iba desechando hasta dar con uno que le gustara.50 años después, ¿cómo describe a Mafalda?Para mí Mafalda es el sentido común ético de las clases medias latinoamericanas. Que en realidad no es muy distinta a las clases medias de países de otros lados del mundo. ¿Y qué personaje de la pandilla de Mafalda le hubiese gustado ser?Nunca me he preguntado eso. Pero me hubiera encantado prestarle algunos libros a Manolito para que dejara de ser tan bruto.

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