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Crítica al documental 'Hombres solos' de Francisco Schmitt

Se centra en la vida de cuatro hombres que viven a orillas del río Magdalena y pasan sus días entre el guarapo y la soledad.

18 de septiembre de 2016 Por: Claudia Rojas Arbeláez | Especial para GACETA*

Se centra en la vida de cuatro hombres que viven a orillas del río Magdalena y pasan sus días entre el guarapo y la soledad.

Fue en la realidad donde el cine puso primero sus ojos y, hechizado como estaba, hizo de la cotidianidad un evento extraordinario para ser mostrado. Poco después,  de manera casi accidental, la ficción a través de la puesta en escena conquistaría su propio espacio.   

Poco a poco el cine empezaría a construir su historia con dos miradas diferentes que han establecido sus propias dinámicas y exploraciones a su manera.  Bien desde la invención de las historias o desde la segmentación de la realidad, ficción y documental han establecido sus pactos con el público, ofreciéndoles entretenimiento o reflexión.  El panorama se ha ido ampliando y, con el correr de las décadas, nuevos géneros, soportes y medios han ido madurando como frutos de una hibridación que reconocen en la televisión, el internet y el arte nuevas  pantallas. 

En todo este proceso, el documental ha sabido mantenerse en pie y en Colombia, al igual que en otras latitudes, ha sido un espacio propicio en el que los directores pueden expresarse a gusto, alejados de la presión de la taquilla y las cifras.  Ahora, encontrarse documentales en las salas de cine colombianas empieza a convertirse en algo común y sin duda estamos dando los primeros pasos para que el público empiece a transformar su  manera de ver el cine.  

En algunos casos las películas se exhiben solo por cortas temporadas o en funciones especiales, pero vale la pena hacer la búsqueda y apostar por ver este tipo de cine colombiano. 

‘Hombres solos’,  de Francisco Schmitt es una de esas producciones de exhibiciones contadas que ahora anda rondando las salas de cine independiente de las ciudades y que vale la pena ver.  La película se centra en la historia de cuatro hombres que viven en las afueras de un pueblo llamado Puerto Colombia y que está en la orilla equivocada del río Magdalena.  Mientras de su lado reinan la miseria y la falta de oportunidades, del cauce para allá Honda se levanta orgullosa entre calles, edificaciones y árboles que, al menos de lejos, muestran un pasto es más verde.   

Sin embargo, Schmitt pone sus ojos en este lugar de paso donde pocos se detienen y encuentra, en él, a los protagonistas invisibles que nadie hasta ahora ha detallado.  

Eso es lo que hacen los documentalistas.  Para después acompañarlos en sus rutinas, su aislamiento en un lugar ubicado a las afueras en el que solo habitan hombres que, además de su soledad, comparten su gusto por el guarapo.   

En este viaje que fluye con soltura e intimidad entre el mercado, el río y sus cuartos, se comprende la grandeza de Schmitt.   Un director que se declara apasionado por el documental y por las sorpresas que la vida le depara en sus investigaciones.   Por eso, ‘Hombres solos’ transcurre entre una aparente cotidianidad y una soltura de los personajes frente a la cámara que solo es producto de la paciencia y la perseverancia.    

En este caso, ‘Hombres solos’ da cuenta de cuatro años de investigación, de entrevistas y cámaras, cada una más compleja que la anterior, hasta lograr familiarizar a entrevistados y aparatos.   El resultado salta a la vista: la cámara explora y muestra sin señalamientos ni posturas, más bien se convierte en parte de ese momento y con ella nosotros.   

Asistimos a charlas y encuentros, a rutinas diarias, al camino, al mercado, ahí donde están sus vidas y su presente.   Imposible no reconocer a ese país invisible y a estos seres que parecen habitar otro universo, uno distinto en apariencia pero donde son cercados por los mismos fantasmas que nos asustan a  todos los humano:  La soledad y el olvido.   Por algo será que en todas sus charlas pasadas por guarapo aparecen el pasado mejor, las risas, lo compartido pero también la realidad que se presenta efímera y sin lastres afectivos. 

 Hombres que vienen de lugares distintos y que traen consigo historias diversas pero ahora no solo comparten un mismo espacio sino un mismo sentir.  Y no hablamos solo de tristeza sino más bien de sabiduría, de vivir lejos de ataduras sin hacerse demasiadas preguntas. 

De eso trata ‘Hombres solos’, de seguirlos, acompañar y escuchar a cuatro hombres (y a otros cuantos que hacen parte de su mundo) que habitan un lugar que nadie reconoce, ese ‘no lugar’ según Schmitt. 

Es difícil definir la sensación que puede trasmitirnos esta película. En muchos momentos podremos reírnos al reconocernos en sus personajes, en otros podremos sentir desconcierto y hasta  algo de compasión y en otros, sin duda, pensaremos.   De esto también se tratan los documentales, de llevarse algo de tarea para la casa y de no olvidar y ahí Schmitt se lleva la nota de sobresaliente.  Estos ‘Hombres solos’, dos de los cuales ya murieron, se van con nosotros.  ¡Imposible olvidarlos!  

*Docente Universidad Autónoma de Occidente

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