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'Bajo el reino de la luna', la construcción del universo de una isla mágica

La película ‘Bajo el reino de la luna’ es una apuesta fresca y divertida que media entre el cine y el teatro, la comedia y la farsa. Nominada al mejor guión original, esta historia de amor involucra ‘boy scouts’, época y un gran casting lo que la convierte en una grata sorpresa.

4 de febrero de 2013 Por: Por Claudia Rojas Arbeláez ?Redacción Gaceta

La película ‘Bajo el reino de la luna’ es una apuesta fresca y divertida que media entre el cine y el teatro, la comedia y la farsa. Nominada al mejor guión original, esta historia de amor involucra ‘boy scouts’, época y un gran casting lo que la convierte en una grata sorpresa.

En medio de su orfandad Sam encuentra en Susy un motivo para ser feliz. Entre la indiferencia de unos padres adoptivos que apenas si lo determinan y las burlas de sus compañeros de campamento, Sam ha sobrellevado su existencia como niño scout de la isla de New Penzance. Pero no hay asomo de tristeza, mucho menos de amargura o resentimiento. Todo lo contrario, su imaginación y habilidades de niño scout le han permitido abrirse paso no solo en los 12 kilómetros de extensión de la isla, sino también en su mundo fantástico donde el amor y la fascinación no conocen límites ni se contaminan con malicias. Fantástico, así es el universo de Sam y el de la isla misma, cuyos habitantes son tan extraordinarios como originales las situaciones que protagonizan. Una madre que llama a sus hijos con un megáfono, una casa en un árbol construida a quince metros del suelo y una niña que cuando se escapa de su casa solo lleva en su maleta latas de comida para alimentar a su gato y sus binoculares. 'Bajo el reino de la luna', en inglés 'Moonrise kingdom', dirigida por Wes Anderson, es una de esas películas que rompe nuestra cómoda postura de espectadores tradicionales y nos lleva a otro nivel narrativo. Su propuesta artística llena de colores y escenarios teatrales, nos recuerda al francés Jean Pierre Jeunet (‘Amelie’, ‘Micmacs’) y a sus personajes auténticos y encantadores. Eso sin mencionar la gran nómina actoral conformada entre otros por Bruce Willis, Edward Norton (‘El club de la pelea’) y Bill Murray (‘Flores rotas’). Los niños, por su parte, son interpretados por Jared Gilman y Kara Hayward, quienes en su rol de niños enamorados huyen de sus familias para vivir un romance infantil sesentero, pretencioso y muy desomplicado. Todo ocurre en medio de un bosque que Sam conoce y domina bien gracias a todas las enseñanzas que aprendió con su grupo de scouts. La historia, escrita a cuatro manos por el director y Roman Coppola (hijo de Francis, por supuesto), está bien construída y no sería una sorpresa que se alzara con el premio a guión original en la próxima entrega de los premios Oscar. La frescura de sus situaciones, la forma desprevenida de resolverlas, los diálogos absurdos y los desenlaces sorpresivos, nos llevan de la risa a la emoción y a la ternura y nos solidarizan con ese sentimiento del primer amor. Es así como Sam y Suzy huyen de sus casas con el único propósito de estar juntos, por dejarse llevar por esa primera fascinación que sintieron el uno por el otro el día que se conocieron unos cuantos meses atrás. Y en la búsqueda de su deseo llegan hasta las últimas consecuencias sin que a muchos les parezca extraño que un par de nenes de 12 años quieran casarse. En realidad, lo maravilloso de ‘Bajo el reino de la luna’ es esta construcción del universo de una isla mágica en la que pueden ocurrir toda clase de cosas sin que nadie se sorprenda. En ese sentido Coppola logra involucrar a los demás personajes y el deseo amoroso de este par de niños se convierte en un objetivo colectivo. Tanto así que los demás niños, aquellos que antes lo odiaron, se convierten en sus principales cómplices y aliados, como si se tratase de una misión scout. De esta forma, todos los habitantes de la isla se convierten en protagonistas de una misma historia. Todos tienen que ver con todos y con todo. Las subtramas desaparecen o más bien se funden en una sola y así la película se convierte en una sinfonía mágica, armónica, bien construida. Y de repente, cuando menos lo imagina el espectador, él también se ha convertido en un habitante más de la isla gracias al narrador que sirve de guía de la isla mientras se mueve con libertada en medio de las secuencias y también como parte de las escenas.Aquí las sorpresas se las lleva el público, pues en la isla de New Penzace todo puede ocurrir. Una tormenta que ha sitiado la isla por fin toca tierra en el momento más climático y con ella, los personajes son obligados a tomar sus propias decisiones. Saliendo todos bien librados, primando sobre todo el sentido de la solidaridad, que es a fin de cuentas el espíritu de la historia. Una historia de y sobre exploradores que se dan su palabra y son congruentes hasta el final. Escenas memorables de una película memorable.La emoción, la creatividad y las carcajadas podrían ser suficientes motivos para ir a ver esta película a ciegas. Pero, si aún tiene dudas y prefiere más detalles, valdría la pena que visitara la página oficial de la producción y darle una probadita. De seguro le gustará. ¿Más motivos? Está bien: ‘Bajo el reino de la luna’ es el ejemplo perfecto para hablar de una farsa moderna. Una historia en que las situaciones más absurdas pueden ocurrir y nadie sale herido. Todos opinan, nadie juzga y todos salen bien librados. Juzgue usted mismo.

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