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Antonio Dorado, presentará su largometraje documental 'Apaporis'

El 17 de febrero se estrenará en las salas de cine del país ‘Apaporis’, largometraje documental basado en el libro ‘El río’, de Wade Davis. Una producción vallecaucana que rinde homenaje a la sabiduría de las comunidades de la Amazonia.

14 de febrero de 2012 Por: Ricardo Moncada Esquivel

El 17 de febrero se estrenará en las salas de cine del país ‘Apaporis’, largometraje documental basado en el libro ‘El río’, de Wade Davis. Una producción vallecaucana que rinde homenaje a la sabiduría de las comunidades de la Amazonia.

Cuando el director de cine y documentalista Antonio Dorado leyó el libro el ‘El río’, escrito por el explorador de la Nacional Geographic, Wade Davis, quedó atrapado entre esas páginas que narran, en forma de diario, el viaje que en la década de 1940 realizó, desde Mitú hasta el río Apaporis, en nuestra selva amazónica, el etnobotánico Richar Evans Shultes. Las investigaciones de Shultes revelaban el inmenso tesoro natural y cultural que constituyen ese territorio tan desconocido aún para los propios colombianos.De la lectura apasionada de ese libro surgió el largometraje documental ‘Apaporis’, que se estrenará en las salas del país el próximo 17 de febrero y que constituye un gran precedente para la cinematografía nacional.Y es que así como Dorado terminó en el 2004 con el largo silencio de las producciones de cine en Cali, cuando llevó a la gran pantalla su cinta ‘El rey’, nuevamente el director y realizador marca un hito en la historia del cine colombiano al llevar a las salas de cine un documental. Dorado se mueve como pez en el agua en este género, como que es uno de los gestores de este movimiento que tanto prestigio le ha dado a Cali y el Valle del Cauca en el campo audiovisual.La película, que rinde homenaje a las comunidades que habitan ese territorio y a su sabiduría ancestral para convivir en armonía con la naturaleza, es además un producto totalmente hecho en nuestra región. La dirección, el guión, la fotografía, el sonido, la música y la investigación estuvieron a cargo por un equipo humano reunido por la Fundación Imagen Latina, productora del proyecto.A lo largo de 74 minutos, el propio Dorado, como narrador, hace un retrato de este territorio a través de su paisaje, de su inmensa riqueza natural, de la manera en que conviven sus habitantes con la naturaleza, pero también sigue los pasos de Shultes por ese territorio y revela el sino trágico que se ha ensañado con este paraíso.El documental cuenta con una extraordinaria banda sonora que estuvo a cargo de la Orquesta Filarmónica del Cali y 200 voces del coro de la Universidad del Valle.Este proyecto recibió estímulos de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, obtuvo el premio del programa Cine en Construcción del Festival de Cine de Guadalajara y ha sido seleccionada para festivales de cine como los de Cosquín, Argentina; Santa Cruz, California; Vision Du Réel, de Suiza, y fue incluido en Docuweeks, de Nueva York, el cual escoge entre cerca de 800 trabajos en el mundo, los 20 preseleccionados para los premios Oscar. Viaje a la selvaAtareado con la cercanía del estreno de ‘Apaporis’, ‘Toño’ Dorado mira una y otra vez cada detalle del proyecto desde su casa, que es, también, el centro de operaciones de sus proyectos. “Después de hacer ‘El Rey’ ocurrió un evento especial. El historiador Germán Patiño se me acercó un día y me dijo: Antonio, hay un libro que se llama ‘El río’, está escrito por Wade Davis, tienes que leerlo. Luego, otra amiga me hizo la misma recomendación y luego una tercera persona me obsequió el libro. Entonces tuve la extraña sensación de que ese libro me estaba buscando”, recordó el director.Pero las coincidencias no pararon allí. Dorado, quien ya trabajaba en la idea de hacer un proyecto audiovisual inspirado en ‘El río’ había conversado sobre su idea con el realizador caleño Juan Carlos Paredes, quien vive en los Ángeles. Unas semanas después, Paredes puso en contacto a Davis con Dorado, a través de una llamada telefónica. Y la empatía entre ambos fue instantánea.Davis sentía una deuda entrañable con el país y con Cali en particular, pues en la década de 1970, cuando tenía 14 años, había vivido un intercambio estudiantil en nuestra ciudad. Él se sintió entusiasmado de que un colombiano se interesara en su libro para llevarlo al cine.Pero el interés del explorador se fortaleció aún más después de que Paredes le llevó una copia de la película ‘El Rey’, ópera prima de Dorado. Él sintió que el filme le reflejaba la ciudad en la que vivió y en la que tuvo su primera novia. Eso generó una complicidad especial con el proyecto.De este modo, la idea de hacer la película fue tomando forma. Dorado viajó en varias oportunidades hasta Washington para reunirse con Davis. “Aunque él me ofreció los derechos del libro, yo tenía claro que no quería adaptarlo, sino que quería contar cómo era ese mundo de la selva y las comunidades que la habitan. Por eso le propuse hacer un documental”, dijo el director.Dorado también estaba interesado en desvirtuar los estereotipos que giran en torno a los indígenas. “El documental plantea una mirada frente al espejo. Me refiero a esa condición que en la historia personal de mestizos vivimos muchos colombianos, cuando utilizan la palabra indio de manera despectiva. También quise derribar el estereotipo que se tiene del indígena como alguien triste y amargado, cuando es todo lo contrario”, señaló. El realizador agregó que ese estereotipo obedece a la mirada que hacen de nuestras culturas autóctonas europeos y norteamericanos. “Pero los habitantes de la selva son recursivos. Más amargados somos nosotros con el estrés que vivimos en las ciudades. La selva demanda otro tiempo, otras relaciones con la naturaleza, exige otros comportamientos sociales. Y descubrir eso me ayudó a tener una distancia crítica frente al proyecto”, dijo. Conservando el aval de Davis, el director quiso adentrarse en ese mundo asombroso que constituye la rica biodiversidad selvática, especialmente lo que tiene que ver con las plantas psicotrópicas, que estudió Shultes, las a las que, incluso, se les han hecho campañas nacionales desde el Estado como aquella de la ‘mata que mata’, cuando lo que en realidad mata es nuestra propia ignorancia”, dijo Dorado.Aclarando que no es antropólogo ni etnobotánico ni explorador, para enfrentar el proyecto el realizador se rodeó de un equipo humano en el que todos tenían amplia experiencia en sus campos de acción. “Por eso quiero señalar que esta película no es el resultado del esfuerzo de un director, sino de todo un equipo”. Una de las características del documental fue el uso de un narrador, un recurso contra el cual luchó el director, pero el propio proyecto le impuso esa misión. Dorado explicó que inicialmente puso su voz en los cortes preliminares de la edición para facilitar el proceso del montaje. Pero cuando finalmente buscó un narrador profesional para cumplir esa labor sintió que por el tono de las observaciones que estaba consignando en el guión, así no le gustara la idea, él era el más adecuado. Este recurso además le permitió acentuar el carácter del documental estructurado como un diario de viaje, generando expectativas en la audiencia y colmándolas.Entre luces y sombrasA través de ‘Apaporis’, el realizador quiso señalar los problemas y conflictos que suceden en ese paraíso natural si bien no todos aparecen en el documental. “Me refiero a que están pasando cosas terribles, en las que a pesar de que exista una mayor consciencia sobre lo que ambientalmente representan esos territorios, siguen siendo el patio trasero del país, un territorio que históricamente ha tenido periodos nefastos relacionados con riquezas que lo que han dejado es pobreza para estos territorios y desaparición de las comunidades. Hay precedentes como la fiebre del caucho o de las pieles y más recientemente con el narcotráfico y la violencia de los actores armados que circulan en torno a ese fenómeno”.El realizador señaló que, por desgracia, el futuro de ese paraíso está ensombrecido. “Ahora se cierne otra amenaza sobre estos territorios con la asignación de licencias de explotación minera. En muchos casos el afán por obtener el oro enceguece. Es probable que en un futuro el país sea aparentemente más rico, pero paradójicamente ese camino a la riqueza puede llevarnos a la ruina”, señaló.No obstante el realizador aclaró que no pretendía hacer de la película una denuncia sobre este tema, si bien amerita ser abordado. “Quisimos conservar la promesa hecha a los miembros de estas comunidades que nos acogieron, de mostrar su cotidianidad y lo valioso de sus conocimientos, pero también para tranquilidad del documental no íbamos a ignorar que no había problemas. Pero sobre todo, sería satisfactorio si este trabajo contribuye a poner en la agenda del país el tema ambiental”. Dorado agregó que así como ‘El Rey’ se constituyó en una invitación a la reactivación del cine de ficción en la región, ‘Apaporis’ también plantea un reto a los realizadores de la región. “Quisiera generar una sana envidia para que también le apuesten a este género y tengamos consciencia de que nuestra producción documental también puede tener un espacio en las salas de cine”.En un país donde el público no está acostumbrado a ir a cine para ver un documental, Dorado lanzó también el desafío a las audiencias. “Sabemos que quien le da sentido a un producto audiovisual es la audiencia y en ese sentido pienso que en Cali y el Valle existe una cultura audiovisual y que este tipo de proyectos son necesarios en tanto son una invitación al conocimiento, a la reflexión, porque una de las cosas vitales del cine es que no sólo está hecho para entretener, sino también para pensar”, concluyó.

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