Ajazzgo: homenaje al Grupo Niche por el maestro José Aguirre y sus amigos

Ajazzgo, en el Teatro Municipal. José Aguirre y sus amigos rindieron homenaje al Grupo Niche.

Niche en tiempo de soul, de bossanova y jazz, ese era un sueño que tenía el músico José Aguirre desde hace muchos años, y un proyecto que venía madurando en secreto. Un secreto que el productor musical, trompetista y compositor colombiano, que fue durante diez años productor y arreglista musical del Grupo Niche, le confesó al maestro Jairo Varela un mes antes de morir. El fundador de Niche le dio su bendición al demo que Aguirre le presentó para su producción discográfica Homenaje a un Grande.Y fue anoche, desde las 8:00 p.m., en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura, en el marco de Ajazzgo, y en presencia de Cristina, hija del maestro y de su exesposa Gloria Bonilla, e inspiradora de varias de sus canciones, que Aguirre pudo decir “estoy viviendo un sueño”, el mismo sueño que realizaron los asistentes a esta velada. Allí José Aguirre & sus Amigos, cantantes y músicos vallecaucanos, interpretaron las versiones instrumentales de Niche pasadas por jazz. “Estas canciones con la ausencia del maestro Jairo toman un sentido aún más profundo”, sentenció Aguirre y así lo sintió el público.La mágica noche inició con la banda tocando dos temas de Aguirre, Estás Conmigo y Brisa Caleña, para dar paso a Álvaro Cabarcas ‘Pelusa’, quien le sacó al piano las bellas notas de Mi Pueblo Natal. Luego llegó Hagamos lo que Diga el Corazón en soul, muy aplaudido. La voz de la cantadora Marlyn Murillo sonó poderosa al interpretar Parió la Luna y Las Caras Lindas, “que representan nuestra etnia, nuestra vallecaucanidad”. El público hizo el coro del tema Nuestro Sueño, en este concierto patrocinado por El País y Tarjeta Selecta. Adriana Chamorro y Mauro Castillo deleitaron con boleros y música del Pacífico. César Mora con su energía desbordante cantó Mentiras Tuyas y El Pescador, para dar paso a un Alfredo de la Fé electrizante con María Cervantes y Bacalao con Pan para violín. El cierre fue con Canela, que como bien dijo Mora, “ya es un himno contra la intolerancia en nuestro país”.