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Inteligencia laboral. | Foto: El País.com.co

TRABAJO

Cinco claves para mediar con las emociones en el trabajo

Claves para dar un manejo asertivo a las emociones en el contexto laboral. Cómo convivir sin que su cabeza estalle o haga estallar la de sus compañeros de trabajo.

11 de abril de 2017 Por: Redacción El País

Por mucho tiempo las emociones han sido ignoradas o alejadas del contexto laboral, debido a que las organizaciones han sido vistas como lugares serios, objetivos, pensados y creados para producir bienes y servicios que permitan ganar dinero. Quizá por estos motivos en el ambiente laboral las emociones no tienen cabida.

Sin embargo, en los últimos años se han presentado avances sustanciales para entender el impacto de las emociones en el ambiente organizacional. Diversos estudios y algunas investigaciones han demostrado cómo las emociones pueden explicar fenómenos individuales y organizacionales.


Según diferentes expertos las emociones juegan un rol fundamental en la satisfacción laboral, funcionamiento grupal, liderazgo, desarrollo, crecimiento personal y colectivo. Además se manifiestan y aparecen en los procesos de negociación, conflicto y toma de decisiones.

Las emociones también están presentes en los episodios de violencia o acoso, en los desafíos y planteamientos de metas y niveles de competitividad, en el estrés laboral y, más recientemente, en el denominado ‘trabajo emocional’, como característica intrínseca del puesto de trabajo y su influencia en la organización.

Por todas estas razones, la entrenadora Lucila Mejía Londoño, psicóloga clínica y especialista en desarrollo humano organizacional, habló con El País para dar algunas recomendaciones que se pueden aplicar para tener más emociones luminosas que sombrías mientras se trabaja en una organización.

Para Lucila “aquel que conozca como gestionar las emociones en los equipos que lidera, las emociones de las personas de su organización y que además sepa reconocer las suyas, tendrá mayor capacidad para gestionar el cambio organizacional, honrar el progreso y garantizar resultados sostenibles que contribuyan con la consolidación de la empresa y la construcción de un mejor planeta”, explica.

A continuación Lucila dará algunas recomendaciones para que colaboradores y jefes las coloquen en práctica.

1. Conocer las emociones primarias

El primer paso para ‘mejorar’ las emociones que se tienen en el lugar de trabajo es conocer las que predominan en el día a día, es decir, reconocer que por lo general los seres humanos sienten emociones como miedo, rabia, alegría y tristeza.

Después de reconocerlas se deben dejar de juzgar como emociones buenas o malas, pues si alguna de las llamadas ‘malas emociones’ ocurre durante las primeras horas del día, generará incomodidad y malestar durante el resto de la jornada laboral y esto no es bueno. Por tal motivo Lucila Mejía recomienda clasificar las emociones como ‘luminosas’ y ‘sombrías’ para que el cerebro las asimile como sucesos que simplemente ocurren.

2. El jefe debe conocer las emociones de su grupo

Es importante que el líder reconozca sus emociones, es decir, que pueda identificar lo que le ocurre a él frente a una determinada situación que le genere emociones. Posteriormente debe identificar las emociones que por lo general se presentan en el grupo de trabajo que él lidera.

Una de las claves para identificar emociones de un grupo de personas es la observación, el dialogo constante en reuniones y preguntarle a los empleados cómo se sienten o qué les hace falta para desarrollar las labores del día a día. Si no se realiza este paso, no se podrá continuar con el proceso.

3. Crear visión, ilusión y esperanza

Construir un futuropartiendo del abandono del pasado se hace más  fácil con base en los sueños y la esperanza de poder visualizar un entorno diferente en el que quieran estar y con el que se tenga compromiso. Para lograr esto es importante que el jefe en algunas ocasiones les haga ver a sus empleados que antes las condiciones de la empresa en la que trabajan no eran tan buenas como las que se presentan actualmente. Además, es importante que los motive y les recuerde que están trabajando no por obligación, sino porque se esta detrás de un sueño, o por la felicidad de su familia.

Los grandes líderes consiguen crear en la mente de los demás ilusiones que les muestran el camino que les viene bien andar y los impulsan a realizar esfuerzos personales extraordinarios.

4. Mantener el equilibrio emocional en el grupo de trabajo

Todas las personas tienen impulsos, pero quienes son emocionalmente inteligentes se diferencian del resto en que piensan antes de actuar y controlan su impulsividad.

Es necesario autorregularse emocionalmente porque si no resultaría injusto para usted y para quienes estén en su grupo laboral. Es bueno desahogarse y pegar un grito en la intimidad de vez cuando, o llorar si es eso lo que se necesita en ese momento, pero no dejar que las emociones lo arrastren a cometer acciones que afecten su reputación y el clima laboral. Usted es quien tiene el control para permitir o no que las emociones sombrías florezcan. Cuando tenga rabia, respire hondo.

5. Proporcionar confianza y felicidad

Generalmente, las personas que poseen alta inteligencia emocional son las más felices. Quienes son emocionalmente inteligentes saben reconocer sus emociones, es decir, cuando están tristes, contentos y emocionados, y por ello saben gestionarlas y controlarlas en caso de ser necesario. En un grupo de trabajo es necesario que todos estén felices y que en algunas ocasiones se den alegría cuando un compañero de trabajo la necesite, dar motivación en los peores momentos y energía para quien pasa un mal día. Para poder hacer esto se recomienda hablar con la persona, escucharla, aconsejarla y darle un abrazo con el que se sienta protegida. Una llamada fuera de la jornada laboral también sería de gran ayuda.

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