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Diana Marcela Vargas y Jhonny Romero esperan que el flujo de clases virtuales vaya aumentando en próximos días.

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Alegría: la salsa, una cura para el alma en tiempos de Covid-19

Bailarines de salsa no sucumben ante las dificultades que plantea la pandemia para el arte en general. Así se las arreglan para llenar de dicha las casas.

25 de abril de 2020 Por: Alejandro Cabra Hernández - Reportero de El País

Jhonny Romero, de 24 años, y su esposa, Diana Marcela Vargas, de 22, han dedicado más de una década de sus vidas a bailar salsa, su gran pasión y su trabajo.

Mediante el arte de danzar al ritmo de este género musical, uno de los más asociados con la ciudad de Cali, Jhonny y Diana han podido recorrer el mundo demostrando lo “exótico” de este talento, como ellos mismos lo definen.

Turquía, China, España y Ecuador son los países a los que han podido deleitar con sus rápidos movimientos corporales que a veces parecen imposibles. Sin embargo, hoy la internacionalización de Jhonny y Diana ha tenido que reinventarse, pues la posibilidad de salir de su hogar se encuentra restringida.

No obstante, no es esa una razón para que ellos dejen de hacer lo que más les apasiona: enseñar. Sus clases, que antes solían ser en academias o en las casas de sus clientes particulares, ahora se han tomado la plataforma Zoom.

Jhonny acepta que prefiere dar las clases de manera presencial, pero entiende las condiciones que impone el aislamiento preventivo obligatorio por el coronavirus, y no entiende este como un impedimento para seguir transmitiendo “la alegría y lo maravilloso del mundo de la salsa”.

“A pesar de que prefiero tener contacto presencial con la persona, decirle exactamente qué hace mal, y el audio y la conexión inestable complican las cosas, nosotros intentamos dar lo mejor de cada uno. Si el alumno le pone todo el empeño, estas dificultades, pueden pasar a segundo plano”, acota el joven.

Para Jhonny, lo mejor de dar clases de baile junto con su esposa Diana es poder contribuir a que sus alumnos superen los miedos que suelen dominarlos al momento de aprender. “Cuando aprendes a bailar y a disfrutarlo, te llenas de buena vibra y de verdad que aumentas la confianza en ti mismo. Eso es lo más bonito”, concluye.

Como Jhonny, son muchos los bailarines que siguen moviéndose para llevar enseñanza a las personas, mientras buscan una forma de sostener económicamente a sus hogares.

Es el caso de Carolina Revelo, bailarina de la escuela Rucafé y quien suele presentarse en el show Delirio, la famosa presentación organizada por la Fundación del mismo nombre, un colectivo de 690 personas que en tiempos normales se presenta mes a mes, y que mezcla de manera exitosa la salsa, el circo y la orquesta.

Carolina, junto a su hija Emily, son unos de los grandes atractivos artísticos de Delirio. Ahora, la madre se la ‘rebusca’ para seguir enseñándole a sus antiguos clientes.

Confiesa que desde que inició el aislamiento han sido pocas las clases que ha podido dar. “Es difícil atraer nuevos clientes en esta situación, así que lo que intentamos es darlas a clientes que uno haya tenido antes”.
Por eso, Carolina busca transmitir sus conocimientos con publicaciones en redes sociales, como Instagram. Por ahí, incluso, usando las redes sociales de Aerorrumba Élite, ha ofrecido clases en vivo de manera gratuita, en las que se han conectado mujeres, en su mayoría.

A la hora de dar clases por Zoom reconoce que se dificulta por las cuestiones técnicas y porque no se tiene tanto control sobre los alumnos, que en su caso son principiantes.

Cuenta, no obstante, que la satisfacción de enseñar se hace presente, cualesquiera que sean las condiciones.

Para el caso de su pequeña hija Emily, ella ha encontrado tranquilidad en los tutoriales de danza que encuentra en internet. “Muchos los hace y los postea en sus redes sociales como una forma de mantener activo su talento”.

Carolina ve con desesperanza la situación del arte en medio de la contingencia por el Covid y siente que al sector artístico no se le da la importancia necesaria. “Este año no creo que haya más espectáculos y nosotros vivimos de eso. Nos las ingeniamos para salir adelante”, agrega.
Viviana Vargas, primera bailarina de Delirio, ha tenido la oportunidad de ofrecer clases a distancia a Estados Unidos durante la pandemia, pero describe como la cuestión más complicada la congestión que se forma en las plataformas.

“No te miento, enseñar desde un teléfono se hace muy complicado, por lo tanto debemos hacer clases poco complejas, para satisfacer la necesidad de aprender”, comenta.

Viviana se las arregla para hacer sus clases con canciones de salsa reconocidas y pasos básicos. Además, en su cuenta personal de Instagram se junta con su padre y su hermana para dirigir entrenamientos funcionales que pueden desarrollar sus seguidores.

“Qué chévere hacer esto, disfrutarlo, y que desde su casa muchos se puedan beneficiar y encontrar al menos un rato de tranquilidad”.
Una iniciativa muy similar es la de Miguel Guzmán, bailarín de Swing Latino, quien a través de las redes oficiales de la escuela ofrece clases.
“Es una forma de no quedarnos quietos y de retribuirles a Swing Latino y a nuestros seguidores todo lo que nos han dado”, puntualiza.

Las principales variaciones que reconoce en la pedagogía virtual es que debe combinar varios géneros con la salsa para mantener la atención del público.

“En las clases por Instagram se conectan hasta 1800 personas. Bailar salsa es mi forma de motivarlos y decirles que pronto salimos de esto”, señala.

Como Jhonny, Diana, Carolina, Viviana y Miguel, son muchos los bailarines de salsa que demuestran, aún en tiempos de pandemia, que bailar salsa es un estilo de amar y vivir la vida.

Los niños tienen su espacio

Toña la ‘payasita’, uno de los personajes más emblemáticos de Delirio -es quien recibe a la gente cuando llega al sitio donde se dará el show-, ha dedicado sus redes sociales (@tonita_clown) en Instagram para postear videos actuados que puedan darles momentos de tranquilidad y alegría a los niños durante la pandemia.

Recientemente, Toña publicó un video donde agradece a los médicos por su esfuerzo en la lucha contra el coronavirus e invita a los niños a jugar en casa para divertirse.

Uno de los más populares es uno que publicó el 29 de marzo, donde habla a los niños de la complejidad de esta situación y la importancia de quedarse en casa, sin mencionar al Covid explícitamente. Para ella, es necesaria “la empatía a la hora de explicar a los infantes la situación”.

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