Una propuesta pasó prácticamente desapercibida la semana que termina: la que le hizo el candidato a la Presidencia de la República Germán Vargas Lleras a uno de sus contrincantes, el aspirante del uribismo Iván Duque: que sin importar los resultados de las elecciones, es claro que el nuevo Jefe del Estado deberá buscar alianzas políticas en el Congreso para lograr aprobar las reformas que tramitará el nuevo Gobierno.
El exvicepresidente hacía referencia a la coalición de gobierno que tradicionalmente hace el nuevo Presidente con el Legislativo, que durante el mandato de Juan Manuel Santos tuvo dos versiones que acogieron la sombrilla de la Unidad Nacional.
En 2010, Santos logró conformar una alianza con el Partido de La U (su partido), Cambio Radical (de Vargas Lleras), el Conservador y una gran parte del Liberal, que se le sumó dividido.
Lea también: 'Así es la crisis que dejó a liberales y conservadores del Valle sin cupo en el Senado'.
En su segundo mandato, que se denominó la fase II de la Unidad Nacional, el Mandatario sumó relativamente los mismos apoyos, pero también vio cómo la oposición pasó de ser solo del Polo Democrático, izquierda pura, a una oposición de derecha hecha por el Centro Democrático, liderada por el expresidente Álvaro Uribe, quien fuera su mentor para llegar a la Casa de Nariño.
En 2002, cuando ganó la Presidencia, Uribe Vélez contó también con una coalición de gobierno que, en su momento, la conformó con los conservadores y Cambio Radical. La oposición se dio con el liberalismo y el Polo Democrático.
Gregorio Eljach, actual secretario general del Senado y quien lleva más de 20 años trabajando en el Legislativo, recuerda que tradicionalmente se ve que el Congreso, en sus mayorías, logra pactar una coalición con quien resulte electo Presidente.
“Cuando existía el Frente Nacional, había una alianza bipartidista con base a un programa, que eran los contenidos en acuerdo para lograr la alternancia del poder. Con el surgimiento de nuevos partidos y movimientos ciudadanos ha ido variando esa realidad y se han venido conformando coaliciones ya mucho más grandes”, explica Eljach, quien tuvo que coordinar en los dos últimos años el trámite de todas las normas referentes al proceso de paz, en el marco del ‘fast-track’ o trámite legislativo especial.
Para la senadora electa y actual representante a la Cámara de la Alianza Verde Angélica Lozano, hablar desde ya (recién elegido el nuevo Congreso) de cómo serán esas fuerzas de coalición es complejo, porque primero se tienen que dar las elecciones presidenciales.
“Hay que esperar a que se sepa quién gana la Presidencia, porque de eso depende el arranque del Gobierno y la oposición, es decir los alinderamientos”, asegura Lozano, quien estima que sí se debe destacar que podrán pasar, legislativamente hablando, cosas interesantes.
“Hay una cosa que no se ha presentado en los últimos 20 años y es ver a 24 senadores alternativos o independientes. Están los tres senadores del MIRA, dos indígenas, cuatro de los Decentes, cinco del Polo Democrático y diez de la Alianza Verde. Hay variedad y pluralismo, pero son alternativos”, asevera la nueva congresista.
Lozano resalta el poder que llegaría a tener este sector legislativo, que se replicaría en la Cámara de Representantes.
“A la hora de aprobar una reforma a la salud, un tema tributario o la reforma pensional, ahí van a estar 24 voces firmes en defender a los ciudadanos y eso no ha pasado en más de 20 años”, sostiene antes de explicar que no incluyó en el grupo a los diez congresistas de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc) porque ellos no llegaron por el voto popular al que se presentaron las tendencias mencionadas.
El secretario Eljach igualmente destaca la importancia que llegaron a tener en la actual legislatura esas voces de oposición o independientes al Gobierno Santos.
Lea también: 'Las nuevas caras del Valle que llegan al Congreso'.
“Por primera vez entra un partido, el Centro Democrático -el segundo más grande en la corporación- a hacer oposición, como también lo hizo el Polo Democrático. Esto fue inédito, sin importar el tamaño de la coalición de gobierno, que eran 65, incluyendo a Opción Ciudadana y los verdes, que en algunas ocasiones votaban con el Gobierno”.
Resalta que la legislatura que termina el 19 de julio se recordará por la intensidad de los debates y el control político que llevó incluso a demandas penales. “Eso no se había visto en 50 años en Colombia”, menciona.
Centro Democrático, Cambio Radical, los conservadores, liberales y el Partido de la U son las bancadas más altas en la composición del nuevo Congreso de la República.
Posibles escenarios
El veterano Secretario sostiene que no se prevé que vaya a haber un cambio sustancial desde el próximo 20 de julio, es decir, se consolidará la nueva alianza.
“Por la composición de las bancadas de Senado y Cámara se puede pensar que va a haber un predominio del mismo esquema actual, un presidente que logra congregar a las mayorías a su propuesta de gobierno”, explica.
Eljach no duda en considerar que “va a volver a existir una oposición activa, pero con una gran integración de las bancadas que estén con el Presidente, independiente de quién sea”.
En un posible escenario de que el nuevo Gobierno sea de izquierda y con un Congreso de mayorías de derecha, el Secretario considera que dependerá del talante del nuevo mandatario, para ver si tiene la capacidad de lograr una coalición.
“Si uno compara cómo les fue en su momento a Fajardo y a Petro, puede decir que Fajardo está más hacia el centro, Petro, en cambio, está más hacia el lado de afuera, una izquierda más extrema. Pero no hay experiencias en Colombia de que gane alguien que no tenga las mayorías en el Congreso”, sostiene.
Para la senadora Lozano, la situación en la Cámara de Representantes igualmente muestra que podrá haber una bancada independiente más fuerte que los doce actuales, porque ya pasan de los 20, pero deberá esperarse a que se defina el ganador de la Presidencia de la República.
Por como están las cargas políticas en este momento, se ve que si fuera Iván Duque, tendría una coalición de gobierno con apoyo fundamental de su partido, Centro Democrático, un sector del conservatismo, algunos congresistas de la U y muy pocos liberales. Cambio Radical le acompañaría de manera parcial.
Si fuera Vargas Lleras, tendría el respaldo de su partido, Cambio Radical; la U, los conservadores y la mayoría del liberalismo, mientras que el uribismo lo haría de forma limitada.
En la eventualidad de que el candidato de la extrema izquierda Gustavo Petro fuera el presidente, en el momento tendría el apoyo legislativo del partido Farc, los Decentes, el Polo Democrático, un sector de la Alianza Verde y algunos liberales.
Lea también: 'Los ilustres que quedaron 'quemados' tras las elecciones del domingo'.
De triunfar Sergio Fajardo, en su coalición de gobierno estarían la Alianza Verde, el Polo Democrático, en su mayoría; un gran sector del liberalismo, los Decentes, en algunos temas; como también lo haría de forma parcial el movimiento MIRA.
El docente de maestría de Comunicación Política de la Universidad Externado Carlos Andrés Arias considera que con el resultado electoral se explicaría la representación del Sí al Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc.
“Hay que hacer énfasis en la votación del Polo Democrático y la Alianza Verde. En el primero se ve un fraccionamiento de una posición ideológica de centro izquierda e izquierda, en donde muchos se fueron a la lista de Decentes. Por el lado de los verdes, la presencia de Antanas Mockus jalonó muchísimo a los votantes indecisos que son opinión en el país, un voto mucho más cualificado y urbano, principalmente en el caso de Bogotá”.
El docente también consideró que en un futuro a la alianza de centro izquierda, y frente a proyectos puntuales, también se podrían sumar senadores del Partido Liberal y algunos de la lista de los Decentes.
“En la medida en que ellos apoyaron los Acuerdos, estos no se van a poder truncar, porque la implementación ha tenido muchas dificultades y con la presencia de ellos podríamos esperar que avancen. También garantizaría que la consulta anticorrupción pueda llegar con más aliento al Congreso y con las posibilidades de que salga adelante por el peso de la votación que representan”, agregó.
Será tan solo hasta después de la segunda vuelta, en junio, si la hay, cuando las cartas políticas se repartan sobre la mesa y en el legislativo el nuevo Presidente de la República intente lograr su coalición de gobierno.
17
millones 818 mil 185 colombianos votaron en las elecciones legislativas del pasado domingo.
2
millones 513 mil 320 ciudadanos votaron por los candidatos al Senado del Centro Democrático.
2
millones 155 mil 487 personas apoyaron la lista al Senado de Cambio Radical, convirtiéndola en la segunda fuerza política del país.
1
millón 927 mil 320 pusieron a los senadores conservadores como la tercera bancada más grande en 2018.
Lo que se viene
También se debe esperar la elección presidencial para saber cómo operará políticamente el nuevo Congreso de la República y conocer qué pasará con el Acuerdo Final de Paz y los temas que están pendientes para su trámite en el Legislativo.
El ‘fast-track’ que permitía un trámite rápido de los proyectos ya se venció y ahora los senadores y representantes a la Cámara deberán estudiar la manera de sacar adelante puntos como la reforma agraria, que incluye la actualización catastral en el territorio nacional, así como el acto legislativo de creación de la Jurisdicción Agraria.
Así mismo, por ejemplo, los sectores de derecha han dicho que se podrían hacer reformas a lo que ya se aprobó en cuanto a la manera cómo incursionarán en política los integrantes de Farc y su paso por la Justicia Especial de Paz (JEP), que inició su funcionamiento el pasado jueves.
También quedó pendiente el estudio del punto cuatro del Acuerdo, que está relacionado con el uso ilícito de drogas y buscaría darle tratos especiales a cultivadores, entre ellas mujeres cocaleras cabeza de hogar, y el procedimiento contra el lavado de activos.
Los candidatos presidenciales también han hablado de la necesidad de una reforma política, pese a que el año pasado se estudió una que no dio los frutos esperados y que contemplaba diferentes temas correspondientes al Acuerdo Final de Paz.