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Una buena cosecha con los Estados Unidos

El sector de las confecciones ha sido uno de los beneficiados con el TLC. Pero falta más.

15 de mayo de 2015 Por: Eduardo Herrera, gerente de Supertex

El sector de las confecciones ha sido uno de los beneficiados con el TLC. Pero falta más.

Desde el punto de vista del sector confeccionista, los tres años del TLC con Estados Unidos han sido positivos, no solamente porque el Tratado le ha dado tranquilidad a los empresarios y clientes para crecer dentro del país,  sino por las nuevas oportunidades de negocios para el Valle.

En China, los precios del sector vienen subiendo, lo que hizo que antes de firmar el TLC, ya se presentara una movilidad de las grandes marcas hacia esta región buscando proveeduría, lo cual nos convirtió en más importantes.

La cercanía nuestra con ese mercado también empezó a volverse clave, teniendo en cuenta la ventaja de contar con una provisión más rápida de confecciones y textiles hacia ese mercado. 

Y últimamente, contamos con la buena suerte de un viraje en la situación cambiaria, la cual está jugando a favor de los empresarios. 

El sector confeccionista atraviesa una etapa especial, no solamente por los tres años que llevamos del TLC, sino porque le apostamos al tema exportador a pesar de la revaluación (del peso) y de todos los inconvenientes que se presentaron.

Por eso, el momento es de buena cosecha no solo para nosotros,  sino para que quienes se salieron vuelvan a pensar en un sector que se va a dinamizar más.

Sin embargo, uno de los grandes problemas que tenemos para crecer como se puede hacer en otras zonas de la región nuestra, como Perú, México y Centroamérica es la falencia en materias primas.  

Hace dos días el Gobierno invitó a los confeccionistas exportadores a un diálogo en Palacio, y allí tuvimos la oportunidad de formularles a los ministros nuestras inquietudes.

Planteamos como punto principal lo relativo a la llamada acumulación de orígen con Cazta, México y Perú, la cual no es otra cosa que una mayor movilidad de los textiles, bien sea desde Colombia, o de esas regiones, hacia países como Estados Unidos con base en este Tratado de Libre Comercio y otros. 

Es fundamental tener acceso a materias primas para la industria, lo que permitiría multiplicar por cinco las ventas en el trascurso de dos años. Si tenemos tela la demanda existe, y el mejor ejemplo, es el haber montado una planta en El Salvador hace cuatro años, y por eso hoy exportamos el doble de lo que había hace 30 años. La oportunidad es gigante.

Otra inquietud es la del empleo, la cual consideramos fundamental en un sector intensivo en mano de obra como el de las confecciones. Y allí le sugerimos al Gobierno que el Sena debe trabajar en calidad de socio del sector para capacitar el talento que necesita la industria confeccionista.

Pero hay algo que nos está ‘matando’ y son las incapacidades de dos días que expiden las EPS, las cuales corren por cuenta de los empresarios, añadiéndole a eso un ausentismo que se ha crecido en un 5 %, lo que impacta una empresa como la nuestra que tiene 1500 operarias de planta. Eso hay que regularlo en el corto plazo.

El sector estuvo, asimismo, muy golpeado  por la revaluación, y ahora necesitamos mayor reconversión para actualizar la industria, y por ello es clave que haya nuevas líneas de financiación a tasas competitivas. Con esos cambios, el país estará aún mejor ante el mundo exportador.

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