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Recuperación mundial marcha a paso de tortuga

El desempleo es uno de los lunares que más afecta el despegue de la economía de las grandes potencias. Familias recortaron sus gastos.

15 de agosto de 2010 Por: Patricia Lee, corresponsal de El País.

El desempleo es uno de los lunares que más afecta el despegue de la economía de las grandes potencias. Familias recortaron sus gastos.

Los mercados volvieron a caer la semana anterior por las dudosas noticias sobre la recuperación económica mundial. El comunicado de la Reserva Federal de Estados Unidos provocó la caída. Señaló que el ritmo de la recuperación será más modesto a corto plazo que lo anticipado y que China crecería menos de lo esperado.Los economistas han discutido en varias oportunidades la forma de la recesión que se inició en 2008: si será en forma de U, con una recuperación lenta, de V, con una recuperación rápida, de W, con una rápida recuperación seguida de una nueva caída, o de L, a la japonesa, con un largo estancamiento. Menos la V, todas las otras perspectivas parecen posibles.En el primer semestre del 2010, la economía global creció rápidamente, alejando los temores de la recesión. El Fondo Monetario Internacional, FMI, calculó que el crecimiento había sido del 5% anualizado en el primer trimestre, pero en el segundo trimestre los indicadores bajaron por el temor a la crisis de la deuda en Europa y a los recortes fiscales en los países centrales. La situación es que “la economía se esta recuperando más lento de lo que pensaba”, según dijo a El País el economista argentino Tomás Bulat, de la revista DEF, pero “no gracias a los países desarrollados, sino a los países en desarrollo, sobretodo los llamados Bric (Brasil, Rusia, India y China)”.Estados UnidosNouriel Roubini, conocido como “doctor catástrofe” por haber previsto la crisis mundial, cree que las expectativas de crecimiento de Estados Unidos bajarán de 2,4% en el último trimestre, a cerca del 1,5%, cifra muy cercana a la de una recesión, aumentando el riesgo de una larga deflación, al estilo japonés. Una de las grandes preocupaciones es el desempleo, que durante el segundo trimestre pasó de un promedio de 79.000 personas que perdieron su trabajo por mes, a 108.000. Esta situación parecía impensable hace poco tiempo, y ha llevado a las autoridades a empezar a hablar de “desempleo estructural”. El Premio Nóbel Paul Krugman escribió en su columna de The New York Times, que “el que predijera hace un tiempo que uno de cada seis americanos estaría empleado o desempleado, y que el desempleado promedio habría estado sin trabajo por 35 semanas, hubiera sido desechado como un pesimista incurable”.Los términos deflación y doble recesión están ahora en boca de todos los economistas, asustando a los mercados. A diferencia de la inflación, deflación quiere decir caída de precios, porque los consumidores no se deciden a invertir ni a gastar, y ni siquiera el hecho de que haya mucho dinero en la economía permite reactivarla. Es el tipo de estancamiento económico que sufrió Japón durante dos décadas.Chris Payne, del periódico inglés The Guardian, coincide con la preocupación de que Estados Unidos empiece a parecerse a Japón: “Imagínense en esta situación, lo que 20 años de esclerosis económica pueden hacer. Peor aún, a diferencia de Japón, EE.UU. tiene una población en crecimiento, lo cual significa que el americano promedio será cada vez más pobre, sin olvidar que bajo crecimiento implica bajos ingresos, lo cual complica la posibilidad de que el Gobierno federal financie programas sociales”.En una entrevista concedida a la revista inglesa The Economist, Roubini advierte que “una vez se entra en la deflación es muy difícil salir porque la gente pospone todos los gastos, el consumo, la inversión, no hay demanda suficiente y la política monetaria tradicional no funciona. Es una trampa de liquidez, se puede imprimir dinero, bajar las tasas a cero, pero no puedes obligar a un caballo a tomar agua”.El argentino Tomás Bulat no cree que se vaya a una situación como la japonesa, porque allí se demoraron mucho en reaccionar, y en Estados Unidos la Reserva Federal actuó rápido en auxilio de los bancos. Para Bulat, esta situación se va pareciendo a una L, con una tasa de crecimiento muy baja en los próximos años, pero no tan larga como la que vivió Japón.EuropaLa zona euro creció 1% en el segundo trimestre, una tasa mejor que la esperada, gracias al desempeño de Alemania, el mejor desde la reunificación en 1990, compensando el lento crecimiento de España e Italia y la aguda caída de Grecia, pero los economistas previnieron que Europa no mantendrá el mismo ritmo en el segundo semestre, y que las cifras reflejan la aguda diferencia en las tasas de crecimiento entre Alemania y los países del sur europeo, que están en el centro de la crisis de la deuda.Las preocupaciones por la deuda europea han cedido, tras el plan de salvamento aprobado por el Banco Central Europeo y por el fuerte crecimiento de la manufactura durante el primer semestre, gracias a la devaluación del euro. También contribuyó a la tranquilidad el test de stress realizado a los grandes bancos, pues solo 7 de 91 instituciones no cumplen los requerimientos de capital.De mayo de 2009 a mayo de 2010, Europa tuvo un crecimiento del 9,9% de su producción industrial, el aumento anual más importante desde que se llevan las estadísticas en 1991. Las exportaciones de la Eurozona en mayo fueron más de 25% superiores a las del año anterior y apenas 2% menos que antes de la crisis de 2008.Sin embargo, esta semana, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dijo que la economía de la eurozona será “menos activa”, en la medida en que los gobiernos se han dedicado a reducir gastos en lugar de a fomentar el crecimiento y el consumo. China: la locomotora del mundoChina ha asumido el papel de locomotora del mundo. El analista Jorge Castro, del Instituto de Pensamiento Estratégico en Buenos Aires, informa que las exportaciones de Estados Unidos a China alcanzaron US 85.400 millones en 2007, y llegarán este año a US110.000 / 120.000 millones. Entre 2000 (antes del ingreso de China a la OMC) y 2009 aumentaron 330%.Esta capacidad de compra del gigante asiático está sirviendo como un notable acelerador de la alicaída economía mundial. Gracias a China, Japón, tercera economía mundial, creció 4,9% en el primer trimestre y está saliendo de su crisis de veinte años: sus exportaciones crecieron 40% en abril, tras cinco meses consecutivos de expansión; y 56% de ellas se destinan al Asia. Lo que sucede con Japón, sucede con todo el mundo, ya que las importaciones chinas son ahora 25% mayores que antes de la crisis mundial. “Las corrientes de las exportaciones y el auge de la demanda asiática constituyen hoy el núcleo de la política mundial, porque revelan el giro de la balanza de poder de Occidente a Oriente”, concluye Castro.Sin embargo, los analistas advierten sobre los problemas estructurales chinos, en particular, el posible estallido de la burbuja inversora, ya que la inversión fija es de casi el 50% del PIB, mientras que el consumo doméstico es muy bajo, apenas un 36% del PBI, contra un 70% en EEUU. De cualquier manera, China va a crecer alrededor del 9%, arrastrando la economía mundial.América Latina, de la mano con AsiaEl futuro de la economía latinoamericana está muy ligado al del sudeste asiático. “China e India representarán 75% del crecimiento de la clase media global en 2020. Esto es sinónimo de consumo de carnes. La producción de carnes se triplicó en China entre 1990 y 2009, como resultado del aumento del ingreso per cápita y del incremento de la urbanización, lo cual dará cada vez mayores perspectivas de negocios para los países de nuestro continente”, dijo el analista argentino Jorge Castro.

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