El pais
SUSCRÍBETE

Que la Navidad no lo deprima

La emotividad y los gastos de la época pueden llevar a estados depresivos. En casos severos se maneja con fármacos. Consejos.

12 de diciembre de 2010 Por:

La emotividad y los gastos de la época pueden llevar a estados depresivos. En casos severos se maneja con fármacos. Consejos.

La Navidad no sólo trae consigo fiestas y regalos. Lo que para algunos puede ser sinónimo de múltiples actividades, de encuentro con los seres queridos y alegrías, para otros puede representar incapacidad, aislamiento y una inmensa tristeza. De hecho, es una época que llega cargada de recuerdos y emotividad tanto positiva como negativa, en la que se tiende a reflexionar, a hacer balances y a vivir un fenómeno de aniversario. Entonces se traen a la memoria los parientes fallecidos, los amigos ausentes, la antigua pareja o las situaciones dolorosas. A esto se suman todos los gastos extras que implica, en atenciones, despedidas, bienvenidas y obsequios, con los que no todas las personas pueden responder. Y los anuncios que invitan al consumo y que conducen a muchos a compararse con los demás.Este panorama, y el consumo de licor que suele acompañar estas fiestas, es el campo de cultivo perfecto para que aparezca la depresión, la cual solamente se considera severa o patológica cuando ese estado de pesadumbre, vacío y nostalgia no se supera sino que se prolonga en el tiempo, afectando el rendimiento laboral o académico, las funciones cognitivas como la memoria, la atención y el cálculo, así como el apetito, el peso, el sueño y el desempeño sexual.Aunque no todos los casos ameritan tratamiento, se sabe que dos de cada cinco personas entre los 20 y 35 años sufren un bajón anímico por esta época, de acuerdo con un estudio realizado por el Ministerio de Protección Social. Y las principales víctimas son las mujeres, debido al doble rol de amas de casa y trabajadoras que deben cumplir y a los cambios hormonales que sufren durante la menstruación, el embarazo y la menopausia.Pero el problema, aclaran los especialistas, no es la época, sino la manera en que cada quien la afronta.Qué dice el ayurvedaDesde el punto de vista de la medicina ayurvédica, originaria de la India, la depresión se atribuye a una alteración en uno de los doshas, que son energías o fuerzas relacionadas con los elementos de la naturaleza y que mantienen al ser humano en equilibrio. En este caso se afecta el dosha Vata, relacionado con el aire, que cuando se altera genera aparte de depresión, ansiedad, insomnio, fatiga, falta de apetito, estreñimiento, colon irritable, presión alta y espasmos, entre otras molestias. Para equilibrar ese dosha y combatir la depresión, esta ciencia recomienda poner en práctica técnicas de respiración, meditación, masajes con aceites y baños de vapor (swedana). Sugiere además evitar el licor, el cigarrillo, el trasnocho y los excesos en la alimentación.Cómo se trataUna depresión leve puede manejarse con terapia psiquiátrica, psicológica y apoyo al paciente.Pero en los casos en que se torna incapacitante es necesario formular antidepresivos que regulan los niveles de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, los cuales son fundamentales para la adecuada comunicación entre neuronas, que permite el normal desarrollo de las funciones cerebrales como el pensamiento, las emociones y el sueño. Algunos actúan haciendo que las neuronas produzcan más neurotransmisores, otros logran que los receptores de esas sustancias sean más permeables o hacen que las enzimas que los desactivan no lo hagan tan rápido. Contrario a lo que muchos creen no generan dependencia ni producen sueño.La duración del tratamiento debe ser como mínimo de nueve meses, pues si se suspende existe el 50% de probabilidad de que la crisis repita, y si se da por segunda vez, el riesgo aumenta al 75%. Lo que quiere decir que si se presenta por tercera vez, con toda seguridad va a repetir. Al respecto los especialistas advierten que los pacientes no se deben automedicar, puesto que estos fármacos tienen algunos efectos indeseables cuando, por ejemplo, se mezclan con anticoagulantes, hipertensivos u otros antidepresivos. Mezclar antidepresivos con alcohol, por ejemplo, es igualmente riesgoso, pues como los fármacos se metabolizan en el hígado al igual que el alcohol, estos representa una carga muy grande para el hígado, y por lo tanto el organismo no se puede desintoxicar con rapidez. En estas condiciones tomarse una botella de licor puede equivaler a tres, y una cápsula puede hacer el efecto de 5.Datos clavesLos tranquilizantes no están indicados para la depresión, sino para la ansiedad y las convulsiones.Las personas con depresión tienden a perder un 5% de su peso.La depresión baja las defensas dejando el cuerpo expuesto a virus y bacterias.

AHORA EN Economía