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“No podemos tener un agro de la Edad Media”: Ministro Lizarralde

El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, defiende el reordenamiento del sector y los TLC para competir en el mundo. Sostiene que el Gobierno sí ha cumplido los pactos con los campesinos colombianos.

23 de marzo de 2014 Por: Alfredo García Sierra | Reportero de El País

El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, defiende el reordenamiento del sector y los TLC para competir en el mundo. Sostiene que el Gobierno sí ha cumplido los pactos con los campesinos colombianos.

Se considera un Ministro con una política incomprendida frente a los nuevos desafíos que debe asumir el sector agropecuario del país. Es decir, competir en los grandes mercados y abrirse al mundo, pues sostiene que allí está el futuro económico de Colombia. Por ello, señala que trabajará en ese reordenamiento del campo hasta el próximo 7 de agosto, aún en medio de críticas contra la avalancha de productos importados. De esta manera, Rubén Darío Lizarralde, el titular de la cartera agrícola, sostiene que Colombia debe pasar de una agricultura de la Edad Media a una moderna, tras recalcar que los paros y protestas no le hacen bien al país.¿Cómo se explica que el agro haya crecido 5,2 % en el 2013, cuando miles de campesinos y productores viven un drama diario?Las estadísticas son engañosas cuando uno viene de unos crecimientos del 0,3% y el 0,4 %. Es un mejoramiento que se dio fundamentalmente por una mayor productividad cafetera, así haya estado con unos bajos precios internacionales. Eso generó un resultado positivo que no significa necesariamente que se refleje en la economía. El año pasado veníamos de unos impactos de los inviernos del 2011 y el 2012 y de un comportamiento negativo de los precios de los 'commodities' (productos básicos), lo cual terminó afectando de manera grave el ingreso de los agricultores. colombianos. Paradójicamente hay un resultado positivo desde el punto de vista estadístico, pero no desde la óptica de los ingresos agropecuarios y piscícolas. Las cosas no fueron necesariamente positivas. Es decir que las cifras del Dane no reflejan la realidad y que las políticas oficiales no ha funcionado...Desde que se inició el actual Gobierno se ha aprobado un presupuesto para el Ministerio de Agricultura, que ha llegado a cifras históricas este año. Por eso se han venido irrigando recursos al sector lo cual ha contribuido a su crecimiento. Más de $7 billones se han otorgado en subsidios y $13 billones en créditos, de modo que han sido unos $21 billones en apoyos a los agricultores en estos tres años de la administración Santos. Todo eso contribuyó a un proceso de fortalecimiento, que lamentablemente repito, debido a los inviernos del 2011 y del 2012 los agricultores no han percibido de manera positiva esta dinámica.¿Si ha habido tantos recursos, y el Gobierno afirma que ha cumplido el 60 % de sus compromisos, qué explica el descontento de los agricultores, lo cual los ha llevado a amenazar con nuevos paros?Desde la semana pasada estamos con el presidente Santos y todo su gabinete reuniéndonos con los representantes del agro. Y el jueves lo hicimos con el Vicepresidente de la República para evaluar punto por punto del pacto agrario, del cual hemos cumplido la mayoría de los compromisos. Otros están pendientes porque obedecen a procesos que no se pueden cumplir en un día o en un mes. Hoy ya estamos llegando a un 80 % en el cumplimiento de compromisos y son pocas las cosas que nos alejan del 100 % del pacto. El país va a entrar en razón y que en este momento no se justifica un paro, pues es mucho más el daño que se le hace que los resultados positivos que se logran con una protesta. A los arroceros les disgustó su planteamiento de que si no son rentables deben dedicarse a otra actividad..Hay cultivos que no siempre están en las mejores tierras ni en las que tienen la vocación adecuada para que se desarrollen de manera competitiva. Por lo tanto, el Ministerio les ofrece a esos agricultores que miren otras posibilidades. Se les ofrece no solo un paquete tecnológico sino financiero para que logren unos resultados positivos que fortalezcan la economía de sus regiones. Estamos en un reacomodamiento y ese ordenamiento lo tenemos que aceptar, pues tenemos competencia de los mercados internacionales. Nosotros tenemos con qué responder, pero debemos ordenar el sector agropecuario y la economía con todos sus instrumentos para ser competitivos.¿No le parece que esa recomendación fue inoportuna?.Las verdades a medias hacen mucho daño. Si yo solamente digo que si a usted no le va bien en un cultivo debe dejarlo y dedicarse a otro, por supuesto que eso le tiene que molestar a todo el mundo. Pero el Gobierno no está planteando eso, si no que si usted está sembrando en un área que no tiene el potencial, venga y estudiemos juntos qué es lo que si le puede dar ventajas y cuáles son los productos que los mercados internacionales quieren, y en función de esto yo le doy todo el apoyo tecnológico y financiero para ser competitivo. ¿Por qué muchos agricultores se resisten a ese reordenamiento?En oportunidades públicamente no se aceptan algunas cosas, pero en privado se terminan reconociendo. De hecho, consideran los mismos arroceros que aproximadamente se pueden sembrar unas 350.000 hectáreas de una manera eficiente y productiva, mientras existen otras 80.000 que no son productivas y les están quitando competitividad. El Gobierno les ha ofrecido su apoyo para cambiarle la vocación a esas tierras. Hay que trabajar en equipo, pues queremos un sector con una perspectiva muy ambiciosa que nos permita llegar a los mercados internacionales, pues hoy cualquier país se nos acerca y no tenemos qué venderle. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad frente al agro, abrirnos y mirar las cosas desde otra perspectiva. No podemos seguir viviendo bajo una economía agropecuaria de la Edad Media, sino pasar a otro estadio, ya que el desarrollo económico del futuro se encuentra en este sector y no en el petróleo, que es un recurso no renovable. Esto hay que cambiarlo, y esa es mi invitación proactiva.La Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, ha hecho duros reparos a la Alianza del Pacífico, porque considera que lesionará al agro. ¿No cree que son razones válidas para evitar un eventual descalabro del sector?La Alianza del Pacífico es una oportunidad única de elevar nuestra competitividad. Sin ese tratado tenemos actualmente un déficit comercial del 50 % dentro de los países que conforman la Alianza. Por eso el reto en los próximos cinco años es lograr una balanza comercial equilibrada. Se trata del intercambio entre países que tienen el mismo idioma y estructuras muy parecidas. Nos queda fácil identificar cómo podemos conquistar con nuestros productos esos países (México, Chile y Perú), y hacernos competitivos. Lo negativo es no contar hoy con esa Alianza que nos coloca entre las diez economías más grandes del mundo. El futuro será el potencial frente a los mercados asiáticos y la Costa Oeste de los Estados Unidos. En vez de estar resistiéndonos a esa unión debemos con seriedad y profundidad evaluar las ventajas que podemos lograr. ¿Cómo competir con un agro pobre, baja rentabilidad, altos costos de producción y malas carreteras?Aquí hay capacidad y capitales que en algunas oportunidades han preferido irse a otros países porque no han encontrado condiciones ni oportunidades. Tenemos tierras suficientes, de las cuales apenas hemos explotado el 30%. Hay que imponernos retos ambiciosos para romper esas barreras que se presentan en diversas formas. Somos buenos para opinar y criticar, pero cuando llega el momento de la verdad nos enredamos por esa visión derrotista que tenemos.Ministro, pero proteger al sector con salvaguardias para evitar daños por la avalancha de productos importados, no es algo lógico... A mí, más que las protecciones, me gustan las oportunidades. Me gustan los créditos con sus facilidades de pago y algunos períodos de gracia, evitando que el campesino sufra angustias de corto plazo. Hay que preparar y capacitar a la gente para responder a esos desafíos internacionales. Eso más productivo que una salvaguardia.¿Qué viene para el agro en el 2014, un año de elecciones?Estamos haciendo un sacrificio enorme como si no hubiera elecciones. Tenemos el desentendimiento de muchos sectores para comprender nuestro mensaje desde el Gobierno. Estamos pensando no solo en los productores del campo, sino en los empresarios para que inviertan y eso no sea cuestionado. La inversión en el campo, aunque es más riesgosa, está satanizada, y por eso queremos mostrarle al país que eso no está bien.¿Por qué lo critican tanto desde los gremios del sector?Ha sido un Ministerio muy complicado. Puedo parecer un funcionario con muy poco olfato político, pero eso me importa poco, porque lo que importa es tener un olfato en función del desarrollo agrícola para derrotar la pobreza extrema, y en esta tarea estaré aquí hasta el próximo 7 de agosto.

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