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"La reforma tributaria es inaplazable": Carlos Cano, codirector del Banco de la República

Carlos Gustavo Cano, codirector del Banco de la República, dice que alza en tasas de interés debió ser más acelerada para frenar la inflación.

21 de septiembre de 2016 Por: Colprensa

Carlos Gustavo Cano, codirector del Banco de la República, dice que alza en tasas de interés debió ser más acelerada para frenar la inflación.

A Carlos Gustavo Cano Sanz le dicen el rebelde de la Junta Directiva del Banco de la República. Y puede serlo, porque fue el primero de sus codirectores en alertar sobre la necesidad de subir, y rápido, las tasas de interés de intervención para, vía encarecimiento del crédito, controlar el consumo y el aumento del costo de vida de los colombianos. Desde julio de 2015, Cano tenía claro que las expectativas inflacionarias del país repuntarían. Incluso, para esa fecha advertía que la variación de los precios sin alimentos ya superaba la tasa de 4,2 % y eso era “preocupante”.  De hecho, en agosto pasado, ese indicador marcó 6,10 %. Y para julio del año pasado, la inflación anualizada del país era 4,4 %, mucho menos que la tasa del 8,6 %, del mes anterior. A sus 70 años y a meses de terminar su tercer y último periodo posible como codirector del Emisor, Cano habló sobre los objetivos que persigue la institución. Aunque se sabe que los codirectores no deben revelar su voto en la junta, su posición siempre ha sido contraria a la de los demás: subir rápido y fuerte las tasas de interés, ¿por qué esa suerte de rebeldía? No podemos decir quién votó qué, es cierto. Pero hay una sana práctica y es revelar las presentaciones que hacemos y ahí se devela qué pensamos. En la reunión de marzo de este año quedó consignado que, no solo yo, sino un grupo de codirectores coincidieron que, de haberse aumentado más rápido la tasa, nos habríamos ahorrado más ajustes, como los que hemos tenido que hacer últimamente. Y el encauce de las expectativas de la inflación habría sido más rápida. Si lo sabían, ¿qué fue lo que pasó? En política monetaria hay tres claves. La primera es la anticipación, que es el mayor atributo y el más delicado, pues el mecanismo de transmisión de la subida de las tasas a los bolsillos de la gente toma hasta 24 meses. Entonces, hay que mirar siempre hacia adelante. No hay que moverse solo por el último dato. En política monetaria no se aplica eso de ‘más vale tarde que nunca’. Qué bueno hubiera sido movernos con mayor severidad, por eso sigo citando el documento de las minutas (relatoría) de la junta de marzo.  ¿Cuáles son las otras dos claves? Hay que ser contracíclicos, porque le da independencia al Emisor. Los ciclos económicos son diferentes a los políticos y eso hay que tenerlo clarísimo. Y el tercero es la comunicación. Por eso fue tan buena señal que desde la reunión de agosto se comenzara a dar el resultado de las votaciones de la Junta del Banco”. Justamente, ¿por qué se tomó esa decisión de revelar el número de votos? Porque es un paso afortunado hacia la transparencia. Es muy diferente para el mercado saber que una votación terminó seis contra uno, como la de agosto, que una cuatro contra tres, son mensajes diferentes”. ¿Qué opina de quienes sugieren que debe comenzar a bajar la tasa de interés del Banco? Yo no veo ninguna razón para anticiparnos a pensar en esa posibilidad en el corto plazo.  ¿Sí se le “doblaron las rodillas” a la inflación con el dato de agosto, como dice el Ministro de Hacienda? Hay buenas noticias, pues la inflación anualizada bajó (de 8,96 %, en julio, a 8,10 %, en agosto). Pero lo que pasó no es sorprendente, eso estaba en los ejercicios de proyección del Banco”.  Se mantendrá el descenso en el precio de los alimentos... Sí, y serán un factor fundamental. Además el promedio de las inflaciones básicas (excluye precio de alimentos y regulados) dejó de subir, sin embargo, sigue por encima de 6 % y eso es muy alto. Esos son los datos que ya existen, pero lo que viene, ¿cómo lo ve?Esa será la gran discusión, si llegamos o no a la meta de volver a ubicar la inflación sobre el rango meta (entre 2 % y 4 %) al terminar 2017. Y para eso habrá que darle tiempo al tiempo. Ya está listo el presupuesto de 2017 y está apretado. ¿Qué tanto le preocupan las cuentas fiscales? Todo dependerá de lo que pase con la reforma tributaria, pero desde el Banco, y sin entrar en detalles de esa discusión, se tiene claro que debe darse responsablemente en el Congreso. Es inaplazable que se haga esa reforma. El ajuste fiscal que ha hecho el Gobierno va en la dirección correcta, pero es insuficiente, porque hay limitaciones inflexibles (en el ajuste del gasto). Y un déficit fiscal de 3,9 % previsto para 2016 debería preocupar más...Sí, porque es históricamente uno de los más altos y hay que buscar con qué rellenar ese faltante (entre lo que gasta de más el Gobierno frente a lo que recibe). Si no se tiene eso claro, en el futuro no habrá posibilidad de cumplir con la Regla Fiscal y ese es el baluarte de las finanzas públicas en Colombia, justo cuando se habla del riesgo sobre la calificación crediticia, de no hacerse ajustes”. Usted conoce muy bien el campo, pues fue Ministro de Agricultura. Con lo asignado, por ahora, al agro para 2017 ($1,66 billones), ¿si se puede pensar en el desarrollo rural que necesita el país? No conozco en detalle las cifras de asignación. Sé que hay que hacer un esfuerzo por optimizar e incrementar la partida para el agro, pero no veo de dónde puedan salir más recursos. Y, en ese caso, ¿qué hacer? Hay que darle máxima prioridad a la calidad del gasto público y eso no se analiza. Ahí está el problema: el reto para el país es canalizar el gasto público solo hacia la producción de bienes públicos, y no a subsidios ni bienes grupales. ¿Cómo lograr eso en el campo, donde los subsidios son base de la política nacional? Hacer vías públicas, que la red terciaria se amplíe para que haga más grande la frontera agrícola donde haya más óptimas condiciones de suelo. Porque hay zonas donde no hay por donde sacar productos. No todo debe ser doble calzadas 4G. Esta sería una oportunidad para movilizar el desarrollo del campo y no afectar presupuestalmente al país. Sin embargo, eso no basta, ¿en qué más se puede avanzar? Mire, la reforma tributaria que se discute es para aumentar los ingresos del Gobierno Nacional Central. Pero hay que pensar en los otros tributos. Uno de ellos es el impuesto predial y sus límites mínimo y máximo. Si lográramos que pagaran los tenedores de grandes extensiones de tierra sobre predios que hoy no producen o están en ganadería extensiva e ineficiente, motivaríamos la producción rural. Colombia tiene 144 millones de hectáreas y 22 millones son aptas para la agricultura, pero de esas, solo se siembran 7 millones, hay 15 millones de hectáreas ociosas o en ganadería ineficiente”.  En un escenario de posconflicto, ¿ve viables los cambios que se anuncian para el agro? Esa revolución para el agro y el cambio de mentalidad productiva debe hacerse con o sin acuerdos con las Farc. Porque el mayor obstáculo que hoy tiene el campo es la incertidumbre jurídica.

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