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"Habrá una ligera reactivación de la economía en 2017": Rodrigo Botero, exministro de Hacienda

Rodrigo Botero afirma que la aprobación de la reforma es algo prioritario. "Estoy de acuerdo con empezar a reducir la tasa de interés de intervención, pero no de inmediato", afirmó. Entrevista.

10 de diciembre de 2016 Por: Elpais.com.co | Colprensa

Rodrigo Botero afirma que la aprobación de la reforma es algo prioritario. "Estoy de acuerdo con empezar a reducir la tasa de interés de intervención, pero no de inmediato", afirmó. Entrevista.

En tiempos de toma de decisiones importantes para el futuro económico de Colombia, la opinión de expertos y de quienes hayan estado en los zapatos de los ministros se hace valiosa. Rodrigo Botero exministro de Hacienda y fundador de Fedesarrollo habló sobre el futuro de la economía, exportaciones y Banco de la República. Para Botero aprobar la reforma tributaria es prioridad.

¿Cuál es su visión del crecimiento económico del año 2016?

Con base en los datos del tercer trimestre del año, puede esperarse que el crecimiento del PIB del 2016 sea del orden de 2%. Esa cifra es menor que la del 2015 y es inferior al potencial de crecimiento de la economía. Tomada de manera escueta, podría considerarse decepcionante. Si se coloca dentro del contexto internacional, en particular el de América Latina, y se tiene en cuenta la magnitud de los choques que ha recibido la economía del país, ese desempeño puede considerarse aceptable, si no satisfactorio. El país ha tenido que hacer un fuerte ajuste al deterioro de los términos de intercambio por concepto de la caída de los precios de los  productos básicos, además de asimilar los choques originados en el fenómeno del Niño.

¿Y el 2017, cómo pinta?

 Es previsible que ocurra una ligera reactivación económica, impulsada por las obras civiles, la puesta en marcha de los programas de inversión de los gobiernos regionales, la mejoría en los términos de intercambio del país, la agricultura y la industria.

 El ritmo de crecimiento esperado puede estar en un rango entre 2,5% y 3%. Esto supone que no se presentarán grandes desequilibrios macroeconómicos, que se mantendrá la disciplina fiscal y monetaria, que el país conservará el grado de inversión y que seguirá teniendo acceso al financiamiento externo, en condiciones razonables. Por lo tanto, considero que la aprobación de la reforma tributaria puesta a la consideración del Congreso Nacional por el Ministro de Hacienda, es una cuestión de importancia prioritaria.

¿El Banco de la República debe empezar a  bajar la tasa de interés?

Estoy de acuerdo con empezar a reducir la tasa de interés de intervención, pero no de inmediato. Ese es un tema para el año 2017. La prioridad debe seguir siendo colocar la trayectoria de inflación dentro de un rango entre 2% y 4% anual. Todavía falta recorrer un trecho para que las expectativas de inflación se sitúen en la proximidad de 3% anual. A pesar de la moderación registrada en los precios de los alimentos, la inflación central está en 6% anual. La inflación de 5,5% anual, esperada para el 2016, supera con creces la parte superior del rango meta. 

La forma como el Banco de la República contribuye al crecimiento sostenible, al empleo y al bienestar social es cumpliendo con el propósito de mantener una inflación baja y estable.

¿El estancamiento de las exportaciones de manufacturas es atribuible al fracaso del aparato industrial?

Estoy en desacuerdo con las manifestaciones de pesimismo exportador y de deterioro industrial que han surgido a raíz de la falta de dinamismo de las exportaciones de manufacturas. La imagen de un aparato industrial raquítico, sin posibilidades de competir internacionalmente, debe rectificarse antes de que se incorpore a la sabiduría convencional. Un diagnóstico deficiente puede dar lugar a recomendaciones de política equivocadas. El análisis del esfuerzo exportador debe hacerse teniendo en cuenta los cambios que ha producido la inserción del país en la economía internacional.

¿Qué tanto golpeó el dólar barato a la industria nacional?

Discrepo del comentario de un académico latinoamericano de que el enorme perjuicio causado al tejido industrial por el dólar a $1.800 destruyó la capacidad para aprovechar la tasa de cambio actual. 

 El dólar barato obligó a las industrias a reducir costos y elevar productividad para competir con las importaciones, pero no las destruyó. El peso fuerte les permitió a las empresas adquirir tecnología, modernizar sus equipos y comprar activos productivos valiosos en el exterior.

 La inclinación a importar que indujo el dólar barato se está revirtiendo ahora. La sustitución de esas importaciones está impulsando la actividad manufacturera hoy.

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