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“Farmacéuticas sí apoyamos el control de precios”: Afidro

Francisco de Paula Gómez, presidente de Afidro, dice que lo aprobado en la Ley Estatutaria de la Salud sobre los medicamentos no es nada nuevo.

1 de julio de 2013 Por: Alfredo García Sierra | Reportero de El País

Francisco de Paula Gómez, presidente de Afidro, dice que lo aprobado en la Ley Estatutaria de la Salud sobre los medicamentos no es nada nuevo.

La recientemente aprobada Ley Estatutaria de la Salud dejó muchas dudas acerca de sus verdaderos alcances y beneficios, aunque consagró la salud como un derecho fundamental.Y entre otra de sus ventajas figura el haber definido una política de control de precios a los medicamentos, ya que a diario su alto costo golpea el bolsillo de muchos colombianos. Incluso se afirma que sus precios son hasta un 100 % más altos que los de otros países vecinos.El presidente de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación, Afidro, Francisco De Paula Gómez, afirma que esas empresas no están en contra de esa regulación, la que además, anota, no es nueva, ya que data del año 1988. En su concepto, lo que ha ocurrido es que en los recobros al Fondo de Solidaridad y Garantías, Fosyga, por parte de las entidades del sector, hubo una explosión de sobrecostos que encarecieron muchas de las medicinas y tratamientos. Por eso, enfatiza, tal situación no ha sido responsabilidad de las empresas farmacéuticas del país.La Ley Estatutaria de Salud que fue aprobada por el Congreso estableció un control de precios a los medicamentos, a pesar del rechazo de los laboratorios farmacéuticos. ¿Cuáles son los verdaderos argumentos para no aceptar esos controles?Desconocemos de dónde salió la idea de que los laboratorios rechazan el artículo en la Ley Estatutaria de la Salud sobre control de precios. Allí no se propuso nada distinto a la responsabilidad que la Ley 81 de 1988 entregó al Gobierno de regular los precios de los medicamentos. El Gobierno tiene la obligación de controlar distorsiones de precios cuando los encuentre para beneficio de los pacientes y de los consumidores. Eso es apenas natural.Además, la reforma estatutaria no propone nada nuevo en esta materia porque ya hay regulación y el Gobierno Nacional viene imponiendo severos controles desde el año 2010. Años atrás se decretó un control de precios que no funcionó. ¿Se trata de políticas improvisadas o no, ya que incluso el Gobierno dio luz verde a importaciones directas?Regulación de precios siempre ha existido. Lo que pasó fue que durante la explosión de los recobros de los medicamentos no se controlaron los sobreprecios en la intermediación. La regulación existía, pero si no la aplicaron, eso explica en buena medida el problema. Se afirma que Colombia tiene los medicamentos más caros de América Latina, ya que sus precios prácticamente duplican a los de otros países. ¿Qué explica esa carestía?No tenemos los medicamentos más caros y encontrará que algunos productos son más baratos aquí que en otros países. En México, El Salvador, Uruguay o Argentina, por ejemplo, se encuentran abundantes titulares de prensa que dicen “Tenemos los medicamentos más caros del mundo”; incluso en Chile hace poco hubo una manifestación pública de protesta.Asimismo, es importante aclarar que el precio del laboratorio no es el precio de los pacientes. Lo que ha venido sucediendo son casos de productos con sobreprecios a través de la cadena de intermediación, como se ha demostrado en el sistema de salud colombiano. Por ejemplo, cierto medicamento en una farmacia cuesta $50.000, pero en la del frente vale $90.000. Obviamente, esa no es responsabilidad de los laboratorios. ¿Es factible tener medicinas más económicas, en especial para tratar enfermedades catastróficas como el cáncer, la diabetes, las degenerativas y las cardiovasculares?Debo decirle que en el caso de este tipo de enfermedades, por supuesto que cuento más asequible sea el tratamiento, mejor, pero aquí es de lejos más importante la calidad y la efectividad del medicamento que el precio barato. Poco favor se le hace a un enfermo de cáncer o a un transplantado, si el medicamento es barato, pero de mala calidad. Probablemente los encargados de suministrarles las medicinas estén felices porque ahorraron dinero, pero los pacientes van a sufrir serias consecuencias. No solo es cuestión de precios.Siempre se dice que de no ser por el mercado de los genéricos, sería casi imposible acceder a tratamientos más económicos. ¿Qué tan cierta es esa realidad?Los medicamentos de marca no son lo mismo que los medicamentos originales. Un medicamento de marca es en realidad un genérico en un empaque más bonito y con un nombre de fantasía. Y lo que se está viendo es que en muchos casos estos medicamentos ‘genéricos de marca’ son más costosos incluso que el original, que es innovador. El original y un medicamento de marca son diferentes, no son lo mismo.¿Qué le falta al mercado de los medicamentos en Colombia dentro de las políticas gubernamentales? Tenemos serios problemas regulatorios relacionados con la calidad de los productos, lo que no solo afecta la competencia, sino que genera preocupaciones a los médicos y a los pacientes. Para darle una idea, la Organización Mundial de la Salud desde el año 2006 recomendó a todos los países que implementen controles sistemáticos para que los medicamentos demuestren que sí sirven, y desde el 2009 recomienda que debe haber serios controles a la comercialización de medicamentos biotecnológicos. Pues la realidad es que no se hacen esos controles sistemáticos y con preocupación la academia, los médicos, los pacientes y la industria de innovación, ven que algunos funcionarios del Ministerio de Salud insisten en expedir una norma de biotecnológicos por debajo del estándar de seguridad y calidad mundial. Lo anterior para permitir, según lo han dicho, que al país entren medicamentos más baratos. Sería un grave error poner la salud financiera del sistema de salud por encima del bienestar y seguridad de los pacientes. Así que esperamos que tanto el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, como el viceministro de esa cartera, Fernando Ruiz, no permitan semejante error. ¿A propósito, qué tanto cuesta producir una molécula para obtener un nuevo medicamento?Difiere enormemente según cada caso. En promedio, desarrollar un nuevo producto toma entre 10 y 15 años e implica que se descarten por lo menos 9000 compuestos o principios activos antes de lograr un producto que sea seguro y que sea eficaz para el tratamiento de una enfermedad. En todo caso estamos hablando de entre US$100 y US$800 millones, y el desarrollo de decenas de ensayos de laboratorio y con animales e investigaciones clínicas con seres humanos. Como se podrá imaginar, los potenciales costos humanos, legales, morales y de confianza cuando se lanza un nuevo tratamiento para una enfermedad pueden ser muy altos si no se tiene certeza que el nuevo medicamento será realmente bueno y útil. Pero a pesar de eso, los laboratorios de Investigación y Desarrollo siempre intentan descubrir nuevos productos. Ésa es su vocación porque lo más importante para nosotros es el paciente y su salud.

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