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El pollo ha subido 7 % y el huevo 10 % por culpa del dólar: presidente de Fenavi

Andrés Valencia, presidente de Fenavi, pide al Gobierno eliminar arancel a las importaciones de maíz. Hay contrabando de pollo desde EE.UU., dice.

24 de agosto de 2015 Por: Alfredo García Sierra | Reportero El País

Andrés Valencia, presidente de Fenavi, pide al Gobierno eliminar arancel a las importaciones de maíz. Hay contrabando de pollo desde EE.UU., dice.

El fuerte ajuste del dólar no solo tiene acorralados a los avicultores, sino a los propios consumidores de pollo y huevo, ya que los  precios de esos alimentos han comenzado a subir en los últimos días. Lea también: Fiebre de bionegocios en el Valle del Cauca, ¿de qué se trata? 

Frente a tal situación, y para evitar que las alzas impacten en mayor medida a las familias, el presidente de la Federación Nacional de Avicultores, Andrés Valencia, le pidió al Gobierno eliminar los aranceles al maíz importado desde Estados Unidos.  

El dirigente denunció que en esta coyuntura se está presentando contrabando técnico con las importaciones de presas de pollo.  ¿Qué tanto ha golpeado al sector avícola la fuerte alza del dólar de los últimos días? A nosotros la devaluación del peso nos ha afectado muchísimo. Nos está doliendo bastante porque ha tenido un efecto inmediato en el crecimiento de los costos de producción del sector. Somos una industria que depende de las materias primas importadas, particularmente maíz amarillo, sorgo y soya, ya que Colombia no produce con suficiencia esos insumos. Tenemos obligatoriamente que traer maíz amarillo de los mercados internacionales. Desde mayo pasado el maíz que está entrando paga un arancel del 16,7 %, ya que  el cupo que teníamos negociado con Estados Unidos se llenó. Los empresarios anticiparon las importaciones ante la movida del dólar para no pagar el arancel del segundo semestre, el cual seguirá siendo inevitable en la medida en que la avicultura siga creciendo a tasas por encima del 5 %. ¿En cuánto han subido esos costos para los avicultores, y en qué medida podrían trasladarse a los consumidores? Esos costos están subiendo entre un 30 % y un 40 %, lo que implicará un alza de precios a los consumidores de pollo y huevo. En las últimas dos semanas los precios del huevo han subido un 10 % y los del pollo alrededor del 7 %. [[nid:456659;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2015/08/avicultura-en-cifras.jpg;left;{}]]Es una situación difícil para los hogares especialmente de los estratos 1, 2 y 3 que tienen alta demanda de este tipo de alimentos. Sin embargo, esta clase de proteína sigue siendo más barata que las carnes de res y de cerdo. El impacto de esa inflación afecta especialmente a las familias, ya que destinan el 30% de sus ingresos a comprar alimentos. En esta coyuntura de la tasa de cambio, ¿hay empresas con intenciones de cerrarse por que la rentabilidad no es la mejor? Es difícil concluir eso. Muchos avicultores han hecho considerables inversiones en sus granjas y plantas de producción de carnes. Y salirse del negocio ahora no es tan fácil, ya que se trata de un sector que tiene una demanda importante, pues el pollo y el huevo son las proteínas que más se consumen en los hogares. De hecho, el consumo de pollo superará este año los 30 kilogramos por persona, muy por encima de las carnes de res y cerdo. Nos supera Brasil con 45 kilogramos. Ese consumo subirá más entre nosotros porque hay familias que están superando sus niveles de pobreza. Con las alzas los consumos podrían verse afectados, pero en un país con una inflación de un dígito, ningún mercado aguanta una subida mayor de precios. ¿Qué hacer entonces para enfrentar un dólar que encarece las compras de maíz para alimentar a millones de pollos y gallinas? Estamos pidiendo al Gobierno que toda la industria que necesita el maíz en Colombia (avicultores, porcicultores, etc) y que lo utilizan para   proveerse de alimentos concentrados tengan un arancel cero hasta el 31 de diciembre para importar ese insumo desde cualquier país productor. Eso podría aliviar de alguna manera los costos de estos sectores en este segundo semestre del año, ya que a partir del 1 de enero del 2016 el nuevo contingente de importaciones desde Estados Unidos vendrá  con arancel cero. Son alrededor de 2,7 millones de toneladas. Hoy, el 100 % de ese maíz procede de Estados Unidos, y hace dos años venía todo de Argentina. ¿Cuánto le valen esas compras de maíz a Colombia? Se importan entre 5,5 millones y 6 millones de toneladas al año de maíz, soya y sorgo. En trigo, Colombia importa 8  millones de toneladas. Para la industria avícola se va el 67 % de toda la producción de alimentos concentrados y balanceados del país.  Esas compras pueden costarle tranquilamente al país entre US$ 2500 millones y US$ 3000 millones al año, que es bastante dinero. Paradójicamente, el precio del maíz importado, aunque hay que poner más pesos por cada dólar, sigue siendo más barato que el producido en el país. Ello obedece al mayor consumo humano, un maíz que  se lo ‘pelean’ entre quienes fabrican harinas para las  arepas y otros alimentos a base de fécula. A propósito del TLC con Estados Unidos, ¿cuánto pollo se está importando desde ese país, a pesar de que nuestra producción es suficiente y de buena calidad? El consumo de  pollo importado es hoy el 2 % de la demanda nacional. El año pasado el país importó unas 34.000 toneladas desde Estados Unidos, mientras Colombia consume un millón 300 mil toneladas. Este año la producción será de un millón 400 mil toneladas de solo carne de pollo. De las 34.000 toneladas que le mencioné, una parte fue de pasta de pollo para la industria salsamentaria, además de que nos llegan pechugas y los llamados cuartos traseros, que entran digamos por la puerta trasera. ¿Cómo así por la puerta trasera, es decir, de contrabando? Se negoció un contingente de 30.000 toneladas para este año y la gente tiene que subastar un derecho para poder importar ese pollo sin aranceles. La  gente no está subastando, y como el cuarto trasero (muslo, el contramuslo y el ala) van por la misma línea arancelaria se dice que son contenedores con pechugas, cuando lo cierto es que se trata de cuartos traseros, lo cual configura un contrabando técnico. Creemos que por lo menos 20.000 toneladas de ese tipo de presas de pollo ingresan a través de esa modalidad en las narices de la Aduana y la Dian. ¿Para qué sirve entonces la ley anticontrabando recientemente aprobada por el Gobierno? Le dijimos al Gobierno que tenemos unos inspectores para que estén parados al lado del ICA y el Invima para vigilar los contenedores.  Estas dos autoridades tienen que inspeccionar todos los contenedores con alimentos importados. Teníamos a observadores que solo  podían participar  cuando la Dian hiciera la inspección física. La Dian inspecciona únicamente el 5 % de todos los contenedores. Por fortuna lo logramos con base en el Artículo 55 de la Ley Anticontrabando, pero necesitamos que la reglamenten.  

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