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El momento 'amargo' de la agroindustria azucarera del Valle del Cauca

Importaciones innecesarias, caída de precios y revaluación son las amenazas del sector azucarero.

2 de diciembre de 2013 Por: Luiyith Melo García | Reportero de El País

Importaciones innecesarias, caída de precios y revaluación son las amenazas del sector azucarero.

El azúcar, la industria dulce de Colombia, atraviesa hoy por su momento más amargo. La economía de más de dos millones de personas, entre cultivadores, proveedores, procesadores y corteros de caña se empieza a ver amenazada por primera vez en muchos años.Los ingredientes de este sorbo amargo son varios: unas importaciones de otros países hacia Colombia donde curiosamente el azúcar sobra, las cuales se duplicaron de un año a otro. Una tasa de cambio –que debería reconocer más pesos por cada dólar que los compradores paguen por el gránulo–, la cual sigue por debajo de $2000. Y una caída de precios internacionales de 30 a 17 centavos de dólar la libra que le está poniendo el dulce a mordiscos a los azucareros.El nerviosismo no es sólo de los azucareros. Es de toda la economía porque, por ejemplo, más del 50 % del producto agrícola del Valle del Cauca proviene del azúcar, que conforma la más grande cadena productiva del país. Comunidades enteras dependen del cultivo, que no sólo abastece la agroindustria azucarera, sino también la de etanol y de la panela donde hay unos 20 mil trapiches con 1.750.000 puestos de trabajo.Por eso, como dijo el presidente de Asocaña, Luis Fernando Londoño Capurro, no se entiende cómo el gobierno permite la importación de azúcar, incluso de menor calidad que la nuestra, y no genera las políticas e instrumentos para un sector tan importante para la vida económica del país.Los industriales dicen que han hecho su tarea. Hoy Colombia es el país más productivo del mundo en caña de azúcar. Es decir, el que más toneladas produce por hectárea. Sin embargo, los costos de producción y exportación son también los más altos, lo que destruye la rentabilidad. En otras palabras, el azúcar colombiana no tiene los incentivos oficiales que tienen los productores estadounidenses, cubanos o brasileros, que además de subsidiar a sus productores y ajustar los aranceles, tienen una política de devaluación de su moneda frente al dólar para hacer más rentables las exportaciones. Esto es, ni más ni menos, que una apuesta por su industria azucarera.Guido Mauricio López, presidente de la Asociación de Productores de Caña, Procaña, advierte que este sector va mucho más allá de trece ingenios azucareros, toda vez hay un concepto de que el sector azucarero va bien, no tiene problemas, y son sólo trece señores los dueños. “Resulta que somos muchísimos más”, señala López. “Los que producimos caña para venderle a los ingenios azucareros somos 2700 familias y somos dueños del 75% del área sembrada en caña”, dice.Londoño Capurro agrega que esos 2700 proveedores de caña están ubicados en cinco departamentos (Valle, Cauca, Risaralda, Quindío y Caldas) y son dueños de 3362 predios. De estos, hay casi 800 predios con menos de 10 hectáreas del cultivo, y el 60 % de los predios tienen menos de 60 hectáreas. El 23 % de la tierra es de los ingenios y el 77 % de pequeños proveedores, entre ellos comunidades indígenas y afrodescendientes del norte del Cauca con fincas de apenas 3, 5 y 7 hectáreas de caña.Eso muestra la alta democratización del sector, contrario a lo que piensan algunos en el sentido de que este es un negocio de apenas 13 familias. “Aquí no hay latifundio y menos improductivos”, subrayó el dirigente gremial.Todos estos cultivadores producen 2.400.000 hectárea de caña cada año, de las cuales cerca de 800 mil son destinadas a la exportación luego de abastecer plenamente el mercado nacional.“Tenemos excedentes de azúcar” anota López. Por eso no justifican que el Gobierno haya autorizado la importación 188.000 toneladas del gránulo en el 2011 y 330.000 toneladas en lo que va del 2013 desde Brasil y Bolivia. El resultado de esas importaciones es la distorsión de los precios internos porque el azúcar que ingresa al país es subsidiada, más barata, y la industria nacional pierde rentabilidad y se va pique.Por eso los cultivadores sostienen que el Gobierno debería prohibir las importaciones de productos excedentarios como el azúcar para proteger la industria nacional y el empleo.Las alternativasFrente a esta problemática, tanto Procaña como Asocaña y Cenicaña, le han solicitado al gobierno varias cosas. En primer lugar, que defienda una franja andina de precios y aranceles. La petición es que se suban los aranceles de importación del azúcar por encima del 25% para tener una estabilidad tanto del sector cañicultor como del panelero.Por otro lado, hay una herramienta que está siendo atacada por algunos sectores, que es el Fondo de Estabilización de Precios del Azúcar (Fepa). Este instrumento le ha dado estabilidad al negocio durante 13 años porque ha impedido que los precios caigan a niveles insostenibles.De hecho, el presidente Juan Manuel Santos dijo en carta enviada a la reciente asamblea de Procaña, que valora y defiende el fondo Fepa porque gracias a él y al Sistema Andino de Franjas de Precios este sector ha tenido relativa estabilidad.Lo otro que se ha solicitado es la aplicación de unas salvaguardias o prohibiciones para las importaciones de azúcar que están por debajo del costo de producción, significan ruina para la industria nacional y dejan mucho que desear en cuanto a calidad del producto.Y, finalmente, la industria reclama una política de devaluación monetaria que defienda la producción nacional y haga competitivas las exportaciones, la cual debería estar cerca a los $2.200 por dólar.El Gobierno cree que para pasar el trago amargo, el reto es, también, aprovechar los tratados de libre comercio que, como el suscrito con Estados Unidos, aumenta la cuota de exportación azucarera desde Colombia de 25.000 a 50.000 toneladas anuales. Y ¡Azúcar!Los crisis de los panelerosEl sector panelero también vive su momento de amargura. El empresario Alfredo Cruz Velasco explicó que en Colombia hay 19.050 trapiches que producen 1.300.000 toneladas por año, valoradas en dos billones de pesos.Esto representa el 7 % del PIB agrícola con una participación del 1,06% en el gasto nacional de alimentos. En Colombia hay sembradas 240.000 hectáreas de caña panelera, en 350 municipios de 27 departamentos.Lo más significativo es que la panela hoy es el primer renglón generador de empleo rural lícito en el sector agrícola colombiano, con 1.750.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, en 27 departamentos y genera 49 millones de jornales anuales. Sin embargo, el sector está amenazado por una sobreproducción de 400 mil toneladas anuales de caña, la importación de azúcar que arruina el precio de la panela y la adulteración de este producto con el azúcar subsidiada que se importa.

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