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Dejé en marcha un gran plan de diversificación: Alfonso Ocampo

El presidente saliente dice que se va satisfecho de la empresa. “Me hubiera gustado apretar el botón de la destilería. Esa es mi gran frustración”, señala.

4 de marzo de 2013 Por: Redacción de El País

El presidente saliente dice que se va satisfecho de la empresa. “Me hubiera gustado apretar el botón de la destilería. Esa es mi gran frustración”, señala.

Es uno de los más importantes líderes empresariales del Valle del Cauca. A su paso por varias organizaciones de talla internacional ha dejado una gran huella, como la que le imprimió a Propal, compañía que salvó de la crisis y que luego se transformó en Carvajal Pulpa y Papel.Se trata de Alfonso Ocampo Gaviria, quien este miércoles 6 de marzo soltará las riendas de otra gran empresa del Valle: Riopaila Castilla. En ella desarrolló durante los últimos dos años un proceso de consolidación y diversificación para enfrentar con éxito los retos que se le avecinan a la industria azucarera.Dice con firmeza que un ingenio para ser competitivo debe diversificar sus procesos, “y en ese sentido creo que en nuestro caso lo dejé muy adelantado. Por esa razón me voy satisfecho. Cumplí mi misión”, señala este ingeniero eléctrico de la Universidad del Valle, quien sostiene que después de trabajar, lo que más le gusta es compartir con su familia.De hecho, piensa dedicarse a un negocio con su esposa y una de sus hijas en el campo de la ingeniería.En diálogo con El País habló del futuro del sector azucarero, de la economía y de lo que le quedó faltando por hacer en la compañía agroindustrial Riopaila Castilla.Llama la atención en algunos sectores empresariales del Valle la brevedad de su paso por el ingenio. ¿Eso lo tenía previsto, o hubo circunstancias que lo llevaron a anunciar su retiro?Estaba previsto que mi presidencia fuera de transición y que parte de mis responsabilidades era conseguir una persona que pudiera ser mi sucesor como efectivamente ocurrió.La persona que tomará la presidencia está en la compañía, en la vicepresidencia de operaciones. Es un brasileño que contratamos con un perfil que pudiera ser presidenciable.Temas del sector ¿Cómo ve la industria azucarera?Es muy importante en la región y tiene un alto impacto en temas sociales, sobre todo en los municipios donde están ubicados los ingenios. En nuestro caso estamos presentes en 19 municipios, lo que contribuye a mejorar sus finanzas.Pero más allá de eso, me parece que la industria debe hacer esfuerzos para volverse más competitiva y diversificar sus productos.Hay problemas estructurales como el del costo de la caña. Estábamos haciendo comparaciones con Brasil y la diferencia del costo de caña de Colombia con la de Brasil es de diez centavos de dólar por libra. Hoy, el precio internacional es de 19 centavos.¿En qué debe estar enfocada esa competitividad?La industria debe volverse más competitiva en producir azúcar. Después de allí si la industria quiere hacer algo más está bien, pero para arrancar debe ser más competitiva. Si no lo hacemos vamos a tener problemas a nivel global. Hoy, los precios están relativamente buenos, pero el problema es la revaluación. Si vuelven a bajar los precios la industria tendría un impacto fuerte.¿Para evitar ese golpe no hay más opción que diversificarse?Creo que en el mundo de hoy un ingenio no es competitivo si no tiene etanol y cogeneración eléctrica, ese es el modelo actual y basta mirar a Brasil para darse cuenta de ello. En Colombia se necesitan esos elementos para darle competitividad al sector. Si no se diversifica se va a estancar y no va a ser eficiente a nivel internacional. Uno de los pasos es seguir bajando costos.¿El etanol es una oportunidad, pero también un arma de doble filo. Muchos ingenios se dedican a producirlo, pero el país viene importando más azúcar. ¿Qué piensa de ello?El tema de la importación de azúcar no se debe al etanol y por ello no estamos dejando de abastecer el mercado local.El año pasado importamos alrededor de 300.000 toneladas, pero las exportaciones fueron más de 700.000 toneladas. El tema no es ese, es más de competitividad y de los costos de transporte interno para llegar a la Costa. Hay que buscar mecanismos que puedan hacer eso más eficiente.Yo creo en el etanol y durante mi gestión trabajé duro en la destilería y afortunadamente la dejé en una posición muy buena. Ya conseguimos la aprobación de la zona franca para su construcción y ya hicimos el pedido de los equipos. Esa planta debe estar en producción en el primer trimestre del año 2015.Uno de los altos costos de la industria azucarera es el tema laboral que encarece los procesos. En otras latitudes la automatización gana terreno, pero aquí hay un asunto delicado que tiene que ver con la responsabilidad social. ¿Cómo manejar esa doble presión?Hay que mirar si parte de la competitividad debe hacerse por la vía de la mecanización del proceso. Pero hay otro tipo de presión y es el impacto ecológico de no quemar la caña. Para un cortero es ineficiente el proceso de cortar caña en verde. La única manera de hacerlo de manera eficiente es con máquina. La tendencia a nivel mundial es esa. La idea es no permitir la quema de caña y algún día tendremos que llegar a eso, a la mecanización.El otro punto es el tema social de los corteros, que de por sí es delicado. Debemos analizar la manera cómo reubicamos a esas personas para que realicen otras actividades.Pero a mi juicio la presión está en el corto plazo, pues lo que uno observa es que los hijos de los corteros no están interesados en seguir los pasos de sus padres.¿Es decir que la actividad del cortero de caña está en vía de extinción?No totalmente. Lo que hemos estimado nosotros es que podríamos llegar a una mecanización del 75 % o el 80 %, porque hay caña en pie de loma y en esa parte la máquina no funciona bien. Lo mismo ocurre cuando el terreno tiene mucha piedra. El porcentaje restante, el 25 %, lo seguiremos trabajando con los corteros.El de los ingenios es un negocio de familias y por eso es una actividad cerrada. ¿Piensa que ellas obstaculizan la apertura?Para el tema de la consolidación de los ingenios las empresas familiares hacen muy difícil eso. A veces las negociaciones se vuelven muy difíciles, especialmente en la toma de las decisiones. Pienso que tiene que haber un cambio de mentalidad.Sobre la empresa¿Cuál es la gran apuesta del ingenio Riopaila Castilla?Está precisamente en la diversificación. Logramos la aprobación de una zona franca para construir una destilería, cuyo costo es de US$70 millones.La otra gran apuesta es el tema de la cogeneración, en Riopaila estamos construyendo una planta de 35 megavatios, de los cuales esperamos vender 20 megavatios a la red. La idea es generar energía a partir del bagazo de la caña. Esta parte del proceso está localizada en el Valle del Cauca, pero también nos estamos diversificando con otros productos y en otras zonas geográficas.Estamos mirando tres productos que ya se han empezado.Uno es la siembra de soya. El año pasado sembramos 416 hectáreas en el Vichada; también hicimos un vivero y este año vamos a sembrar 2000 hectáreas en palma de aceite, también en el Vichada, y contamos con un negocio de ganadería extensiva.Tenemos alrededor de 6700 reses. El objetivo es emprender un negocio de ganadería intensiva en unas 500 hectáreas con pasto mejorado. De igual manera, estamos sembrando caña en el meta para suministrársela a la destilería de Ecopetrol que se llama Bioenergy. Vamos a suministrarles 500.000 toneladas de caña por año. Esta semana suelta las riendas de la empresa. ¿Le queda alguna frustración?Me hubiera gustado haber apretado el botón de la destilería. Creo que esa es la frustración más grande, pero de resto me voy muy satisfecho porque mejoré el negocio en el Valle y dejé todo listo en materia de diversificación.¿Qué fue lo más importante para Alfonso Ocampo a su paso por Riopaila, y quien salvó a Propal?Cuando hicimos la planeación estratégica me puse dos metas. Una era hacer un trabajo de excelencia en la operación de azúcar y dos, un tema de diversificación.En el primero, la producción de azúcar de la industria bajó 6 % y nosotros aumentamos el 0,3 %; eso nos hizo aumentar la participación en el mercado, pasamos del 22,8 % al 23,3 %. Además, tuvimos la pérdidas más bajas en los últimos cinco años.Adicionalmente, lanzamos azúcar rubia, pulverizada y saborizada que han sido novedad en el mercado y nos metimos en el mercado ‘ light’. También se continuó en el tema de posicionamiento de la marca y tuvimos un incremento de cuatro puntos en la recordación de la marca.¿Cuál es su mayor preocupación?La más grande es la tasa de cambio. La industria azucarera depende de la tasa del dólar. A mi juicio, una tasa competitiva, ideal, sería de $2.000.PerfilAlfonso Ocampo GaviriaNació en Cali en el año 1950.Estudió ingeniería eléctrica en la Universidad del Valle.Tiene un Master of Science in Management del Alfred P. Sloan School of Management del MIT (Massachusetts Institute of Technology).Entre sus hobbies está montar a caballo y compartir con la familia. Tiene tres hijas mujeres y cinco nietos.

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