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Con negocios caseros, caleños le hacen el quite al desempleo

Cada día nace una factoría, almacén o taller en los sectores populares de Cali ante la imposibilidad de obtener un trabajo estable. Algunos buscan ser independientes y otros lo hacen por obligación.

8 de agosto de 2011 Por: Redacción de El País

Cada día nace una factoría, almacén o taller en los sectores populares de Cali ante la imposibilidad de obtener un trabajo estable. Algunos buscan ser independientes y otros lo hacen por obligación.

La idea de utilizar el garaje de la casa o romper una pared de la sala para colocar un negocio es el ‘pan de cada día’ en los barrios populares de Cali, donde brotan las microempresas como alternativa laboral.Así lo hizo Adriana Millán, una contadora que realizó una reforma a su casa para colocar un local comercial, con el fin de apoyar a su familia en la parte económica. Su hermana acaba de llegar del extranjero y no encontraba ocupación y otros miembros del hogar perdieron el trabajo. Por eso hace año y medio le apostaron a tener un negocio en casa.En la Calle 13, del barrio Siete de Agosto, donde está ubicado el Almacén Arte y Papelería Don Leo, de su propiedad, había hace años un par de establecimientos comerciales, los tradicionales supermercados de paisas y las infaltables panaderías. Poco a poco se fueron sumando otros, salones de belleza, restaurantes, vendedores de arepas y de ensaladas, misceláneas y los más nuevos, salas de internet y venta de minutos. Hoy, prácticamente en cada casa de la calle hay un negocio del que viven uno o más miembros de la familia, una historia que se repite a lo largo de los barrios de la capital del Valle.Según el Dane, al mes de junio el número de personas que labora en su propia vivienda se incrementó en 35.000 en las trece principales ciudades del país. Se pasó de 968.000 a 1.003.000.“Definitivamente sí considero el negocio como alternativa para contrarrestar el desempleo, la experiencia nos dice que pudimos darle empleo a una sobrina con un salario módico, pero con ello se sostuvo por un año hasta que consiguió empleo, ahora que ella se fue, la vamos a reemplazar generando un puesto de trabajo”, cuenta Adriana, quien destaca que en el marco de la informalidad y los salarios bajos, más de una persona pudo sobrevivir con el ingreso del almacén. “La expectativa mía y la de mi hermana, que permanece en el negocio, es que en el mediano plazo el almacén nos permita trabajar tiempo completo y tengamos un buen ingreso dentro de los parámetros formales”, afirma.Duván Gaviria, gerente de la Fundación Fase, una entidad que apoya a emprendedores de estratos 1 y 2 de Cali, considera que los caleños inician negocio porque las circunstancias se lo exigen, ante la imposibilidad de algo estable a nivel laboral.La experiencia de la organización muestra que el 30% de las personas que buscan apoyo para un negocio vienen con la iniciativa, con la idea de independientes y un plan de trabajo. Pero el resto son personas que ven esa posibilidad por obligación. “El 65% de los negocios son de comercialización de otros productos, tiendas, ropa y zapatos; 17% fabrican algo y otro 17% son actividades de servicios”, explica el directivo.Estudiantes emprendedores“Lo mejor que uno puede hacer por uno y por lo demás es pensar en negocio, es la oportunidad de crear empleo, de ayudar a que la región crezca, no sólo por uno, sino por otras personas”.Esta es la visión de Lorena Palacios, una diseñadora de modas del Sena que creó hace casi dos años su almacén ‘Keidy Exklusive’, donde comercializa sus diseños, contratando con talleres satélites de la ciudad.“Desde que estaba en el Sena pensé en crear negocio y hace dos años que estamos operando, ha sido muy complicado entrar al mercado, pero buscamos estrategias y nos movemos por todas partes”, comenta la emprendedora que no pensado en emplearse, a pesar de que hay meses en el que su almacén, en el que está asociada con otra diseñadora, no genera suficientes ingresos para el mantenimiento.Pero otros no habían pensado en ser independientes hasta que les toco. Jhon Perdomo estudió en el Sena y trabajó por varios años en una empresa farmacéutica. Al quedarse sin empleo decidió apostarle al negocio. Invirtió en lavadoras y en el barrio donde vive ofrece el servicio de alquiler. En esta labor lleva un tiempo y con ello ha podido sostener a su familia y generar un empleo informal, en algunos momentos, pero también le han tocado arduas jornadas, ya que prácticamente en esa labor no hay horario ni fin de semana.Para Rodrigo Varela, director del Centro de Desarrollo de Espíritu Empresarial de la Universidad Icesi, sí hay una tendencia a la creación de más negocios. Sin embargo, teme que el problema sea que mucha gente no tiene la formación académica o tecnológica adecuada y lo hace más por necesidad, lo que no garantiza que haya una verdadera creación de tejido empresarial en la capital del Valle.Sobre emprendimientoSegún el estudio GEM, que desarrollan varias universidades del país sobre emprendimiento, en los últimos cinco años entre el 22% y el 24% de los colombianos adultos ha intentado crear un negocio.Se cuenta desde la señora que un día resuelve vender arepas en la casa o el que hace tiempo tiene una idea de negocio y por fin lo pone en marcha. Eso significa que para el 2010 había 5,5 millones de colombianos entre los 18 y los 64 años que se encontraban dedicados a una nueva actividad empresarial, de los cuales más de 2,6 millones de personas están comenzando y los otros 2,9 millones ya son propietarios de una empresa de menos de 42 meses de creada.Según el estudio, el 46% de los colombianos espera conformar una empresa en los próximos tres años y otro 58% conoce a alguien que ha creado una empresa en los dos años anteriores. El 50,4% de los emprendedores percibe menos de dos salarios mínimos.

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