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El malecón de Buenaventura es uno de los proyectos que hace el municipio con recursos de regalías. Analistas consideran que es hora de pasar de proyectos puntuales a una planeación del territorio que le permita a esta población ser sostenible. | Foto: Henry Ramírez / Especial para El País

BUENAVENTURA

¿Cómo evitar un nuevo paro cívico en Buenaventura? Esta es la ruta clave

Firmado el acuerdo con el que se espera resolver las necesidades básicas del Puerto, el reto es cómo darle sostenibilidad. Hablan los expertos.

11 de junio de 2017 Por: Redacción de El País

En los próximos 35 años se espera que Buenaventura tenga unos 310.000 nuevos habitantes urbanos, eso es equivalente a la población total de una ciudad como Palmira o Armenia, estima el Departamento Nacional de Planeación (DNP).

Eso significa que casi duplicará el número de habitantes actuales y con ello seguramente crecerán exponencialmente los problemas que hoy aquejan a esta población que tiene un nivel de pobreza multidimensional de 66 % (mide las carencias de los hogares en salud, educación y nivel de vida) y una tasa de desempleo que el Dane dice está en 18 %, pero que nadie cree. Las cifras extraoficiales hablan hasta del 60 % de desocupación.

Cambiar el panorama no parece tan fácil y las rutas a seguir requieren de años de esfuerzos. Julio César Alonso, director del Centro Internacional de Economía y Finanzas del Icesi, considera que Buenaventura tiene un problema grave en su aparato productivo que no se soluciona con carreteras o terminar la doble calzada.

“El municipio tiene unas industrias que no generan impacto sobre la ciudad y su quehacer está muy concentrado, si mantenemos esta estructura no se generará desarrollo porque la ciudad no tiene un mercado interno”, dijo.

Buenaventura pasará de contar con 370.000 habitantes en 2015 a tener 680.000 en 2050. El puerto maneja el 50% del comercio exterior del país sin carbón.

La propuesta de este académico es que desde ya se piense en desarrollar la mano de obra de Buenaventura y crear las condiciones para impulsar un clúster industrial. “Necesitamos que la gente que recibe un nivel medio y alto de ingresos se quede en el puerto para que gaste en ese territorio y la economía se mueva. Hoy la gran mayoría de ejecutivos viven en Cali o Bogotá y solo van de paso”, señala.

4856
dólares es el ingreso por persona al año en Buenaventura. En Colombia el ingreso per cápita es de 7276 dólares.
125
hoteles formales tiene Buenaventura, incluyendo las zonas de playa. Llegan a 190 si se cuentan los informales.
120
mil viviendas necesitará Buenaventura para cubrir sus necesidades al año 2050, según cálculos del DNP.

Al respecto Esteban Piedrahita, presidente de la Cámara de Comercio de Cali, coincide en que el problema central de Buenaventura es la ausencia de un tejido empresarial generador de riqueza que pueda sostener, con buena calidad de vida, una ciudad de 400.000 habitantes.

“El puerto no es suficiente, pues su actividad es relativamente limitada frente a la escala de la ciudad y no es un gran generador de empleo”, agregó.

El derrotero que se plantea Buenaventura en los próximos años, con los $1,5 billones de inversiones que harán los gobiernos departamental y nacional, luego del paro, parecen marcar un camino en el mejoramiento de los servicios básicos de la ciudad.

Pero Víctor Vidal, uno de los líderes del reciente paro cívico, destaca que más allá de la plata hay algo importante y es que se trabajará en un plan de desarrollo a 10 años, precisamente pensando en las estrategias para que el puerto sea sostenible.

Este líder plantea la necesidad de potenciar otros sectores económicos, diferentes al portuario, que han quedado rezagados como el turismo y la pesca. “Tenemos un turismo primitivo porque no hay inversión. En la pesca se generaban 20.000 empleos, gran parte de ellos se perdieron por la falta de ayuda e inversión”, afirmó.

Para Vidal, si se estructura un plan de desarrollo donde estos dos sectores tengan prioridad, el panorama de Buenaventura podría cambiar en el mediano y largo plazo.

En las actuales condiciones 86.000 personas visitaron los sitios turísticos de Buenaventura en el 2016, según reportes del Muelle Turístico. Con una infraestructura adecuada y mayor promoción, las cifras pueden triplicarse.

La Zona portuaria de Buenaventura es la séptima en movimiento de contene-
dores de la cuenca del pacífico (cerca de 1 millón al año) y tiene potencial volverse un puerto de transbordo.

Una expectativa, más que esperanza, ha generado el Departamento Nacional de Planeación (DNP) que emprendió el año pasado el programa de nuevas ciudades y escogió a Buenaventura como un plan piloto, con el propósito convertir a este municipio en un polo de desarrollo en 20 años con una reducción sustancial en brechas sociales.

El Gobierno Nacional ha invertido cerca de $5000 millones en los estudios de pre factibilidad del proyecto. La idea es que en un terreno de 16.269 hectáreas haya una zona de expansión industrial, logística y hasta de vivienda.

Mary Estrada, directora del Comité Intergremial, considera que este proyecto de largo plazo es una de las salidas que tiene el municipio para cambiar su panorama actual.

Agrega que la única manera de generar empleo es que llegue inversión a Buenaventura. “Si tenemos fuentes de trabajo, conseguimos salud, educación y seguridad”.

La comunidad del puerto aspira que después de lograr recursos para la infraestructura de servicios, ahora se piense en las estrategias para volver a Buenaventura una ciudad atractiva.

Buenaventura cuenta con la aduana de mayor recaudo en el país, con alrededor de $5,47 billones al año por procesos de comercio exterior, según la Dian.

Crecer el tejido empresarial

Según datos de la Cámara de Comercio de Buenaventura, el municipio tiene al mes de junio de este año 7280 empresas y negocios activos. De los cuales 6897 son microempresas.

Esteban Piedrahita, presidente de la Cámara de Comercio de Cali, considera que por supuesto que se necesita mejorar la calidad de la inversión social, pero opina que la única manera de lograr progreso sostenible en el bienestar de las personas es fomentando la llegada y creación de nuevas empresas de diversos tamaños y en diversos sectores.

“Esto no es sencillo, entre otras cosas porque Cali y su ciudad-región son un competidor formidable para Buenaventura en este propósito. Se tiene que pensar en estrategias diferenciadas, como por ejemplo en estímulos tributarios, formación para el empleo, etc”.

Para el directivo, el desarrollo del Centro de Actividad Económica de Buenaventura (proyecto de nuevas ciudades de Planeación Nacional) “ofrece una oportunidad interesante para atraer nueva empresas que generen puestos de trabajo formales”.

Rescatar la pesca

Hace 25 años la pesca era una de las actividades más productivas en Buenaventura, pero fenómenos como la violencia, el narcotráfico y la poca inversión acabaron con la bonanza. Manuel Bedoya, presidente de la Asociación Nacional de Pescadores Artesanales de Colombia, dice que para que el sector pueda volver a ser una actividad económica de peso “se necesita educación, fomento por parte de los gobiernos, asistencia técnica y cadenas de comercialización”.

Agregó que si el Gobierno cumple con lo que se pactó durante el reciente paro, que incluye proyectos específicos para fomentar la pesca, en 5 años se podría revivir la actividad que en el pasado fue muy productiva. Entre los proyectos está la construcción de un muelle industrial pesquero, maderero y de agricultura ($45.000 millones de inversión). También se implementarán sistemas de ayudas económicas.

Se estima que los pescadores artesanales sólo capturan al año unas 5000 toneladas de productos marinos, mientras que hace 25 años, la cantidad era superior a las 250.000 toneladas.

Impulsar una nueva ciudad

Según Cesar Peñaloza, director del programa de Nueva Ciudades de Planeación Nacional, este proyecto busca realizar una intervención integral en Buenaventura de la mano de las comunidades, con el fin de fortalecer actividades de alto valor agregado que generen empleo como los sectores logístico-portuario, pesquero, turismo y agroforestal.

Para ello, identificaron 16.269 hectáreas con potencial de desarrollo en el largo plazo, de estas se priorizaron 1866 hectáreas para el Centro de Actividades Económicas de Buenaventura (CAEB) que incluye una Zona de Actividades Logísticas (ZAL) de 120 hectáreas. Según datos del DNP, en esta primera fase se requieren inversiones por $900.000 millones, de los cuales $200.000 serían de inversión pública y el resto privada.

“Para promover el CAEB se cuenta con los beneficios otorgados por la reforma tributaria bajo el esquema de las Zomac, zonas más afectadas por el conflicto”, dijo Peñaloza. El CAEB tendría parques industriales y de logística, hoteles, centro empresarial y zonas francas. Junto a esto se proyecta otro desarrollo en la parte de vivienda.

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