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Café que vale como el oro

En la finca cerro Azul, de Trujillo, se cultiva la variedad de grano más costosa del mundo.

14 de noviembre de 2010 Por: Javier Jaramillo Torres | Redacción El País Tuluá

En la finca cerro Azul, de Trujillo, se cultiva la variedad de grano más costosa del mundo.

De primera mano puede parecer una equivocación grande, de muchos ceros a la derecha, pero es la verdad: el café más costoso que degustan europeos, norteamericanos y asiáticos se produce en un pedazo de tierra en el Valle.Una libra cuesta diez veces más que la que se negocia en el mercado de Nueva York. Vale, en promedio, US$30, algo así como $56.000, pero este año se trepó hasta los US$170 durante una subasta que se hizo en Panamá. Por primera vez el precio del grano brilló como el oro.En las estribaciones de la cordillera Occidental, en la finca llamada Cerro Azul, ubicada en la vereda Cedrales, jurisdicción del municipio de Trujillo, se consigue esa clase de café, el de mejor categoría, excelso, como lo llaman los mismos cafeteros. Hasta esta plantación llegan expertos catadores de Japón, Corea, Noruega y Estados Unidos para conocer en esa tierra el proceso de producción y las condiciones del grano, es decir, sus propiedades como aroma, fragancia, sabor y demás características genéticas.Se trata de la variedad Geisha, originaria de Etiopía, paradójicamente una de las naciones más pobres del mundo y en donde el café no es alimento clave. En Colombia ese tipo de grano fue introducido hace cuatro años por Rigoberto Herrera Correa, quien decidió impulsarlo en el municipio de Trujillo.“Las primeras semillas las trajimos de Panamá, de una finca ubicada en el sector de Boquete, en donde esta modalidad es muy apreciada”, manifestó Herrera, propietario de la empresa Café Granja La Esperanza, con amplia experiencia en la producción de cafés especiales en fincas ubicadas en los municipios de Caicedonia y Trujillo, en el Valle del Cauca y en Sasaima, Cundinamarca, además de otra plantación que tiene en Panamá.Asimismo, indicó que “las tendencias de los negocios nos indican que los compradores quieren cosas novedosas. Hace cuatro años tomamos esa decisión y empezamos a experimentar con esta variedad y hoy recogemos los primeros frutos”.“Lo que hace la diferencia entre la variedad Geisha y el café normal es su aroma, su fragancia y un sabor característico que lo hace único e inconfundible y por lo que los compradores internacionales están dispuestos a pagarlo muy bien”, manifestó Tulio César Conde, subgerente de Café Granja La Esperanza.El ejecutivo dijo que los diferentes catadores que han visitado la finca de Trujillo, les han encontrado a la “taza” sabores diferentes, “a limón, maracuyá, jazmín, menta y afrutado, entre otras propiedades, que hacen de este grano un café muy especial”. A su turno, el ingeniero agrónomo, Miguel Arturo Jiménez Guzmán, director del proyecto, dijo que la calidad de los suelos, el cambio de temperaturas del día y la noche y los vientos que soplan del Pacífico colombiano son algunas de las condiciones que se encontraron en la finca Cerro Azul y que son similares a las de Panamá.Sin embargo, anotó que fue necesario proteger los palos de café haciendo barreras naturales, sembrando a lo largo de varios kilómetros eucaliptos para contrarrestar la fuerza de los vientos.A diferencia del café tradicional que requiere sombra, la variedad Geisha necesita mucha luminosidad para poder florecer. “Los primeros ensayos con esta variedad se hicieron en el departamento de Antioquia, hace varios años, pero no dieron resultado, porque no hicieron un manejo adecuado”, recordó Jiménez. Por eso en la finca Cerro Azul el proceso está ajustado a los más estrictos estándares de producción, aunque no existen manuales ni tratados, ni información técnica al respecto.Aquí sólo se recogen las cerezas totalmente maduras y seleccionadas, después de despulparlas se fermentan entre 12 y 18 horas, luego se lavan muy bien con agua limpia y durante cinco días se seca al sol o se introduce en un silo a cuarenta grados de temperatura durante veinte horas.La producción estimada de las 35.000 plantas sembradas en la finca de Trujillo es de 285 sacos de 75 kilos cada uno.Las primeras ventas de este café especial se hicieron en julio de este año al Asia, en Japón y Corea a donde se enviaron 36 cajas, equivalentes a 18 sacos y en el mes siguiente, diciembre, se exportarán 50 sacos más a los mercados de Noruega y Estados Unidos.Y mientras los europeos y americanos saborean una tasa de café excelso, en la finca Cerro Azul y en el resto del país, los colombianos seguimos tomando el tradicional tinto. Paradojas de la vida y del café.

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